Presentamos el poema extenso Caza de familia, del poeta Jair Cortés (Calpulalpan, Tlaxcala, México, 1977). En él se ponen de manifiesto, por medio de insólitas construcciones verbales, las intrincadas relaciones humanas a las que el individuo se somete y se rebela.
NOTA: Este poema forma parte del libro Caza que obtuvo, en 2006, el Premio Nacional de Literatura Efraín Huerta.
Caza de familia
Otra vez esta casa vacía
que es mi cuerpo
a donde no has de volver.
Blanca Varela
Buche, granada, sal, te pedí que vinieras,
te lo pedí. Y no me oíste. De eso te acuso;
por ello me juzgas…
Jaime Reyes
TODO empieza con el padre:
irradian su luz
los labios del que lo nombra.
Las habitaciones existen porque él las ocupa. Según los rasgos de su rostro la mesa se dispone. En la ventana su vaho empaña los cristales. Su vista penetra la tiniebla con una lanza de claridad, a pesar de su mano casi piedra, que golpea con amor e infinita violencia
el cuerpo entumecido de los hijos.
*
LOS NOMBRES vienen, parvada,
oscurecen la tarde, gris.
Antes de esto
sólo dibujos:
marchitas hojas, estrellas mancas, rayones en las paredes (en las cavernas o edificios), en el autobús solitario de la noche,
garabatos queriendo decir algo sin poder decirlo, negándose a ilustrar con certeras grafías un discurso inteligible en el que figuren nuestros pesares.
Desde la sombra,
teje su red la soledad, perfecta,
alrededor de ese Alguien cuya biografía es Algo.
El Nombre
faro de luz negra
el Nombre.
*
TODAS LAS PALABRAS que en mí corazón resuenan
hoy se rompen
y hacen de su caída la más silenciosa de las caídas
paredes que en un sueño sordo se desploman.
Todas las palabras dichas,
hoy nos dicen:
la bondad de Dios
la hicimos nosotros,
¿qué haremos con esa bondad?
El viento del destino sopla lobo atroz
y el techo se viene abajo
miedo que de su misterio se despoja.
*
CAYÓ EL ANTIFAZ de la Historia:
La Historia no tenía cara.
Mataron ayer al hombre que cambiaría la casa desde los cimientos.
La casa ahora es la cáscara de esa historia.
*
SIN EL SOL también se vive. He vuelto a mi íntimo encierro. Mi hermana la tapia y mi hermano el espejo discuten su porción de penumbra, su secreto tesoro. En un juego de cartas deciden apostar lo que ya está perdido. Consagro la suma de mis pertenencias al lecho vacío.
Otra vez la vigilia.
-¿Quién se desvela en la calle solitaria? –
Debo preguntar otra vez
y fingir
que en medio del insomnio
he hallado la respuesta.
*
YO TAMBIÉN, me dije, yo también puedo ser los otros,
redondear la o y fingir asombro al mirar los puertos;
puedo pensar, en la punta de la barca, mientras platico
y puedo ir más allá, en donde la luz naufraga.
Yo también, me dije,
yo también puedo ser otro
y no este animal sin iglesia ni rosario.
*
¿TODO empieza con el padre?
y la música ¿en dónde empieza?
El agua del río toca para mí,
improvisa hojas y espuma entre las piedras.
*
HUBO UN TIEMPO en que la apariencia era lo sagrado de las cosas. Por eso nos
hicimos daño. Lanza en mano, nos buscamos. De caza en casa.
Mi corazón, fruto agrio por aquellos días, solo, en el gemido de la tiniebla.
Hubo un tiempo, érase una vez la palabra:
la mujer que leía las líneas en la palma de la mano
cambió su rostro por el del agua
mientras veíamos nuestras caras,
piedras que sin remedio
con la corriente del río se separan .
*
TE SUEÑO desde tu muerte
en una mala noticia que mi hermano me otorga.
Tu hora y la mía
son relojes gemelos.
Camino y lloro,
he aquí estas dos verdades,
lo demás,
lo que sobra,
es un soplido
una lágrima devuelta
a su inabarcable mar de tristeza.
*
AHORA EL MAR abandona a la playa
como alguna vez la playa abandonó al mar.
El faro insiste en guiarnos.
Camino en círculos en este paisaje vacío.
Trazo.
Cuatro paredes que fueron una playa, un mar,
un retrato de familia vislumbrando el amanecer.
El mar abandona a la playa,
como alguna vez la playa abandonó al mar.
*
EL PUNTO es un refugio.
(Ahí vive el aturdido escriba),
la coma es la ventana de la prosa,
(entra el aire tibio de agosto y seduce
tus piernas muslos suaves
como suaves en tu oído son las vocales)
El punto es casa aparte.
Comillas que son “candiles”
lámparas de tu lectura.
Decía el padre de las cosas que la escritura es propiedad.
Por eso escribo tu voz
para que me llames desde aquí,
en esta cacería del habla.
*
LOS MUROS los hacemos nosotros
Aquí construyo uno: MURO
Otro: AMOR.
*
GRITAMOS
Desgargantados nos ofendemos
El encuentro de la frase aquí
en la cara de este minuto que tiembla
Fuego que escupe fuego
como una llamarada que se enciende desde la médula de la brasa
las palabras arden en tu boca
(enjambres destinados a la muerte)
quemándote el aliento
En nuestro enojo
somos el resuello que azota los árboles
estruendo nada más de mirarnos en el aire turbio
pulmones agrios escupitajos
(hocico cerrado es belleza)
*
CARGAMOS a nuestros abuelos,
a los padres de sus padres,
y algún día seremos lastre de los hijos que no tendremos,
de los hijos que cabalgan
en la frágil senda de la esperanza.
El padre nace en los hijos,
asoma los ojos en sus ojos,
y humedece la garganta en el pozo eterno de la descendencia.
Así
los hijos matan al padre ya librados de la noche. Cadáver.
Y la tierra vuelve a su centro.
Familias: criaderos de alacranes.
Octavio Paz
Datos vitales
Jair Cortés (Calpulalpan, Tlaxcala, México, 1977) es poeta y traductor. Nació en Calpulalpan, Tlaxcala, México en 1977. Durante su infancia y adolescencia vivió en el puerto de Tuxpan, Veracruz, en donde inició su actividad literaria. Ha recibido las becas de la FLM y del FONCA. Juntó con Rogelio Guedea preparó y prologó el libro A contraluz. Poéticas y reflexiones de la poesía mexicana reciente. Autor de los libros A la Luz de la sangre, Tormental, Contramor, Caza (Premio Nacional de Poesía “Efraín Huerta” 2006)y Enfermedad de Talking (Glápgyras-Lunarena). Actualmente vive en San Pedro, Tlalcuapan, Tlaxcala.