En el marco de la Antología Arenas movedizas: Poesía iberoamericana y principio de siglo, presentamos la poesía de Mario Bojórquez (Los Mochis, 1968), un autor que ha revolucionado, desde varios puntos de vista, la poesía mexicana.
Anotaciones sobre la poesía de hoy
La poesía de nuestro tiempo es fragmentaria y total, tanto como lo es la realidad que vive el hombre en estos días: el pensamiento reproduce procesos del desarrollo industrial; únicamente conoceremos una parte del todo, en la maquiladora sólo podremos armar un circuito del entramado digital de un auto, en un país distante armarán el siguiente circuito, y en otro distante país, se encontrarán esas dos piezas y se ensamblarán sus destinos en un orden común.
Así se muestra la tendencia escritural en nuestros días, los llamados desórdenes de atención en la adquisición de los primeros procesos cognitivos en los niños contemporáneos denotan esta nueva manera de percibir el mundo, el cerebro se ha habituado a mantener múltiples conductos de percepción, diversas líneas de diálogo inmediato: frente al ordenador una persona puede mantener tres o cuatro conversaciones digitales de muy distinta gradación emocional al mismo tiempo, en una triste, ya en otra exultante, en otra más perplejo, y en cada una de ellas ser eminentemente sincero; mientras estas tres o cuatro conversaciones tienen lugar, se mantiene una conversación telefónica, se envían varios mensajes por celular, se revisan los periódicos del día en sus versiones web, se descarga el archivo de una invitación a São Paulo, se redacta, finalmente, este texto.
La escritura poética participa en el desarrollo de estéticas que ahora mismo están germinando y que muy pronto encontrarán caminos adecuados de divulgación, dando cuenta de los procesos industriales y de comercialización global, el mundo paralelo de la cibernética con sus placeres virtuales, la entronización de las migraciones con los sub-productos de insaculación metalingüística, el dinero de plástico y un capitalismo degradado que nos hace más una estadística que personas reales.
Cuáles serán sus características más peculiares, no lo sé, pero creo que incluirán una nueva velocidad léxica, la exploración de un lenguaje desde derroteros metalingüísticos, la utilización de diversas lenguas multimodales, una elaboración cada vez más compleja del légamo sintáctico.
Es una vía espiritual antes que formal, que no pretende ser la verdad última, están ahí diversos caminos de comprensión del mundo pero no quieren ser una fotografía, desean más bien reproducir estados de ánimo, conexiones anímicas con los espacios, la lengua, las costumbres.
No es objeto de la forma el que interesa a nuestro tiempo, existen maneras más relevantes y cómodas para la expresión de lo poético como lo entendemos aquí, el video, la multimedia o el performance, son opciones no desdeñables del ejercicio artístico, sin embargo considero que la poesía es hasta ahora el mejor modelo, el más concentrado, el más perfecto para la expresión cabal del pensamiento alto y de los sentimientos más profundos.
Esta poesía actual camina por senderos que incluyen la perplejidad del pensamiento simultáneo, la velocidad del video digital, la desdoblada e infinita conectividad del hipervínculo.
Aun no sabemos si es el camino correcto pero nos hemos propuesto intentarlo, la invitación es que busquemos relacionar este modo nuevo de sentir y de pensar con lo que escribimos. Nuestro compromiso no es con una posible forma de expresión, sino con un pensamiento que limite y excluya todo aquello que no es propio de lo que somos, ese pensamiento original encontrará sin duda su mejor manera de expresarse.
Mario Bojórquez
(México, 1968)
Desde la sala de Enrique Ptacnik
Pero cómo decirme, decirte, decirles,
que tengo, tienes, tienen, los ojos entornados
si al final de los ojos, guardo, guardas, guardan,
la almendra de los días y los rotos veranos.
Pero cómo callarme, callarte, callarles,
estos silencios suyos, tuyos, míos,
si en mis, tus, sus ojos, hay palomas abiertas
sobre campos de sangre, que yo, tú, ellos,
miran, miras, miro,
(Pájaros sueltos, 1991)
*
Todo dolor que crece
desde el roce, deleita
si rasga el ardimiento
si ulcera la caricia
si revienta el espasmo
si carcome la dicha.
El sufrimiento es fuego
que se apaga en la carne.
*
Ha nacido el más blanco
blancor de todo negro.
Ha nacido del fuego
tremedal de su corva.
Ha nacido en su paso
pronto será carrera.
Ha nacido ponzoña
su veneno esqueleto.
Ha nacido del yeso
con hueso de cemento.
Ha nacido profundo
morirá en superficie.
Ha nacido y ya busca
adentrarse en la tierra.
(Contradanza de pie y de barro, 1996)
Casida del odio
I
Todos tenemos una partícula de odio
un leve filamento dorando azul el día
en un oscuro lecho de magnolias.
II
Todos
tenemos una partícula de odio macerando sus jugos,
enmarcando su alegre floración,
su fruta lánguida.
¿Pero qué mares
ay, qué mares, qué abismos tempestuosos golpean
contra el pecho y en lugar de sonrisas abren garras colmillos?
Levanta el mar su enagua florecida, debajo de su piel va
creciendo una ola dispersada en su vacua intrepidez elástica.
Levanta el mar su odio y el estruendo se agita contra los muros
célibes del agua y atrás y más atrás viene otra ola, otro fermento,
otra forma secreta que el mar le da a su odio, se expande sábana
de espuma, se alza torre tachonada de urgencias; es monumento
en agua de la furia sin freno.
III
Todos tenemos
una partícula de odio
y cuando el hierro arde en los flancos marcados
y se siente el olor de la carne quemada
hay un grito tan hondo, una máscara en fuego
que incendia las palabras.
IV
Todos tenemos una
partícula de odio.
Y nuestros corazones
que fueron hechos para albergar amor
retuercen hoy los músculos, bombean
los jugos desesperados de la ira.
Y nuestros corazones
otro tiempo tan plenos
contraen cada fibra
y explotan.
V
Todos tenemos una partícula
de odio
un alto fuego quemándonos por dentro
una pica letal que orada nuestros órganos.
Sí, porque donde antes hubo
sangre caliente, floraciones de huesos explosivos,
médula sin carcoma,
empecinadamente, tercamente,
nos va creciendo el odio con su lengua escaldada
por el vinagre atroz del sinsentido.
VI
Todos tenemos una partícula de
odio
y cuando el índice se agita señalando con fuego,
cuando imprime en el aire su marca de lo infame,
cuando se erecta pleno falange por falange,
¡Ah! qué lluvia de ácidos reproches,
qué arduos continentes se contraen.
El gesto, el ademán, la mueca,
el dedo acusativo
y la uña,
¡ay! la uña,
corva rodela hincándose en el pecho.
VII
Todos tenemos algo que reprocharle al mundo,
su inexacta porción de placer y de melancolía,
su pausada enojosa virtud de quedar más allá,
en otra parte,
donde nuestras manos se cierran con estruendo
aferradas al aire de la desilusión; su también,
por qué no, circunstancia de borde, de extrema lasitud,
de abismo ciego; su inoportunidad, sus prisas,
VIII
Todos tenemos algo que decir de los demás
y nos callamos.
Pero siempre detrás de la sonrisa
de los dientes felices, perfectos y blanquísimos
en sueños destrozamos rostros, cuerpos, ciudades.
Nadie podrá jamás contener nuestra furia.
Somos los asesinos sonrientes, los incendiarios,
los verdugos amables.
IX (coda)
En alguna parte de nuestro cuerpo
hay una alarma súbita
un termostato alerta enviando sus pulsiones
algo que dice:
ahora
y sentimos la sangre contaminada y honda a punto de saltarse por los ojos,
las mandíbulas truenan y mascan bocanadas de aire envenenado y la espina
dorsal, choque eléctrico, piano destrozado y molido por un hacha y los vellos,
las barbas y el escroto, se erizan puercoespín y las manos se hinchan de amoratadas
venas, el cuerpo se sacude convulsiones violentas y todo dura sólo, apenas, un segundo
y una última ola de sangre oxigenada nos regresa a la calma.
Casida de la angustia
I
Un ácido durazno
una escaldada lengua de durazno
un picante y ardiente y amargo y picante durazno
en la escaldada lengua, oh tristes,
eso es la angustia.
¡Ah! sonrisa estudiada, aligerada, ensayada en el espejo
de lo que no digo.
¡Ah! estúpida respiración despepitada, oprimida, deletreada
veneno inocuo
ulceración.
Qué frágil corazón para el que sufre angustia
qué lenta máquina, qué desastrada
y lenta máquina es el corazón.
II
No conoció la fiebre
mi lengua no conoció la fiebre
no se alzó enardecida para un canto febril
sólo un cantar alegre
oh tristes
sólo un cantar alegre
cantaba mi lengua en su canción.
III
Este veneno ya estaba en mí
en mi sangre
antes de mí, mi sangre ardió,
antes de mí, mi sangre envenenaba a otros,
mi padre y su padre y sus abuelos, todos heridos
hasta el principio primordial.
Todos ardían como yo
todos arden conmigo.
IV
Pero el veneno escalda la lengua más feliz
¡oh, tristes!
Hablo de mí, sólo de mí.
(Diván de Mouraria, 1999)
*
Dame, Señor, piedad para mí mismo
y que mi obra te responda.
Francisco Cervantes
Con la pesada llaga ya sin cuerda en el cuello
Con el dogal vacío y la enhiesta pesadumbre que no implora ya más
Que no tunde ya el hueso carcomido, ni la visión postrera
Aquí cerca del junto
Me pongo a recordar muelles del aire donde atracó la sombra de otro tiempo
Me pongo a recordar y digo
Siete palabras sin brillo de cosecha para tu cruel memoria
Que allende el río
Donde la ciudad reposa con luciente escafandra
Donde soñé algún día volver para quedarme
Se van desvaneciendo los deseos
Y de mí sólo queda una vaga sustancia que no me nombra ya
Que no contiene todo el vigor, la lumbre de otro tiempo encendido.
*
Te llamarás Amargo, en tus encías
Florecerá un jardín de arborescente sarro
Y en tu alta cabeza seborrea arrancará mechones
Cataratas de nieblas en tus ojos
Te llamarás Llagado sin afrenta
La viva piel que ulcera la tierra donde pisa
Te llamarás Sin fe
Y habrá otro tú
Edificado en pena
Que infectará en redondo
La lepra es justiciera
Habrá de distinguirte en el mercado
La turba dando voces
Anunciará que llegas
Que el tufo de tus ácidos
Se anticipó a la clara campanilla
*
Y para qué volver te has preguntado
Para qué y para qué
Y para qué volver
Si en el volver hubiera ramos de olor aguardando tu paso
Si en leves frondas cuajadas sí de frutos, de alegres floraciones, de luz concreta y ácida,
Y allá junto a las fuentes un ejército de náyades danzando para ti
Si volver en el agua, dúctil, ligero, fluente; si en el aire
Si volver despertara en ti al que eres, si te volvieras vuelta, giro, comienzo de ti mismo
Si volverte, si volver te fundara, volverías sin dudarlo
Aunque los días pasados no pasaran de nuevo
(De El deseo postergado, 2007)
Statue of liberty
En Fifth Avenue nadie mira al vecino
todos tienen en su abrigo negro un botón
es el botón del excuse me
Avanzan en la acera repleta
de Godiva Chocolatiers hasta Saint Patrick
pronunciando entre dientes excuse me excuse me
(Yo también he aprendido a decirlo
pero aún no logro pronunciarlo con indiferencia
me falta indiferencia)
Cada vez que me topo con alguien
digo excuse me
pero busco la cara, trato de reconocer
el rostro, el cuerpo, con el que he tropezado
me falta indiferencia
Por eso hoy, justo a la salida de Barnes&Noble
he podido observar su bronceada figura
el tacto solid brass de su piel tan pulida
Excuse me, madame, he dicho
y los rayos de su corona han brillado para mí.
(De Pretzels, 2005)
*
Los dos somos señores jóvenes
la juventud desborda por los bolsillos silvertab
Hemos venido al Pont des Arts a despedirnos
entre los intersticios de la madera miro el agua del Sena sin parar un punto
esta cita debió ocurrir hace diez años
desde hoy no serás la mujer a mi lado
falta atravesar la selva de las despedidas
pero no habrá regreso posible
En Saint Germain des Pres
recoges seiscientos francos del suelo
que servirán para unas hamburguesas en el Cluny y tu jersey con los habibis
después vendrá la marcha del boulevard Sebástopol hasta la Gare de l’Est
Somos la imagen de la desdicha
tanta soledad no puede terminar bien
a ti te queda la realidad del sueño
yo sólo vivo el sueño agudo de la realidad
En boulevard Saint Michel entramos a la librería Averroes
pregunto por el poeta Al-Mutamid, rey en Sevilla
pasas los ojos por aquellos signos de extrañeza y piensas que tu casa está donde tu
corazón habita
ahora sientes un cálido afecto por mí
Leo en Ibn Qötaiba:
Esa mujer ha muerto para ti entre jardines y fuentes
Su tristeza es mayor que la belleza del mundo
Ahora la verás caminar ajena entre fiestas y banquetes
Su corazón es la jarra de arcilla
rota por el suelo
*
Ahora que es Halloween la teenager witch
se ha puesto aretes en los pezones
y toma XX lager
El Dj You and me baby / Ain’t nothing but
mammals /So let’s do it like they
do / On the discovery channel
Las muchachas bailan junto a las mesas,
los chicos fuman puros y hablan
de futbol
Yo estoy en la barra recargado sobre
el platito de los cacahuates
Entre el estruendo de música y botellas
me llega un para nada también un no
inventes
Ella está rubia y tobillos percherones,
su cuñado a cuadro y su hermana y su
primo, a todo esto, ella también es sobrina
de la tía
En overshoulder me saluda un ingeniero camisita a
rayas que se parece al padre Amway
Doy un paneo y caigo en extremeshot sobre
la pulserita
Cuando en el memorial hospital de
chulavista freeway 8
Yo en el cine Isabel todo manos tremantes
sobre la Maricruz
Apenas nos llevamos quince años y yo
prefiero Pacífico de media
(Y2K, 2009)
Naufragio en Gláphyras
I
Si tu mano delgada, copo de nieve ardiendo
entrara por mi ropa, desenlazara urgente todo artificio y nuevo
fruto fuera mi carne para tu mano y flecha
tu lengua en mi costado
Si tan sólo tus ojos
dijeran barco, anuncio
nube al borde del cielo, sargazo en la marea
volvería en caracol para sonar las playas
que no ves
volvería
como espuma en la orilla
alimento de nácar que se oye sin hablar
Si tu mano, tus ojos
el agua que golpea en el muelle lejano
me tomara mirando como a un tierno molusco
y ya lejos la concha
su pulpa amedrentada en tus dientes saciando
su litigio de espera
Si tus ojos
tu mano
racimo de ciruelos
tensada la correa de mi barca en la dársena
al vaivén de tus horas
para subir a bordo
Si yo fuera tu pulso
la vista que aguzada coloca el horizonte
a tus pies, si yo fuera
en la serena gavia
el de la voz en cuello:
“¡Tierra a la vista, tierra! Hemos llegado, al fin.”
II
Entro en tu cuerpo, acoso de hierba maldecida
lamo previo el deseo, de saberte intocada
de predecir ansioso el néctar de tu cuello.
Soy yo el que te persigue en la profunda fronda
sin ojos y sin manos.
El que se sabe bestia de hirsuta pelambrera
que ácida orina marca su territorio infecto.
Quisiera darte flores y te doy un bramido.
Y tú la delicada
la imperceptible sombra
la esbelta flor de flores que perfuma a su paso
el aire descuidado
¡Qué peligro mis dedos para tu tallo dulce!
Voy abriendo veredas en el boscoso espino
que ha tundido mi cuerpo.
Deja señas mi sangre en las enhiestas púas
mi costado conserva estigmas de su ardor.
Yo soy el que penetra
el que excava, el que muerde
y cómo lo lamento.
III
Así como después
de andar en círculos
cortando el aire
el pelícano
se resuelve sobre el agua
He venido hasta ti
sin conseguirte
Incrustado el pico
en el denso mar
de tus dudas
Apenas si he rozado
tu escama fulgurante
Y tú que habías nacido
para ser devorada
te das al pez más grande
al más cercano
Sin sorpresa
casi otorgando la aleta a la mandíbula
Yo vuelvo a alzar el vuelo
y mis ojos se pierden
en la rizada superficie
donde tú ya no estás
¿A qué lamentar mareas secas
si el tumbo de las olas
arrojará en su borde
tu esqueleto limpio?
(Inédito)
Coito
Soy yo el que entra en ti
Y mis amantes
Y los amantes de ellas
Y las amantes de los amantes
Y todo el mundo
Y me reciben tú
Y todos los que tú
Y aquellos más allá
Que tú y los tuyos
Todo el mundo se muere en tú y en yo
(Inédito)
Datos vitales
Mario Bojórquez (Los Mochis, Sinaloa, México, 24/03/1968), Becas: para jóvenes creadores del INBA (1992), del FONCA (1994-1995 y 1999-2000), y de creador con trayectoria de DIFOCUR-Sinaloa (1993-1994), del FOECA Baja California (1998-1999) y del FOECA Sinaloa (2002-2003). Premios: Premio Estatal de Literatura de Baja California, 1990; el Premio Abigael Bohórquez, 1995; el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa, 1996, el Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura, 1996 y los Premios Bellas Artes de Literatura Nacional de Poesía Aguascalientes, 2007 y Nacional de Ensayo Literario José Revueltas, 2010. Libros: Pájaros Sueltos, 1990; Contradanza de pie y de barro, 1996, Diván de Mouraria, 1999, Pretzels, 2005, El deseo postergado, 2007 y Y2K, 2009. Su obra ha sido traducida al francés, italiano, portugués y al inglés y publicada en Portugal, Francia, Italia y Estados Unidos. Ha publicado una antología de poesía amorosa de Jaime Sabines y otra de Eduardo Lizalde. Se desempeñó como editor asociado de la revista Biblioteca de México (Premio Nacional al Arte Editorial 2004, CANIEM), profesor de retórica de la Fundación para las letras mexicanas y director general del Encuentro Iberoamericano de Poesía Ciudad de México. Actualmente es Tutor de Poesía en el programa Jóvenes Creadores del FONCA y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.