Foja de poesía No 204: Antonio Cienfuegos

Toño

En seguida presentamos algunos textos del poeta salvadoreño Antonio Cienfuegos (San Salvador, 1982). La familia de Cienfuegos tuvo que salir de su país debido a los conflictos guerrilleros durante los años ochenta. Hallaron refugio en México. Actualmente se dedica a la traducción y a la docencia.

 

De tanto caminar por los alcores

Agrios de mi vivir cansado y lento,

Mi desencadenado pie sangriento

No gusta ya de ir entre las flores.

Juan Ramón Jiménez

 

 

LEYENDO TRILCE (POEMA LXXVII)

 

Granizo tano como para que yo recuerde!

Aguardar a que el granizo se diluya en las veredas insaciables del desprecio, a que se calme tanta violencia de hielos ahora apilada en el páramo de mi pecho, a que tanta lluvia inunde las charcas donde tus ojos son. El cuenco donde nace tu voz como las cuerdas más finas,  la música más profunda que se escuchaba en Chopin. Afuera tanto granizo encareciendo las almas, recalando los tugurios de la soledad. Me contento con el alarde de tu sonrisa, y tus frágiles manos que bordan cicatrices a mi costado. Me contento con el recuerdo de esta y otra tempestad.

Granizo tanto como para que yo recuerde!

Momentos de la lluvia para salir del letargo, empaparse de los codos, de los húmeros  hasta aventar la camiseta y dejarse golpear por aquellas perlas que al hocico del cielo brotan. Para así, resistir las bandadas de golpes azarosos que me nacen con tu desprecio. No se vaya a secar esta lluvia entre las avenidas de tus ojos y el cardo punzante en mi pecho. Momentos de lluvia para atenuar el letárgico y oscuro horizonte donde brillan campanas de muerte, de silencio.

Granizo tanto como para que yo recuerde!

Y para qué recordar estando en medio de tanto estruendo, de horcajadas de relámpagos que asedian sin parar la tarde vuelta gota grana que escurre entre mis dedos, bermellón que semeja todo lo blando, todo lo frágil de nosotros lo hombres sin aliento ya para soplar las brasas. O tarde de aquel carmesí que se recuerda en una película hollywoodense donde algún disparo dibuja una gran mancha en la pantalla. Yo recibí aquel disparo bajo una lluvia donde las gotas pesaban como el granizo.

El aguacero aquí era tanto

y las costas eran aún sin mar

que las lágrimas se secaban antes de caer del rostro.

 

 

 

ROMEO EN EL INFIERNO

 

Aquel sentir frente a Julieta

labios frutos bermejos ya sin vida

ahora sólo apagados faros sus ojos

virginal fuerza absorbida en alburas

 

Aquel sentir que destroza y llaga

la conciencia del más cuerdo

doblega los más impetuosos bríos

hunde las más potentes naves

 

Aquel sentir frente a Julieta

que te corrompió en un psicosis paranoica

en que preferiste la muerte

y bebiste aquel amargo láudano

 

Aquel sentir es tan mínimo tan menos tan nada

ante este ardor quemante que siento

al saber a Julieta (antes flor encendida en mi mano)

revolcándose felizmente con otro.

 

 

 

CATÁSTROFE DEL YO

 

Quedarse sin los sentidos sino con los sentidos del otro

es la otredad misma

es una gota de lluvia que cae en la pupila

y vuelta lágrima se seca en el ojo

 

Quedarse en la orilla del precipicio y mirar al fondo

abandonarse a un cuerpo a unas manos a una silueta

es ponerse el dogal al cuello la venda a los ojos

 

Abandonarse a las hordas encrespadas que le nacen al pecho

en hondonadas desiertas

y caer

súbitamente

 

Es el amor

 

 

 

DEDICATORIA

 

Ni mi más profundo desprecio

no expresado aquí

sería suficiente poema

 

 

 

IDUS DE OCTUBRE

 

Fue el viento de otoño

la nostálgica hojarasca que creaba olas donde no había mar

las parvadas oscureciendo el rojizo atardecer con un giro inesperado

y los ruidos del abandono de alguien que no volverá

por aquel camino ya marcado

sinuosa senda asediada por la soledad

 

Fue el viento de otoño

con su áspero soplo revolviendo tu cabello

impidiendo nuestro encuentro en una tolvanera ardiente

de incertidumbre

aún aquel silbido del viento nos trae recuerdos

 

Fue en el viento de octubre en el que nos perdimos.

 

 

 

RECLAMO

 

Me quejo del poco placer

de las pocas horas que estuvimos

tengo mucho de qué quejarme

 

Pero sobre todo me quejo de la sentencia del recuerdo.

 

 

 

CAÍDA

 

Del derrumbe ya nadie se levanta

las velas consumidas ya con nada se incendian

y el velamen de un navío encallado no sirve más

 

Del derrumbe ni los dioses

ni los reyes ni los héroes

pudieron desprender su rostro de la tierra

 

Sólo el polvo se levanta del derrumbe

para saciar el hambre del desprecio

y la tarde vuelta roca inmensa

a nadie deja andar

seguir su camino

 

Levántome ahora como Lázaro regresando de la muerte

para decir que el derrumbe no me ha derrumbado.

 

 

 

DESDE ESTA TARDE

 

Desde esta tarde

con tus ojos delineados por una curva de zarzas y tus labios

ni qué decir de tus labios si no son frutas ni piedras preciosas ni gladiolas ni jazmines no son colores ni versos de Neruda tampoco son horizontes ni atardeceres ni mares ni olas ni litorales tampoco ceibas ni manglares ni animales fantásticos tus labios no son fuego ni cenizas ni la luna quizá no sean la vía láctea ni las operas de Verdi ni las pinturas de Cezanne que algún día vi en Orsey ni la mutilación de Venus en el Louvre quizá no sean ni siquiera la Cala Rossa donde el agua es más nítida que tus pupilas no son eso tus labios son tus labios otra cosa que nadie puede mirar como yo.

 

 

 

PANEGÍRICO 

 

Discúlpame:

porque después de este poema

todo mundo te sabrá desnuda

porque conocerá tus senos blandos

y tus pezones rosas con lunares en órbita

y las cicatrices cercanas a tu sexo

y que en verdad no eras rubia

 

Discúlpame

porque serás entonces del dominio popular

como una chica en la Playboy

 

 

Datos vitales

Antonio Cienfuegos (San Salvador, 1982) es poeta. Ha vivido la mayor parte de su vida en México, se dedica a la traducción y a la docencia también. Ha publicado en diversas revistas de circulación local y nacional. Su primer poemario se titula El potro de Thanatos de ahí la siguiente selección de poemas.

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