La poesía de Francisco Hernández o la demencia como ejercicio creativo

Un ensayo de María del Rocío González, colaboradora del Diccionario de Escritores Mexicanos, adscrita al Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.

Este trabajo es un primer acercamiento a la lírica del autor, a través del análisis de algunas constantes presentes desde sus primeros poemarios: la locura, la destrucción y la muerte. Estas constantes, que considero rasgos generadores, en la mayor parte de su obra poética, se consolidan en Moneda de dos caras, libro sobre el cual baso mi análisis.

Desde sus primeros poemarios Gritar es cosa de mudos, Portarretratos, Cuerpo disperso y Textos criminales y en el volumen Moneda de tres caras se presencia una escritura hacinada en situaciones límite, atmósferas delirantes, aberrantes o suicidas como “el esqueleto se desangra”, “el cadáver del viento cuelga”, “llevar un puñal enterrado en la espalda”, “la dejé caer por la ventana”, “tu cuerpo cercenado” o “cada vez que era sometido al potro de las torturas”. Estas circunstancias sórdidas se desarrollan en ambientes opresivos y es así como en estas atmóferas transita la lírica de Francisco Hernández.

Al respecto, Jorge Esquinca, quién ha estudiado la obra del autor señala: “…la poesía de Hernández aparece […] enseñoreada por el emblema predilecto de la desdicha…”* Podemos observar que sus textos primigenios aparecen una serie de personajes torturados, muertos, suicidas o frágiles. Mientras que en Moneda de tres caras se muestran tres existencias desequilibradas y destinos desafortunados de Schumann, Hölderlin y Trakl, cuyas vidas se encuentran sumergidas en un vértigo.

El interés del autor por ahondar en las vidas de tres artistas que comparten situaciones adversas, tiene mucho que ver en que Hernández intenta desentrañar en la conciencia del individuo y como opina uno de sus críticos, Vicente Quitarte: “…los fragmentos unidos por el discurso de Hernández constituyen un conmovedor -por desgarrado- testimonio de la fragilidad y la grandeza de la criatura humana”. En otras palabras, para el autor adentrarse en circunstancias que nos conducen inevitablemente a la muerte refrendan el interés del poeta por desentrañar el misterio de la conducta humana en sus momentos de debilidad, de flaqueza o bien de grandeza del individuo.

Por otra parte, los rasgos de la locura, la destrucción y la muerte que están presentes en sus primeros libros como mencionamos líneas arriba y, se van a intensificar a partir de las obras De cómo Robert Schumann fue vencido por los demonios, Habla Scardanelli y Cuaderno de Borneo, volúmenes reunidos en el libro Moneda de tres caras, en cuyas obras el poeta se identifica con personas reales: Robert Schumann, Fiedrich Hölderlin y Georg Trakl, quienes comparten un destino trágico: Schumann, quién fue alcohólico, y Hölderlin se vuelve locos y Trakl muere por una sobredosis de droga. Recordemos que Hernández padeció del alcoholismo, de ahí su interés por hacer referencia a tres personajes que sufrieron un destino desafortunado y redescubrir en estas vidas desequilibradas sus propias angustias y explicar sus propias inquietudes.

En una entrevista concedida por Francisco Hernández menciona que la actividad creadora se da, cuando el hombre se encuentra en un estado de locura, la cual puede ser producida por las drogas o el alcohol, o bien la locura vista como un estado mental, anormal, del individuo. Estas voces poéticas las de Schumann, Hölderlin y Trakl le sirven al autor para enfrentar su propia realidad: la del alcoholismo y su actividad como creador. El propio Francisco Hernández confirma mi opinión cuando señala: “hablar en términos de realidad resulta estremecedor y angustiante pues la realidad es mucho más cruel que estar en un estado de locura”.** Hernández prefiere lo biográfico- la recreación de tres vidas- a lo real- su propia vida; sin embargo, la realidad de los personajes que nos presenta el autor es mucho más cruel que la ficción creada por el poeta.

Esta presencia de voces atormentadas que se encuentran en ambientes delirantes y destructivos nos proporciona el testimonio de la identificación que Hernández tiene con estas vidas; ya que como el poeta ha mencionado en alguna ocasión: “Schumann era alcohólico, desde allí hay una lucha con los demonios, igual que yo que llevo casi 20 años sin beber… Esa parte de mi alma se conecta con estos personajes, más o menos lo que vivieron, cómo se conectaron con el demonio, cómo lo invocaban mediante su sensibilidad extrema, y eso fue lo que me atrajo”.

Ahora bien, las diversas formas como aparecen estos rasgos de la locura, se evidencian en el caso de De cómo Robert Schumann fue vencido por los demonios de dos maneras: una es que Schumann es alcohólico y esta situación llevada al extremo pudo causarle cierto estado de locura y la otra, como bien podemos recordar el músico heredó la locura de su hermana quién la padeció también.

En Habla Scardanelli se desarrolla este estado de locura en la frustración amorosa que sufrió Hölderlin y que lo hizo tener severas alucinaciones o intensos estados de locura.

En el caso de Cuaderno de Borneo este estado de locura se da como resultado de la muerte y, por ende de, la ausencia de la amada de Trakl, su propia hermana, Sonia.

Es de subrayar que en De cómo Robert Schumann fue vencido por los demonios, Habla ScardanelliCuaderno de Borneo y , se nos muestran al músico y a los dos poetas, quiénes comparten circunstancias comunes: la tragedia amorosa y el drama existencial y ambas situaciones las sufren intensamente. En De cómo Robert Schumann fue vencido por los demonios la imposibilidad del amor se produce por la separación entre la “Niña Clara” y el músico, debido a la oposición a esta relación por parte del padre de Clara. En el siguiente ejemplo se nota claramente la sumisión de Clara ante la autoridad paterna:

Después de los conciertos de la niña Clara era obligada
por el viejo Wieck a lavar cacerolas y pelar legumbres
en la cocina.
Con los ojos hinchados ejecutaba romanzas para cebolla
y filo de cuchillo, mientras pensaba en cortarse los
dedos para servírselos a su padre amantísimo en una
sopa humeante.***

Como podemos observar en este fragmento se manifiesta la destrucción de dos maneras: una es la destrucción que ejerce el padre de Clara al obligarla a realizar tareas que maltratan sus manos de pianista y; la otra, es la autodestrucción que la propia joven intenta realizar al intentar mutilarse los dedos. Incluso el padre encarna esta idea de destrucción como vemos en estos versos:

el triste viejo Wieck, el padre gallináceo
asesor de la muerte, se fue a dormir
en posición fetal con un crucifijo entre los dientes. ****

Además, encarna la destrucción no sólo para con su hija Clara sino también con el propio, músico, Schumann, cuando observamos en varios pasajes de su poemario de De cómo Robert Schumann fue vencido por los demonios, que el viejo Wieck ejerce una destrucción sicológica hacia el músico, pues le recuerda en varias ocasiones que es alcohólico y su pasado tormentoso: que heredaría la locura de su hermana, quien termina suicidándose.

En Habla Scardanelli la imposibilidad del amor de Scardanelli se origina por la muerte de su amada Susette o Diótima. Esta frustración amorosa se desarrolla o se describe mediante atmósferas oníricas, alucinaciones o estados inconscientes. El propio Scardanelli al padecer de un estado físico deplorable y experimentar el distanciamiento de su amada, lo lleva inevitablemente a la destrucción, como vemos en el siguiente ejemplo:

Me despierta el dolor,
Son estos dientes viejos, quebradizos,
este aliento de vísceras gastadas,
estas vértebras que oprimen un racimo de nervios
tornándome giboso y tan amargo.
A mitad del insomnio no sé nada de ti.
Te imagino sin ropa, sonámbula, perdida.*****

Mientras que en Cuaderno de Borneo la ruptura amorosa es el resultado de la muerte de Grete o Sonia, quien fue la amada y la hermana de Georg Trakl. En este poemario la destrucción se da en atmósferas en donde acontecen conjuros y alucinaciones y es el propio poeta el que se autodestruye al consumir la droga, como vemos en estos versos:

Hermana, el cuervo del amor me alza;
logro pensarme sol.
Intento pronunciar tu nombre
pero la caspa del diablo me estrangula.******

La otra constante que se evidencia en los tres poemarios de Hernández es la de la muerte. En el caso de Schumann esta presencia de la muerte se dará como mencionamos anteriormente hereda la locura de la hermana y ese será su trágico final. En Hölderlin la muerte está presente al fallecer su amada y enfrentarse, el propio Scardanelli a ella en esos momentos de inconciencia. En Trakl se enfretará a ella por una sobredosis de droga, sucumbe en un estado de locura pues nunca pudo establecer una relación incestuosa.
Recapitulando, los tres genios padecen situaciones delirantes y estados de locura que los llevan a la destrucción y a la inevitable muerte y, sufren la imposiblilidad amorosa.

De lo anterior, podemos afirmar que el genio, la lucidez, la conciencia, el delirio, la irracionalidad y la locura son aspectos que el autor incide en evidenciar en sus textos. Lo que nos hace pensar que el poeta recrea las existencias perturbadas de estos artistas para hacernos notar que a través de estos estados inconscientes, puede intensificarse la actividad creadora.

Hernández al hablarnos de la locura sólo intenta representarla******* mediante estas historias trágicas y tratar de entender, no sólo las emociones que experimentaron los creadores, sino sus procesos de creación a través de su propio ejercicio poético. Quizás, para el escritor su concepción del proceso creativo es similar al que tenían los románticos. En especial, podemos aseverar que el modelo de Hernández es la estética romántica de Hölderlin******** tanto en la manera de desarrollar el tema de la muerte como en el carácter trágico de su escritura y, además, en el tono nostálgico que el escritor alemán y Francisco Hernández imprimen a sus versos.

______

* El infierno es un decir, p. 9.

** José Luis Espinosa, “La locura siempre me ha seducido, porque la realidad es demasiado cruel: Francisco Hernández”, Unomásuno, pp. 31;30.

*** Poema XII del libro Moneda de tres caras, p. 18.

**** Íbidem.

***** Poema: “Escribe Scardanelli”, ibidem, p. 53.

****** Ibidem, p.153.

******* Esta opinión la comparto con la de Evodio Escalante cuando habla del tema de la locura en su ensayo “El estetograma de la locura”, Periódico de Poesía, p. 9.

******** En el ensayo “Las enfermedades mentales” de Philip Sandblom, artículo incluido en el libro Enfermedad y creación, pp. 68-76, alude al estado mental del poeta alemán y lo relaciona con su obra literaria.

Bibliografía consultada

Francisco Hernández, Moneda de tres caras, México: Eds. Del Equilibrista, 1994.
__________, El infierno es un decir, México: CNCA, Presentación de Jorge Esquinca, 1993 (Lecturas Mexicanas. Tercera Serie, 83).
__________, Poesía reunida (1974-1994), Vicente Quitarte, UNAM, Coord. de Humanidades/Eds. del Equilibrista, 1996 (Col. Poemas y Ensayos).
José Luis Espinosa, “La locura siempre me ha seducido, porque la realidad es demasiado cruel: FH”, Unomásuno, 18-19 de agosto, 1993, pp. 31; 30.
Evodio Escalante et al, “Homenaje a Francisco Hernández”, Periódico de Poesía, invierno, 8, 1994, pp. 11- 26.
Francisco Hernández, Selec. y notas introd. de Alberto Paredes, México, UNAM, Coord. de Dif. Cult., Dir. de Literatura, 1991 (Material de Lectura. Poesía Moderna, 168).
Philip Sandblom, Enfermedad y creación. Cómo influye la enfermedad en la literatura, la pintura y la música, México: Fondo de Cultura Económica, 1995.

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