Roque Dalton, nuevo poeta

Roque Dalton Alforja

En esta ocasión, José Vicente Anaya comenta la publicación de la poesía completa de Roque Dalton. Sirva esta columna para invitarlos también a descargar el número 24 del suplemento definitivamente jueves, dedicado al poeta salvadoreño.

 

Ahora el poeta salvadoreño Roque Dalton podrá ser mejor conocido, con la publicación de su poesía completa que bajo el título de uno de sus versos No pronuncies mi nombre, empieza a circular por parte del Consejo Nacional de la Cultura (Concultura) de El Salvador. Hasta ahora han aparecido dos tomos que suman 1172 páginas, y se anuncia en preparación el tomo tercero que cerrará la edición. El tomo uno empieza con una nota editorial que explica el proyecto, un excelente y extenso prólogo escrito por Luis Melgar Brizuela y un estudio introductorio, no menos logrado, del historiógrafo literario Rafael Lara Martínez, responsable de la recopilación y estructuración de la obra con minuciosos detalles que le dan mucha calidad.

     Decía que con esta obra Roque Dalton será mejor conocido porque muchos lectores y estudiosos sólo han hablado de unos tres libros y del más famoso Taberna y otros lugares, así como del asesinato del poeta por sus supuestos camaradas de izquierda. El libro antes mencionado obtuvo el Premio Casa de las Américas 1969 de Cuba, y ha sido elogiado como la “mejor” obra de Roque por escritores como Elena Poniatowka, José Emilo Pacheco, Saúl Yurkiévich y otros.

     El propio Roque Dalton estuvo preparando su poesía completa (que no completó debido a su vida azarosa y comprometida con la lucha revolucionaria), cuyos originales quedaron archivados en México hasta que el hijo de Roque los rescató para llevarlos a El Salvador, escritos que fueron aprovechados en el actual trabajo de recopilación. Por cierto, a finales de la década de 1980 LA LETRA EDITORES se propuso publicar la obra completa de Roque Dalton re-editando libro por libro (Taberna y otros lugares fue el tomo II con prólogo de Eraclio Zepeda, amigos que se conocieron en Cuba). Parece que esa editorial (ya desaparecida) no logró su objetivo, pues no es notoria la existencia total de esas obras. En el caso de la obra que ahora comentamos resalta el cuidado, calidad y minuciosidad, que no sólo incluye los libro que Dalton publicó en vida sino también sus poemas dispersos aparecidos en diversas publicaciones periódicas, los inéditos y las variantes (además de los espléndidos y detallados estudios antes mencionados) y un buen número de fotografías.

     El prólogo hace un pormenorizado repaso por la vida y obra de Roque. Sólo por destacar algunos asuntos, resulta interesante el dato de que quienes asesinaron al poeta no fueron sus compañeros de izquierda, como se había dicho, sino una facción del Frente Farabundo Martí formada por militares que procedían del ejército oficial. Llama también la atención de que Dalton en sus últimos años había manifestado su disidencia respecto al comunismo soviético, incluyendo a los países alineados en esa tendencia como la misma Cuba, donde estuvo del lado del poeta Heberto Padilla cuando fue condenado oficialmente por la burocracia cultural fiel al sistema (Roberto Fernández Retamar et al.). En aquellos momentos Roque sólo estaba convencido de luchar por la justicia en su tierra natal, donde murió a los 40 años de edad.

     Leer los diversos poemas, de diferentes etapas, nos dan a un Roque Dalton nuevo que nos permite comprender el altísimo poeta que fue; sale así del encasillamiento, del cliché de “poeta comunista” o “poeta revolucionario”; pero también es reconocerle sus valores éticos (“Ay, poetas que os olvidásteis del hombre, / que os olvidásteis / de lo que duelen los calcetines rotos”); valores literarios y éticos que hoy día no se ventilan en los típicos poetas engreídos, nada que ver con lo que vivió y mostró César Vallejo, buen maestro de Roque Dalton.

     Ahora hace falta que el Concultura de El Salvador apoye una meticulosa investigación, que mucha falta hace, sobre la vida y obra una maravillosa poeta, de Lilian Serpas (1905-1985) con el fin de publicar su poesía completa, quien por cierto también vivió un tiempo en México. Lilian fue madre del pintor Carlos Coffeen Serpas, ligado al grupo de escritores y artistas plásticos que se relacionaron con la revista El Corno Emplumado y los poetas estadounidenses de la generación beat, fallecido hace pocos años en México.

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