Poesía cubana: Giselle López Fernández

Presentamos una serie de poemas de Giselle López Fernández. Camagüey, Cuba 1987. Es Licenciada en Historia Universal y cuenta con un Máster en Biología Molecular.

 

Su obra aparece en diferentes revistas y plataformas digitales de España, Perú, Estados Unidos, Colombia, Italia, Uruguay, México y Chile. Ha sido antologada en Con la urgencia del instante (Ars Communis Editorial), Hágase el poema (Editorial Tinta Pujo), Antología Vol IV de la Feria internacional del libro de la Ciudad de New York (Smol Books), Antología Poesía en Paralelo Cero 2024 (El Ángel Editor), entre otras. Autora de “Tinajas” (El Ángel Editor) y Misivas electrónicas.​​ 

 

 

 

 

 

DE NOCHE

 

Los bordes de la noche

secan mis huesos.

La tenaz me absorbe

con su negro sonido de sequedales

vastedad silencio de voces perdidas

como el barro cocido de tinaja

absorbe la lluvia de mediodía.

Todas las voces que gritan

o susurran

quedan flotando en la superficie de la noche.

Solo el nuevo día las hunde

al reposo de otros años.

Cuando llegue el día de la batalla final

se levantarán las voces enterradas en el tiempo

magulladas por toda una era de espera.

La mía entre ellas, aún diciendo:

¡Qué cosa tremenda es ser cuando es de noche!

 

 

SIN BESTIARIO

 

Yo no soltaba conejos por la boca

ni mariposas,

aunque volaran

fueran blancas

saltarinas

y temblorosas

como gaviotas,

sobre la arena negra de Savannah,

mis palabras.

 

Yo no tenía

las bestias adecuadas

para hacerme de un zoológico raro.

Sólo tuve

una escultura verbal

que, como animal salvaje,

eléctrico

y fulgurante

jamás se dejó domar.

Nunca tuve un herbario

ni un montón de tierra

parecido a un volcán

encima de una mesa,

aunque, como Teresita Fernández,

podía yo muy bien ser

“alita de cucaracha

llevada hasta el hormiguero”.

 

No hubo una serpiente

con cara de tiburón

que secuestrara mi cordura

ni chillara

entre mis sienes.

No acaricié mancuspias

ni un tigre paseó en mi jardín.

 

Sólo tuve ojos de búho

dos tinajones

un diccionario

el sonido de alta frecuencia que se escucha

en las hondas ondas de la noche

y una palabra escrita detrás de otra.

 

 

COHERENCIA

 

No hay nada más lejano a una palabra

que lo que intenta decir.

Agónicamente uno sale

a buscar una palabra

que quepa en un verso que encaje

que fluya tranquila

como lluvia

techo

canal

tinaja.

Uno acaba por no encontrarla.

Dice que sí.

¡Por repetida se hace la verdad!

Entonces

te persigue cuando duermes,

te nombra​​ te tiembla,

te domestica​​  en el vaivén de los días

te caza​​   te asa a fuego lento

tu carne roja y crujiente

en el sopor de su encanto.

 

Despertar es dejarse

tragar por la palabra.

La mandíbula abierta

te consume en el acto.

 

 

LA MATERIA DEL VERSO

 

Los versos tienen

cuerpo y huesos

una herida en la boca,

leve materia.

 

Tienen, los versos,

encías, clavículas

y vocación de multitud.

 

Los míos tienen tierra negra

y un fibroma en el vientre

redondo como un mango.

 

 

ABORTO

 

La isla es navaja

que sale de la piel.

La pariré como a un coágulo

y les diré a mis hijos

llámenla hermana,

tía

llámenla por su nombre.

No pudo ser otra cosa que el intento.

 

 

LECHO DE PALABRA

 

Busco una palabra teja

una palabra para ponerla

sobre mi cabeza

o mis pies cuando duerma eternamente

y pueda hacerla techo,

una palabra para regármela por el cuerpo,

untármela,

y ser felizmente embalsamada.

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