La obra de Alfredo R. Placencia ante la crítica

Alfredo Ramón Placencia

La ensayista María del Rocío González revisa las consideraciones de distintos críticos en torno a la obra del poeta católico Alfredo R. Placencia (1873-1930)

 

LA OBRA LITERARIA DE ALFREDO R. PLACENCIA  ANTE LA CRÍTICA.

 

 

   En las últimas décadas, la obra de Alfredo Ramón Placencia, poeta religioso, ha generado un mayor interés de la crítica por ocuparse de su lírica: examinándola, editándola, antologándola o, incluso, homenajeándola.

   La obra inicial del presbítero jalisciense no tuvo demasiada recepción de los críticos aún cuando ya había publicado sus primeros poemarios en vida[1]. Sólo hasta después de su muerte, algunos escritores comenzaron a estudiar su obra poética. No obstante, de aquellos primeros comentarios, Placencia recibió de los críticos elogiosas opiniones a su poesía. Emmanuel  Carballo afirma que es “un caso insólito en la poesía mexicana”.[2] Por su parte Salvador Elizondo[3], opina:

 

                   “la figura de este poeta…

                   informa la  existencia de una secuela

                   eminente de la poesía mexicana a la

                   que no han sido ajenos muchos de los

                   mejores poetas contemporáneos: la de

                   la poesía católica”.

   Los ponderables comentarios a la obra de Placencia obedecen a que de toda su producción literaria, la dedicada a Dios es la más lograda y la que más aceptación ha generado por parte de los especialistas.

   Poemas como “Ciego Dios”, “Lucha divina”, “El libro de Dios”, “El divino disfraz”, “Miserere”, “El Cristo de Temaca”, “¡Qué cosas!”, “El Dueño del libro” y “Mi Cristo de Cobre” son los que han sido más antologados.

   Conviene señalar que su lírica no se distingue propiamente por el cuidado de formas poéticas sino por el estilo directo y el uso de coloquialismos; prevaleciendo una profunda carga emocional.

   A lo que Elsa Cross apunta en Los dos jardines, donde analiza la obra de Concha Urquiza y de Alfredo R. Placencia: “Difícilmente podrá hablarse de pretensiones formales en la poesía de Placencia, que se advierte en muchos momentos más como el paño de muy abundantes lágrimas. La pérdida de su biblioteca, vendida en tiempos de necesidad, tal vez pudo acentuar su falta de un contacto más formal con la literatura.”[4] Afirma, también, la autora, estas “dos figuras que han estado olvidadas durante muchos años, y que empezaron a revalorarse en fechas relativamente recientes son la de Placencia y Urquiza”[5].

   Por su parte, Hugo Gutiérrez Vega menciona, también: “Durante muchos años, su persona y su obra se mantuvieron en el olvido”[6].

   Algunos autores han preparado antologías de sus poemas inéditos o bien de sus textos que fueron publicados en revistas o suplementos culturales. Otros especialistas han publicado artículos o ensayos más amplios sobre su creación poética.

   Los continuos colaboradores de la revista Ábside[7] como Alfonso Junco, Carlos González Salas, Alfonso Méndez Plancarte, Ernesto Flores, muchos años después de su muerte, empezaron a estudiarlo y revalorarlo, difundieron su obra y la antologaron.

   Carlos González Salas se dio a la tarea de difundir algunos de sus textos poéticos en su Antología mexicana de poesía religiosa.

   Otros autores como Alfonso Gutiérrez Hermosillo, Alejandro Avilés, Javier Sicilia, José R. Ramírez, Luis Vázquez Correa y, también, Alfonso Junco elaboraron antologías personales del sacerdote, reeditaron algunos de sus libros y recopilaron, algunos de, sus poemarios inéditos para dar a conocer su amplia obra poética.

   Conviene señalar que Gutiérrez Hermosillo elaboró una nueva edición notablemente aumentada de la antología que preparó del sacerdote en 1967. En esta nueva edición, su texto introductorio es una suerte de semblanza del padre y, al mismo tiempo, un recuento crítico de toda su poesía donde incluye una interesante entrevista que le hizo al eclesiástico. En la que éste refiere a su infancia, sus años de adolescencia, sus primeros trabajos, su entrada al Seminario y, brevemente, a su ejercicio poético.

   La importancia y recepción que ha tenido la obra del jalisciense, ha despertado el interés de algunos estudiosos y por incluirlo en sus antologías. Como José Emilio Pacheco en Poesía en movimiento; Juan Coronado en Vuelo de palabras; Salvador Elizondo en su Museo poético; Sara Velasco en su volumen Escritores jaliscienses; José Joaquín Blanco en Crónica de la poesía mexicana; Gabriel Zaid en Ómnibus de poesía; Antonio Castro Leal en sus dos compilaciones: La poesía mexicana y Cuatro siglos de poesía mexicana; Francisco Montes de Oca en Poesía mexicana; Óscar Trejo Zaragoza en Florilegio jalisciense; Miguel Ángel Rueda en Antología de poetas españoles e iberoamericanos; Pilar Maicas García Asenjo y María Enriqueta Soriano y P. Villamil, en El hombre y Dios. Cien años de poesía hispanoamericana (1900-1995); Raymundo Ramos, en Deíctico de poesía religiosa mexicana; Leopoldo Cervantes Ortiz en El salmo fugitivo[8] y, muy recientemente Adolfo Castañón, en su Arca de Guadalupe. En estas compilaciones no sólo se promueve la obra del autor sino que se pone de manifiesto la importancia, dentro de la historiografía literaria mexicana del siglo veinte, la obra de Alfredo Ramón Placencia.  

   Asimismo, se evidencia un ámbito de la literatura mexicana poco explorado, el de la poesía religiosa en México.[9] Pero, también, se establece en todas estas recopilaciones, que la obra del párroco es una de las iniciadoras de la poesía católica en México.

   Otros especialistas han examinado más ampliamente su lirismo como Raquel Michel Cueto en su tesis: Introducción al estudio de Alfredo R. Placencia; donde se acerca a la obra del autor y elabora una biografía analítica. Trabajo meritorio por ser el primer estudio sobre el creador jalisciense.

   Por su parte, Hugo Gutiérrez Vega publicó su discurso de ingreso al Seminario de Cultura Mexicana, en cuyo texto analiza la obra de dos autores: Placencia y Francisco González León. De igual forma, Jesús Hermosillo Peña publicó datos personales del autor en su ensayo “El poeta de Jalostotitlán, Jalisco. Alfredo R. Placencia”.

   Otro estudio, de singular importancia, es el de la maestra María Esther Gómez Loza, cuyo trabajo ofrece una exégesis de la vida y de los escritos del clérigo. La investigadora proporciona datos valiosos sobre su infancia y adolescencia. Así como, da noticia, de su ingreso al Seminario Conciliar de Guadalajara y desempeño como clérigo. Analiza la poesía del autor mediante dos parámetros: lo sagrado y la figura de la Virgen. Ensalza la importancia y trascendencia de la escritura del párroco y, refiere a, la labor de investigación que Luis Sandoval Godoy realiza de la producción placenciana. Alude, además, a los amigos y estudiosos que han reflexionado sobre su obra como: Agustín Yáñez, Emmanuel Palacios y Alfonso Gutiérrez Hermosillo.

   Trabajo publicado en la revista Ahuehuete del año del 2005. Además, salió al público, en esta misma revista, dos artículos más con motivo de un homenaje que se le rindió al eclesiástico.[10] Uno es del catedrático Luis Sandoval Godoy que nos refiere sobre algunos datos muy particulares del sacerdote diocesano y de sus amigos y de aquellos interesados en su lírica. El otro artículo es mío, donde expongo los paralelismos biográficos y temáticos de Lope de Vega y Alfredo R. Placencia.

   Si bien, Juan Domigo-Argüelles le dedica varias páginas en su obra Dos siglos de poesía mexicana. Mientras que Efrén Hernández también se ha ocupado del autor en sus libros La República y Bosquejos; al igual que los autores Luis Leal en Panorama de la literatura mexicana actual y Wolfgang Voght y Celia del Palacio en, Jalisco desde la Revolución.

   En otro orden de ideas, E. Bruno V. divulgó una cronología de la vida y del ejercicio sacerdotal de Placencia en el periódico El Informador de Guadalajara, Jalisco del 13 de octubre de 1991 y que después lo transcribió y publicó en la antología de José R. Ramírez.

   Elsa Cross en Los dos jardines. Mística y erotismo en algunos poetas mexicanos, que cité líneas arriba, en donde hace una exégesis de los libros más representativos del sacerdote y, muy en especial, sobre su lirismo religioso.

   La información biobibliohemerográfica sobre el poeta están consignada en los diccionarios biográficos, repertorios bibliográficos o enciclopedias como: el Diccionario de escritores mexicanos. Siglo XX; Dictionary of Mexican Literatura; Jalisco desde la Revolución; Milenios de Humberto Musacchio; Fichero de Ángel Muñoz Fernández y Bibliografía de la poesía de Arturo Torres Rioseco y Ralph E. Warner.

   Emmanuel Palacios y Agustín Yáñez prepararon un número especial de homenaje al autor en la revista Bandera de Provincias[11]. Otro número homenaje dedicado al jalisciense es el que preparó Dolores Castro con un prólogo de Javier Peñalosa en la revista Poesía de América. Además, una breve selección de sus poemas con una presentación titulada “Alfredo R. Placencia un poeta olvidado”, la publicó la revista Alforja.[12]

   Por otra parte, un estudio más o menos reciente es el que está elaborando Ernesto Flores consistente en una edición crítica de la poesía completa del padre Placencia.

   También, en el volumen Jornadas Filológicas 2002. Memoria, se publicó un artículo, mío, donde expongo las vertientes más sobresalientes en la lírica del autor.

   Es de subrayar, la aparición de dos ensayos: uno de Óscar Mariano Villalpando y otro de Luis Sandoval Godoy. El primero sustenta en su artículo titulado “Temaca y el poeta Alfredo R. Placencia, su eco en la obra de don Mariano González Leal”, la influencia que su poema `El Cristo de Temaca´ influyó en un texto de González Leal. Por su parte, Sandoval Godoy expone en, Alfredo R. Placencia. Dolor que canta, su verdadera vocación eclesiástica, de manera pormenorizada, con testimonios documentales. Incluye, además, fotografías de la familia Placencia, de los compañeros seminaristas, del autor y cartas de sus compañeros del Seminario y del propio Placencia.

   En ulteriores investigaciones se han hallado nuevos datos, como es el caso de Gabriel Zaid que escribió una biografía más detallada sobre él. Gracias a un conjunto de cartas y documentos inéditos aportados por el historiador Fausto Zerón Medina. Así, en un contexto mucho más amplio, podemos determinar las circunstancias en donde se desarrolló su producción literaria y, unos años antes de su muerte escribió cada vez menos.

   A lo largo de este recuento de autores podemos constatar que todos convergen en un interés común, difundir la poesía de Placencia. De lo anterior, debemos anotar la gran preocupación por que se promueva y examine, aún más, su obra. De Guadalajara Jalisco, José Antonio Gutiérrez Gutiérrez y el estudiante Samuel Gómez Luna Cortés han acotado sobre estos asuntos.

   Por último, debemos considerar los homenajes póstumos que se le han rendido al lírico en varias ocasiones. El último fue organizado por el Ayuntamiento de Jalostotitlán, la Casa de Cultura y Caballeros de Colón, en Jalisco el 15 de septiembre del 2008.

   En suma en este panorama de la bibliografía crítica de la obra y de la vida de Alfredo Ramón Placencia encontramos escuetas biografías, selecciones de sus poemas más sobresalientes o no conocidos; un amplio número de antologías, ensayos, artículos y números de homenaje al autor. Ensayos que se aproximan a una exégesis de la lírica del jalisciense como el de Elsa Cross y el estudio introductorio de Alfonso Gutiérrez Hermosillo. Así como los intentos, bien logrados, de ensayos biográficos sobre el escritor nacido en los Altos de Jalisco, como el de José R. Ramírez, la presentación de Ernesto Flores que nos proporciona datos importantes de la vida del padre; o bien, la información que ofrece Raquel Michel Cueto en su tesis.

   La originalidad de la lírica placenciana ha generado múltiples opiniones, estudios monográficos y ensayos sobre su obra poética. No en vano, lo definieron como el poeta universal como alguna vez lo nombraron Alfonso Junco y Agustín Yánez.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Carballo, Emmanuel, “El poeta que habla a Dios de tú a tú”, Unomásuno, México, 4 febrero, 1987.

El salmo fugitivo. Una antología de poesía religiosa latinoamericana del siglo XX, Est. Y selec. de Leopoldo Cervantes, México: Aldus, 2004.

Cross, Elsa, Los dos jardines. Mística y erotismo en algunos poetas mexicanos, México: Eds. Sin Nombre/CONACULTA, 2003 (La Centena. Ensayo).

Alfredo R. Placencia. Otro Adán expulsado, Nota introd. y selec. de Ernesto Flores, México: UNAM, Dif.Cult., 1985 (Material de Lectura. Serie. Poesía Moderna, 54).

Florilegio jalisciense, Guadalajara: Edit. Ágata, 1991.

Gómez Loza, María Esther, “Alfredo R. Placencia, el presbítero poeta de los Altos de Jalisco (1875-1930), en Memoria. XVII Coloquio de las Literaturas Mexicanas, Hermosillo, Son.: Universidad de Sonora, 2001.

—————————–, “Alfredo R. Placencia: El hombre y el poeta”, Ahuehuete, 17, Dir. Ignacio Bonilla Arrollo, Guadalajara, Jal.: Seminario de Cultura Mexicana, sep-oct, 2005, pp. 19-30.

González Serrano, María del Rocío, “Alfredo R. Placencia. Un poeta olvidado”, México: Alforja, verano, 1997, pp. 35-47.

————————————-, “Alfredo R. Placencia, un caso singular en la poesía religiosa en México”, Jornadas Filológicas 2002, UNAM, IIFL, 2004 (Eds. Especiales, 34).

————————————-, “Paralelismos biográficos y temáticos en los poemas religiosos de Lope de Vega y Alfredo R. Placencia”, Ahuehuete, 17, Guadalajara, Jal: Seminario de Cultura Mexicana, sep-oct, 2005, pp. 13-18.

————————————-, “Poemas religiosos de Alfredo R. Placencia”, Cultura de Veracruz. Revista de Literatura Contemporánea, 49, nov, 2009, pp. 26-35; en http:/nuevaepoca.blogspot.com/2009/0/nueva-epoca-revista-cultura-veracruz.htlm.; en Círculo de Poesía. Revista Electrónica de Literatura, 26 ene, 2010, pp. 1-9; en https://circulodepoesia.com./nueva/2010/01/Alfredo R.-Placencia.htlm.

Gutiérrez Gutiérrez, José Antonio, “Recordando a Alfredo R. Placencia. En el Aniversario de su muerte. 15 de mayo de 1930”, Página de Jalostotitlán, Jalisco: Personajes, http://members.pronet.net/jalos/personajes/alfredo_plascencia.htm/ (Consulta 16 abr-2010).

Hermosillo Peña, Jesús, “El poeta de Jalostotitlán, Jalisco. Alfredo R. Placencia”, en Tristezas, Aguascalientes, Ags., Talls. de Impr. y FOCET Daniel Méndez Acuña, 1984, p. 97.

Maldonado Villalpando, Óscar, “Temaca y el poeta Alfredo R. Placencia, su eco en don Mariano González Leal”, “Semanario Siete Días”, Guadalajara, Jal.,  1o. feb., 2009, pp. 1-2; http//:7diastepa.blogspot.com/2009/02/temaca-y-el-poeta-alfredo-r-p.

Ocampo, Aurora M. y Ernesto Prado Velázquez, Diccionario de escritores mexicanos, con un panorama de la literatura mexicana por María del Carmen Millán, México: UNAM, CEL, 1967.

——————-———————–, Diccionario de escritores mexicanos. Siglo XX. Desde las generaciones del Ateneo y Novelistas de la Revolución hasta nuestros días, México: UNAM, IIFL, CEL, t. vi (N-Q), 2002.

Pacheco, José Emilio, Antología del modernismo 1884-1921, México, UNAM/Era, 1999.

Placencia, Alfredo R., Antología, Presentación de Alejandro Avilés, México: Jus, 1976 (Poesía, 3).

————————, Antología. Alfredo R. Placencia, Estudio introd. y selec. de José R. Ramírez, 3a. ed., México: Impr. Roca, 1992.

————————, El libro de Dios, Pról. de Alfonso Junco, Barcelona: Imp. Eugenio Subirana, 1924; Eds. facs., Guadalajara, Jal.: INBA, 1973; Presentación de Javier Sicilia, México: CNCA, 1990 (Tercera Serie. Lecturas Mexicanas, 9).

————————–, Introd. de Alfonso Gutiérrez

Hermosillo, Guadalajara, Jal.: Sría. de Cultura, 2007 (Letras Inmortales de Jalisco).

Sandoval Godoy, Luis, Alfredo R. Placencia. Dolor que

Canta, Guadalajara, Jal.: Taller Edit. La Casa del Mago, 2009 (Obras, 4).

Zaid, Gabriel, “Biografía de Alfredo R. Placencia”, en Temacapulín, Jal., en http://temacajalisco.com/sitio/ (Consulta 6 abr, 2004).

 

  

Datos vitales

María del Rocío González es colaboradora del Diccionario de Escritores Mexicanos y forma parte del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

 

 


[1]  El libro de Dios, Del cuartel y el claustro y El paso del dolor, 1924.

[2] Emmanuel Carballo, “El poeta que habla a Dios de tu a tú”, Unomásuno, p. 22.

[3] Salvador Elizondo, “Modernismo y modernidad. Alfredo R. Placencia”, Museo poético, p. 84.

[4] Elsa Cross, “El vértigo del fuego”, en Los dos jardines, p. 38.

[5] Ibidem, p. 35.

[6] Hugo Gutiérrez Vega, Dos poeta mexicanos en la sombra, p. 16.

[7] Esta revista fue un órgano de difusión donde se iniciaron escritores- como Concha Urquiza, Emma Godoy, Francisco Alday y Placencia, por mencionar algunos ejemplos, se consagraron otros y asimismo se desarrolló y tuvo auge la poesía católica.

[8] De este libro ya se publicó la 2a. edición en el 2009.

[9] Autores como Javier Sicilia, Ernesto Flores, han señalado este aspecto.

[10] En el Museo de la Ciudad en Guadalajara, Jalisco y organizado también por el Seminario de Cultura Mexicana se le rindió un homenaje al autor. En dicho homenaje participó la Mtra. María Esther Gómez Loza y la autora de este artículo.

[11] Este homenaje fue publicado en Bandera de Provincias, pp. 1-4.

[12] Alforja, verano, 1997, pp. 35-47.

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