Hace casi dos años que murió el gran poeta y revolucionario Aimé Fernand David Césaire (Martinica 1913-2008). Presentamos cinco poemas del autor de Cuaderno de un regreso al país natal en las versiones de José Vicente Anaya.
Se anuncian balazos
En la orilla del mundo estoy esperando
a los-viajeros-que-nunca-llegarán
denme la leche del infante el pan de lluvia las
harinas de la medianoche el baobab
mis manos se espinaron entre matorrales de astros
pero fueron curadas por la espuma
y desatadas por el tiempo
la imagen de la prisión y
la fulminante geometría trigonométrica
para mi sueño con manecillas de reloj retrasado
para mi rencor hundido por la carga
para mis gigantescos árboles de Tasmania
para mi fortaleza de Papúa
para mis auroras boreales mis hermanas
amantes
mi amiga mi mujer mi foca
oh todas mis maravillosas amistades
mi amiga mi amor
mi muerte mi reposo mis furias
mis jaurías
mis malditas sienes
y las minas de uranio soterradas en la profundidad
de mis inocencias
se desgranarán
en comederos de pájaros
(y las estrellas estéreas serán el nombre común
de los leños recolectados en los aluviones de
las venas cantantes nocturnas)
en el minuto 61 de la última hora
la bailarina invisible disparará
a nuestro corazón
con infernales balas rojas y flores
por vez primera
a la derecha de los días descarnados sin ojos
sin desconfianza sin lagos
a la izquierda los fuegos que se ubican en días
cortos y avalanchas
en el pabellón negro de dientes blancos con
Vómito-Negro
será levantado y sostenido durante tiempo
ilimitado
por el fuego salvaje de la fraternidad
Sol serpiente
Sol serpiente ojo fascinante ojo mío
mar en que hormiguean islas crujientes
en dedos de rosas
lanzallamas ante las que mi cuerpo se
salva de ser fulminado
el agua eleva los esqueletos luminosos
perdidos en las galerías no lujosas
los torbellinos de témpanos dorados
corazón humeante de cuervos
nuestros corazones
son voz de rayos suavizados
giran en las cóleras agrietadas
transmitiendo iguanas al paisaje de vidrios
despedazados
son flores vampiras que relevan orquídeas
elíxir de fuego esencial
fuego exacto fuego mango cubierto
de abejas en la noche
mi deseo al azar
sorprende tigres en los azufres
pero el despertar de estaño se dora en
yacimientos infantiles y
mi cuerpo pétreo se alimenta de
venenos palomas y sueños
palabra azucarada del Brasil
en el fondo de un pantano
Entre otras masacres
Con todas sus fuerzas chocan
el sol y la luna
las estrellas caen para atestiguar
la moral
con una carga de nervios grises
no tengas temor atiende a las crecidas
aguas que desbordan el límite de
los espejos
han salpicado el lodo en mis ojos
y veo yo veo terriblemente veo en
todas las montañas en todas las islas
que no queda nada más que algunos
malditos colmillos de la
impenitente saliva del mar
Lejos de los días pasados
pueblo mío
cuando
lejos de los días pasados
renazca una cabeza bien puesta sobre
tus hombros
reanuda
la palabra
despide a los traidores
y a los amos
recobrarás el pan y la tierra bendita
tierra restituida
cuando
cuando dejes de ser un juguete sombrío
en el carnaval de los otros
o en los campos ajenos
el espantapájaros desechado
mañana
cuando mañana pueblo mío
la derrota del mercenario
termine en fiesta
la vergüenza de occidente se quedará
en el corazón de la caña
pueblo despierta del mal sueño
pueblo de abismo remotos
pueblo de pesadillas dominantes
pueblo noctámbulo amante del trueno furioso
mañana estarás muy alto muy dulce muy
crecido
y a la marejada tormentosa de las tierras
sucederá el arado saludable con otra tempestad
Perdición
con nuestras cabezas acorazadas trituraremos
el aire nuevo
trituraremos al sol con nuestras grandes palmeras
al suelo lo trituraremos con nuestros pies desnudos
y nuestra voz
las flores vigorosas dormirán en el crujir de
los espejos
y la misma armadura de los artrópodos
se rendirá ante el medio día de siempre
sobre los tiernos pechos henchidos por sus fuentes
de leche
¿entonces ya no surcaremos la frontera
de las perdiciones?
un ancho camino de ramificaciones amarillas
tibio,
donde embisten los insumisos búfalos coléricos,
transcurre
desvaneciendo las riendas de los tornados
que avanzan hacia los cañaverales que murmuran
en los magníficos crepúsculos
Traducciones de José Vicente Anaya
Datos vitales
Aimé Césaire (1913-2008) nació en Basse-Pointe, Martinica, siendo esta isla antillana colonia francesa. Autor de unos 16 libros de poesía, teatro, ensayo e historia; su obra completa en tres volúmenes se publicó en 1976. En su juventud se trasladó a París para continuar sus estudios en el Liceo Louis-le-Grand y posteriormente en la prestigiada Escuela Normal, donde se hizo amigo del poeta senegalés Léopold Sédar Senghor, ambos, descendientes de africanos, enarbolaron la poesía de la negritud, quienes unidos a otros escritores antillanos y africanos en 1934 fundaron la revista L’Étudiant Noir (El Estudiante Negro). En 1935 decidió destruir toda la poesía que hasta entonces había escrito, seguro de tener que iniciar una nueva época, fue así que empezó a escribir su obra más relevante: Cuaderno de un retorno al país natal, una parte de este poema fue publicada en 1939 en la revista parisina Voluntés, y en este mismo año regresó a Martinica donde se dedica a ser profesor y en 1941 funda la Revue Tropiques (Revista Trópicos), ese año André Breton llega a Martinica donde conoce a Aimé y al leer su poesía lo declara surrealista (cuando los surealistas ya tenía años de haberse dispersado).