Suplencias para el nombre del padre, de Julio César Toledo

Julio César Toledo

Ricardo Yáñez y Armando González Torres nos ofrecen sus textos críticos leídos durante la presentación del poemario Suplencias para el nombre del padre, de Julio César Toledo (1977). Además, un breve reportaje gráfico a cargo de Pascual Borzelli Iglesias.

Julio César Toledo / Pascual Borzelli Iglesias ©

Julio César Toledo / Pascual Borzelli Iglesias ©

 

 

Isocronías. Nombrar la ausencia.

Ricardo Yáñez

 

Con Suplencias para el nombre del padre, Julio César Toledo, veracruzano radicado en el D. F., se hizo en octubre acreedor a la edición 2008 del premio de poesía Rodulfo Figueroa, de la cual fueron jurados Luis Aguilar, Luis Armenta Malpica y Francisco Magaña, quienes del libro, actualmente en proceso de edición, destacaron sobre todo “la nitidez de su factura”. Una ojeada a vuelo de pájaro, gracias a la generosidad de su autor, me sugirió lo siguiente:

        La voz, hecha de muchas voces, eco y resonancia de ellas, no sabe oírse en tanto no se reconoce oída en lenguaje heredado, del que no siempre gusta –pero siempre le dice (aun cuando no la diga).

        Ir en busca del padre es ir la voz en busca de otra voz, la voz que le dio búsqueda: “acá comenzó todo justamente con tu ausencia”, lo que obliga a convocar, a gritos, “la inteligencia de algún eco”, sólo para descubrir que nada, ningún nombre, es suficiente.

        Y “el cuerpo empeñado en descifrar la hechura de sí mismo”, recurre entonces al poema, “un ardid lingüístico para engañar la realidad”: “Tuve que aprender, yo, como muchos/ Otras formas (muchas) de llenar/ El blanco espacio que siempre sobresale/ En las postales familiares.” “Y yo no tengo nada/ excepto el tiempo dedicado a esta escritura.” Pues “Nadie/ puede/ resistir la perfección del silencio”, “la falta de apellido.” Si bien “el nombre es un abismo”.

        Como la “Mujer:/ otro nombre para suplir al padre.”

        “Hijo es también raíz de padre.” “Voz”, traduzco a mi percepción, “es también raíz de lenguaje.” De nombrar la herencia a manera de don a donar, donado ya. “Mi padre/ es la idea de un recuerdo que no tengo ciertamente”. Hay que hacerse de él; hay, en cierto modo (no en balde lo “edípico” de la Conclusión expuesta en el párrafo anterior) que deshacerse de él: “Es necesario/ seguir en el esfuerzo de olvidar/ que antes de mí estuvo otro en mis zapatos/ que no pudo, una mañana, entrar para decir la luz.”

        Paréntesis: “Cómo escribir, a estas alturas,/   

un paréntesis/ que rodee la palabra sin cercarla,/ dejándola crecer en su sonido,/ en su semántica pequeña pero suya/ y dilatada.// Una pausa que se haga de verdad, sin ornamento/ (sin ser otra cosa que silencio).// Mientras trazo esta parábola en la hoja,/ ella misma se vuelve mi estandarte/de batalla, banderín de insignia bélica/ que incita a continuar.”

        Rastro y presentimiento de una voz en busca de sentido, “Digo tu nombre./ Con el aliento más suave que poseo, digo tu nombre/ y, acaso, la combinación de sus letras/ o su eco/ hacen temblar la tierra.// Digo tu nombre que es claro y fresco;/ lo pronuncio y en él lavo mi cuerpo,/ me clarifico.// Digo tu nombre y/ después, aunque no quiera,/ todo es silencio.”

        Cómo, tras lo expuesto, cobra fuerza mayor un texto aparentemente aislado como Rosa blanca: “No se va del aire este presentimiento/ de nostalgia o muerte/ y en cambio qué paciencia de la rosa en su florero/ para estarse allí.// Los pétalos, como el azúcar,/ regados en la mesa.// Se yergue/ elegante, mutilada,/ como si de su espina dedujera ya/ la falta de raíz, de luz/ y agua.”

        Mas “ante la fuerza de ese miedo” “veo mi condición mortal de frente y/ sólo así/ me siento vivo.” Como “la primera vez… que oí su voz.”

 

 

Julio César Toledo, Balam Rodrigo, Armando González Torres y Ricardo Yáñez/ Pascual Borzelli Iglesias ©

Julio César Toledo, Balam Rodrigo, Armando González Torres y Ricardo Yáñez/ Pascual Borzelli Iglesias ©

 

Sobre, Suplencias para el nombre del padre

Armando González Torres

 

La poesía del sentimiento filial en nuestra época no suele ser bien acogida en ciertos círculos.  El encumbramiento de la cursilería como fenómeno poético que algunos poetas propiciaron contribuyó a esta actitud.  Con todo, estos excesos de melcocha en que algunos suelen incurrir, no justifican una actitud  tan severa.   Acaso entonces el origen del rechazo a lo filial tiene que ver tanto con una realidad de individualismo y debilitamiento de la relaciones familiares como con una concepción un tanto frígida de la literatura actual.  Sin embargo, si bien el gusto poético contemporáneo ha exiliado relativamente sentimientos como al amor y al afecto filial; muchas de las obras más populares, y a las que es imposible desterrar con argumentos válidos del ámbito de la mejor poesía, se resisten a despojarse de este rasgo.  Piénsese, en el caso de México, en poetas como Jaime Sabines, a los que uno puede rechazar como modelo e incluso criticar fundadamente, pero a quienes es imposible negarles que han escrito libros de extraordinaria calidad, vitalidad e influencia con los temas más dilectos. Y a mí me parece que uno de los secretos de la empatía de estos poetas con el público radica, no sólo en el cultivo de temas populares, sino en el rigor formal que se encuentra detrás de muchos de sus poemas.

     Suplencias para el nombre del padre de Julio César Toledo es un libro que aborda una poesía confesional con un extraordinario tacto y mesura literaria y humana. El libro consta de tres secciones sin nombre, la primera de las cuales está consagrada a la figura del padre y las otras dos admiten una convivencia miscelánea de poemas vivenciales y amorosos. En todo caso, se trata de una poesía de la experiencia que no teme abordar las emociones, pero que, en general, lo hace con una singular delicadeza y destreza poética.  Si el tema de las relaciones con el padre tiene un larga e ilustre genealogía en la poesía mexicana, éste libro utiliza el tópico patriarcal de manera variada y con un buen acervo de recursos e imaginación poética, la gardo de que logra conmover sin recurrir al sentimentalismo. De entrada, uno no encuentra el predominio de la anécdota y el desagarramiento personal que podría convocar este tipo de poesía. Ciertamente, hay referencias concretas, episodios elegantemente velados de una bitácora filial; sin embargo, lo más importante no es el posible drama familiar, sino la destilación, en muy diversas formas y tonos, de un motivo literario. 

     En el resto del libro conviven los poemas largos de corte intimista y cuidada musicalidad con brevedades deslumbrantes. En todos los poemas,  se busca plasmar un sentimiento  con una mirada muy sobria en torno a las sensaciones y emociones, que pasa por el cuidado de la prosodia y la coherencia y economía de las imágenes.  Gracias a la precisión del lenguaje y a la cuidadosa dosificación de anécdotas e imágenes, es posible tratar tópicos imperecederos con un toque muy personal y con auténtica inspiración, lo que confirma que no hay temas anacrónicos y que, como suele decirse, llevamos siglos con las variaciones, más o menos afortunadas de unos cuantos episodios vitales. 

 

Julio César Toledo. Suplencias para el nombre del padre. México: Gobierno de Chiapas, 2009.

 

Julio César Toledo/ Pascual Borzelli Iglesias ©

Julio César Toledo/ Pascual Borzelli Iglesias ©

 

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