Hoy se cumplen sesenta años de la muerte del poeta Xavier Xillaurrutia (1903-1950), un autor imprescindible en la poesía mexicana. Para Octavio Paz, la de Villaurrutia “es una poesía solitaria y para solitarios”. A continuación, como recuerdo de este maravilloso poeta, presentamos su “Nocturno eterno”, una joya de nuestra poesía.
Xavier Villaurrutia murió un 25 de diciembre de 1950. Un día como hoy hace sesenta años. Sobre él Octavio Paz escribió que “para la mayoría de sus lectores, Villaurrutia es el autor de unos quince o veinte poemas. ¿Poco? A mí me parece mucho. Por esos poemas recordamos las obras teatrales y volvemos a leer los ensayos de crítica poética: queremos encontrar en ellos, ya que no el secreto de su poesía, sí el de la fascinación que ejerce sobre nosotros”.
NOCTURNO ETERNO
CUANDO los hombres alzan los hombros y pasan
o cuando dejan caer sus nombres
hasta que la sombra se asombra
Cuando un polvo más fino aún que el humo
se adhiere a los cristales de la voz
y a la piel de los rostros y las cosas
Cuando los ojos cierran sus ventanas
al rayo del sol pródigo y prefieren
la ceguera al perdón y el silencio al sollozo
Cuando la vida o lo que así llamamos inútilmente
y que no llega sino con un nombre innombrable
se desnuda para saltar al lecho
y ahogarse en el alcohol o quemarse en la nieve
Cuando la vi cuando la vid cuando la vida
quiere entregarse cobardemente y a oscuras
sin decirnos siquiera el precio de su nombre
Cuando en la soledad de un cielo muerto
brillan unas estrellas olvidadas
y es tan grande el silencio del silencio
que de pronto quisiéramos que hablara
O cuando de una boca que no existe
sale un grito inaudito
que nos echa a la cara su luz viva
y se apaga y nos deja una ciega sordera
O cuando todo ha muerto
tan dura y lentamente que da miedo
alzar la voz y preguntar “quién vive”
Dudo si responder
a la muda pregunta con un grito
por temor de saber que ya no existo
Porque acaso la voz tampoco vive
sino como un recuerdo en la garganta
y no es la noche sino la ceguera
lo que llena de sombra nuestros ojos
Y porque acaso el grito es la presencia
de una palabra antigua
opaca y muda que de pronto grita
Porque vida silencio piel y boca
y soledad recuerdo cielo y humo
nada son sino sombras de palabras
que nos salen al paso de la noche