A continuación ofrecemos algunos poemas de Juan Cervera Sanchís( Axati, hoy Lora del Río (Sevilla), 1933). Poeta, ensayista, narrador y periodista. Por su convicción en contra del franquismo, en 1968 se vio obligado a salir de España, desde entonces reside en México. Su obra literaria abarca más de 40 títulos.
Cancioncilla de la palabra
Cayó la palabra al río;
calló y calló la palabra
y se hizo silencio el grito.
Cayó la palabra al agua
y un travieso pececillo
rompió la palabra en sílabas
y dijo lo que no dijo.
Cayó y cayó la palabra
en un profundo mutismo
y el agua calló y calló
y el silencio se hizo río.
México D. F., 17 septiembre 2009
Al Guadalquivir
Llueve en esta ciudad verde y airosa.
Llueve en esta ciudad verde y callada
y estas aguas me pueblan la mirada
de la tuya distante y rumorosa.
Conversan los gorriones misteriosa-
mente al rumor del viento. Sangre alada
el sompancle, ya alquímica granada,
levita en mi memoria voluptuosa.
Mis recuerdos te orillan. Palpo y siento
un orbe de relojes detenidos
en la magia sin fin del pensamiento.
Llueve en esta ciudad y, aquí reunidos
—son las doce del día, llueve lento—
hallo —memoria virgen— mis olvidos.
Coplas proverbiales
(fragmentos)
I
Andaban por los caminos,
y aunque cuentan que iba solo,
yo sé que venías conmigo
II
Cierro los ojos y veo
el caminito que iba
sin una curva a tu huerto.
¡Cómo duele abrir los ojos,
en mitad de estos desiertos!
III
Muy lejos de Andalucía,
donde vive un andaluz,
si es que vive todavía,
escribo esta noche yo
una canción que no es mía:
una canción que es el llanto
oculto de Andalucía.
IV
Con las palabras sencillas:
con esas simples palabras
que hablamos todos los días.
V
Ni tinta ni plumas quiero;
mi copla quiero confiar
a la garganta del pueblo.
VI
Hay que volver a cantar
como la alondra y el río:
de manera natural.
VII
Flor cortada, ya no es flor;
canción que no canta el pueblo
¿cómo puede ser canción?
XIV
No se quería morir,
y se murió como todos
los que empiezan a vivir.
XVI
En mi casa había un jazmín,
un rosal, un limonero;
un pozo de agua salobre,
una jaula y un jilguero,
Y yo tenía una manta
para tenderme en el suelo
de la azotea de m casa,
a ver salir los luceros.
Encabronado
Estoy encabronado hasta los tuétanos
con tantas chingaderas, así se dice en México,
como veo día con día por todas partes,
con los líderes del mundo a la cabeza,
de este cuento tan cuento, y en descuento,
de brujas malolientes y de perversas hadas,
en que se ha convertido
nuestra pobre y triste humanidad.
Estoy de veras harto de ver
enriquecerse a los parásitos
y a los hijos de pulga entremezclarse
con chinches y piojos
mientras que surgen plagas de torvas garrapatas
con ojos de viciosas cucarachas.
Encabrona descubrir que en el fondo
las rosas son ortigas.
Encabrona este grito destinado al silencio.
Enrabia esta pobreza que la riqueza empuja
al espantoso extremo del hambre desmedida.
Me desespera, sí, me desespera
este amargo y sombrío 2010
y me pone la casa boca arriba
o, quizá mejor dicho, boca abajo,
la subida salvaje de los precios
y el clamor furibundo de mis deudas.
Estoy encabronado, amada mía,
encabronado estoy hasta la última gota de mi sangre;
que me cuesta un testículo tratar de comprender
por qué sigo creyendo en las galaxias
y por qué no, de una vez por todas,
me decido arrojar al basurero la pluma y el papel
y dejo de escribir y busco un hoyo negro
y me pierdo en la nada como ese viejo sol
que en este instante acaba de morir
junto con los planetas que a su calor soñaban y vivían.
Estoy encabronado mientras cuento mis años,
ya a tres de los ochenta y pobre como ayer
y hundido en las miserias de mi hoy,
veo crecer mi cabreo,
este cabreo tan mío que, por momentos,
¡ay desesperación desesperada!,
me amarra como ves de pies y manos.
Me amarra, sí, me amarra
a la fiera y voraz dictadura del dinero,
disfrazada de astuta democracia,
aunque no obstante, vida de mi vida,
jamás nunca jamás nadie podrá impedir
que la poesía, que es libertad y amor enamorado,
en tanto respiremos y sigamos cantando,
continúe iluminando nuestras vidas.
México, D. F., 17 enero 2010
Datos vitales
Juan Cervera Sanchís nació en Axati, hoy Lora del Río (Sevilla), el 24 de octubre de 1933. Poeta, ensayista, narrador y periodista. Por su convicción en contra del franquismo, en 1968 se vio obligado a salir de España, desde entonces reside en México. Su obra literaria abarca más de 40 títulos. Actualmente Bohodón Ediciones de España está publicando su poesía completa, de la cual hasta la fecha se han editado tres tomos. Algunos de sus libros publicados son: Canciones de un muchacho que veía venir la muerte (1960), Desesperado amor (1961), De par en par (1961), Aguardada Aurora (1962), Cal viva (1963), Extraño amor (1966), Coplas proverbiales (1974), Juegos de alquimia (1976), El prisionero (1978), Testimonios. Sonetos 1957-1986 (UNAM), Sonetos del amor de la vida y de la muerte (2005), Las 1001 caras de Jano (2009), Canto de gratitud al hermano cerdo (2009), Profecías del polvo (2009). Bajo el sello editorial de Asunción Sanchís-Lora del Río, Juan Cervera en 1976 publicó y prologó la ahora célebre plaqueta Pájaro de calor. Ocho poetas infrarrealistas.