Presentamos la poesía de Omar Lara (Nueva Imperial, Chile, 1941). Por su obra, ha merecido premios como el Casa de las Américas (La Habana, 1975), el Premio Casa de América de Poesía Americana (Madrid) y el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Trieste (Italia).
PASEO Y AIRE
(Iglesia de San Juan Chamula)
Lo que sea
suspiró
mientras asfixiaba una flor amarilla entre sus manos
Era un día como otros en el pueblo
y en la iglesia verdementa
ante el retablo
una gallina con el pescuezo torcido
volaba con los males de un niño en penumbras
Afuera
las calles eran de sol y lluvia sin aviso
Quise entrar en el ámbar de tu pecho
como un bicho atrapado hace milenios
IMAGEN OLMECA
Me gusta esa mujer
con las rodillas juntas
y los brazos cruzados
y los ojos cerrados
y la cabeza gacha
y la mollera cruda
Yo voy a esa mujer
con las rodillas juntas
y los brazos cruzados
y los ojos cerrados
y la cabeza gacha
y la mollera cruda
yo voy a esa mujer
¿Ha pensado en el sueño
de abrirnos las rodillas
de descruzar los brazos
de despertar los ojos
de elevar la cabeza
de ardernos la mollera?
Me gusta esa mujer
Yo voy a esa mujer
tiene un ala y yo tengo
la garra
Yo sueño esa mujer
pareciera
que a veces
también ella
me sueña
CAMPO DE REFUGIADOS
Las palomas en su palomar
las palabras en su palabrar
Mi habitación es un campo de refugiados
de todos los lugares de la extraña
me vienen los temblores de tus piernas
me vienen los dolores y las provocaciones
del dolor
Bienvenidos a esta tierra de nadie
que se puebla de gozos y explosiones
de tulipanes lúbricos
según las predicciones de la maga
Una vez a una maga levanté las polleras
y levanté su blusa
buscaba sus pezones buscaba
la pelusilla tibia de sus pechos
y descubrí las nubes de su cuerpo
es decir
sus pechos eran nubes que pacían en vuelo
ante el estupor de mis dedos falaces
Desde no sé qué ignora dimensión
viajaban esos pechos
burlándose a sí mismos
debajo de la blusa
no sabía besar
es cierto
pues en sus labios cultivaba tulipanes
y grandes y armoniosas palabras
cual máscaras quiméricas
Esas nubes me hicieron divagar durante varios segundos
me hicieron sollozar sentado en una roca
y me hicieron buscar lugares que en los mapas
no figuran siquiera
Por eso
cuando miro las nubes pastizando en el cielo
yo sé qué son
yo sé qué son
no son corderitos o ángeles extravagantes
yo sé qué son
Pues recuerdo esa blusa y sus fuentes secretas
y las manos vagando por nubes que no eran
ELISABETH SCHWARZKOPF
Alguien canta en mi oído
alguien cuenta en mi oído
que se fue que se ha ido
Amada voz le digo
no sé si a quien me cuenta
no sé si a quien me canta
amada voz repito sin soltar una lágrima
esa mujer me amó se lo digo tranquilo
ni me arrugo ni chillo
se lo digo al pasar
no sé si a quien me cuenta
no sé si a quien me canta
se lo digo al pasar
como si no dijera
esa mujer
le digo
me sentó en sus polleras
nos besamos
le digo
con cierta alevosía
Esto ocurría en Bucarest
en la Ópera de Bucarest
para ser más exacto y evitar desmentidos
podríamos incluso precisar una fecha
digamos por ahora que fue por los setenta
una tarde de niebla
una noche de nieve
cuando nos desplomamos uno en sueños de otra
y cruzamos las piernas en actitud de ruego
en actitud de ciego
en actitud de fin
Porque fue mas o menos lo que ocurrió esa noche
cuando ella y yo escuchamos
yo su temblor de nieve
ella mi arteria torpe
que corría y corría
hasta hallar el torrente que hoy me dijo en el canto
que se fue nuestra Elisabeth
nuestra cómplice niña
mientras yo susurraba
no sé si a quien me canta
no sé si a quien me cuenta
cómo abrace esa noche su respiro de fuego
y la hice mi respiro
No sé si a quien me canta
no sé si a quien me cuenta
DE LOS NOMBRES
De los nombres el más preciso
N a d a
espacio y nada
suma de garra
esófago
suma de repentino y
hálito
Efemérides dónde
celebración y olvido de lo mismo
se confunden se rompen la quijada
Horrorosa matriz de la perversa
zona de lo innombrado
Zona de olvido
del nodeseo y nada.
VELOCIDAD 1
Atisbo un signo de puñal
una noticia en sobre oscuro
una verdad y una mentira
una señal
Madura una idea como un fruto
que no cuelga de ningún árbol
aletea en mi hueso y en mi espasmo
pájaro enjuto
Vine esta mañana a encontrarlo
como un caballero vida en ristre
quebró mi lanza y mi suspiro
dobló mi mano.
VELOCIDAD 2
Miro de espaldas este día neutro
este día sin cuero ni carozo
estas horas huidizas de mi gozo
este absurdo ignorante de mi centro
Apenas una voz en el vacío
una soga que salva o que flagela
una semilla ausente que en la arena
sabe muy bien que huyó lo que fue mío
Este día no existe si no existe
el rito del ensueño y del abrazo
llega la sombra y ya no queda trazo
y apenas si te acuerdas que hoy viviste.
MANOS
Como dos ramas o dos pájaros
como dos bailarinas o dos flores
flotando en el mismo aire
dos manos en pos de sí mismas
enlazadas en la fugacidad
las manos que fueron a la tierra
las que fueron martirizadas
las que acarician tenazmente
las que venero para siempre.
CÓMO SE HACE UNA TARDE
Éramos dos libélulas en torno al dulce vino
éramos dos libélulas en la tarde quietísima
volábamos
volábamos
enredadas las alas
en la música antigua
Yo contaba tu sueño
ese que me soñaste
ese sueño de mí construyéndome en ti
volaba el vino antiguo y yo lo trasegaba
en la boca de quién en el aire de quién
Éramos dos libélulas trastornadas y ciegas
mientras la tarde armaba su pedestal ubérrimo
su escalera su trino su nostalgia su plan
su secreta artimaña
La tarde nos hacía a su amaño y su gracia
nos besó y nos bendijo
nos tomó de la mano nos condujo nos hizo
brevemente tan sabios como esas dos libélulas
que demoran su vino en la tarde estancada.
DÍA DE MUERTOS
Bebo el vinillo triste de Imperial
con mi madre que amadra sin descanso
aquello que no sabe y no sabiéndolo
lo vuelca de un sentido sin sentido.
Una muerta en la boca me deslumbra,
una sombra
un sonámbulo tributo
el despertar confuso de otra sombra
que difunde mi aliento en la penumbra.
Una muerta que viene con el río,
una sombra que finge de estar viva.
Nos vamos y llegamos en un círculo
que al fin encontrará su punto cero
y no habrá verso
vino
ni suspiro.
Cómo será sin lluvia y sin abrazo…
Será como esa piedra o esa hierba
o será como el viento que fatiga
la calle solitaria de Noviembre.
ENCUENTRO EN PORTOCALIU
En ese tiempo yo corría detrás de una sombra.
Desde el décimo piso en el barrio de Drumul Taberei
yo miraba a través de un niebla caliente,
a través de una humedad humosa,
a través de las reverberaciones de agosto
una figura venía caminando
desde la parada de autobuses.
Una figura parecía dirigirse hacia mí,
yo la veía perfectamente desde el décimo piso
en el barrio de Drumul Taberei:
era la odiada figura conocida,
su aborrecible rostro estaba ahí y su pelo
que el sol no incendiaba y con él todo su cuerpo.
Yo miraba petrificado la escena,
los indolentes pasos y su entorno:
árboles, cosas en movimiento, el asfalto que el sol
ondulaba.
Yo miraba esa escena con su centro precioso…
En esos tiempos yo escribía un poema titulado
“Encuentro en Portocaliu”,
era necesario encontrarme rápidamente
porque –pensaba yo- ¿la poesía para qué puede
servir sino para encontrarse?
Eso fue después de escribir muchas cartas
preguntando
¡dónde estoy? Nadie sabía donde estaba
y no podían decírmelo,
de modo que empecé a decir a diestra y siniestra
protégeme con algo el corazón.
Protégeme con algo el corazón
seguía repitiendo
y como no me entendían
comencé a escribir unos poemitas insidiosos
relativos al río Dimbovitza,
relativos a la columna del infinito,
relativos al plan quinquenal.
Hasta que un día en Portocaliu.
Un día en Portocaliu
(en Portocaliu hay un sol amarillo como cáscara de
naranja)
una tarde en Portocaliu
(en Portocaliu hay unos grandes pájaros con dos patas
larguísimas y picos en forma de corazón)
una noche en Portocaliu
(estaba escrito que no te encontraría
en Portocaliu
pero guardo el recuerdo de esa espera y huellas
de picotazos en forma de corazón).
TOQUE DE QUEDA
Quédate
Le dije
Y
La toqué
CÍRCULOS
Pregunté entonces por el dolor.
Me dijeron:
Una ola fastuosa sobre el río.
Me dijeron:
El abrazo, la mejilla, el regazo.
Me dijeron:
Un verso de Ramos un verso de Carlos.
Me dijeron:
El sonido más amado de la lluvia que amas.
Me dijeron:
El viaje hacia tu propio corazón.
LOS PÁJAROS SE HAN IDO
Los pájaros se han ido y oscurece el cielo
estremecidas bandadas pesadas de adioses,
se olvidan algunos de mover las alas
y caen a tierra firme,
pesados
¡a tierra firme!
Fueron los años venideros los más turbios de todo
el arcoiris,
llovían palabras humedecidas por un largo trayecto,
llenas las palabras de plumas de pájaros moribundos,
desteñidas horribles hediondas plumas mojadas.
No era un mundo que se deshacía,
no era un mundo que se debatía,
eran apenas las plumas de torpes pájaros
engañados por las estaciones,
abrumados por vientos contrarios,
seducidos por las señas
que hicimos desde abajo.
GRAN HIMALAYA
Es un hecho que no subiré jamás a las cumbres del Gran Himalaya;
está escrito que los hombres allí se vuelven dioses
y el poder temible de la naturaleza disminuye a los seres:
sus pasiones,
a una blanda indolencia.
Pero yo no subiré al Gran Himalaya,
tropezaré con las piedras del camino,
me embriagaré con deleznables licores,
seguiré maldiciéndome con ternura.
EN UN TREN YUGOSLAVO
1
A mi lado hablan los hombres,
dulces y agredidos,
fumamos y el humo nos une,
no entiendo qué dicen
pero cruzan las manos
en un gesto
que me es familiar.
2
Durante varias horas nos ha acompañado
un pequeño río
de grises y duras aguas.
Quisiera preguntar cómo se llama
¿cómo se llama este río?
sonríen,
cómo se llama este río,
sonríen,
este río se llama Sonrisa.
No hubiese podido irme sin saber su nombre.
Datos vitales
Omar Lara (Nueva Imperial, Chile, 1941.) además de su obra de creación –que comprende más de una veintena de libros, entre ellos Los Buenos Días, Serpientes, Memoria, El viajero Imperfecto, Islas Flotantes, Vida Probable, Fuego de Mayo, Bienvenidas calles del Perú, Voces de Portocaliu, La Nueva Frontera, Delta, Papeles de Harek Ayun, – Omar Lara es traductor del rumano, labor que ejerce a partir de su exilio en Bucarest, entre 1974 y 1981 (exilio que lo llevó antes a Lima y luego a Madrid). Editoriales rumanas, españolas, mexicanas, chilenas y peruanas han publicado varias de sus traducciones y una de ellas, El Ecuador y los Polos, de Marin Sorescu, mereció el Premio Internacional de Poesía Mística Fernando Rielo, Madrid 1983. Del mismo Sorescu en Mexico se publicó El Centinela de la Galaxia (2007) y de Eugen Jebeleanu La sonrisa de Hiroshima (2009). Lara es también traductor de Mihai Eminescu, Al., Macedonsky, Ion Barbu, Gellu Naum, Geo Bogza, St. A. Doinas, Ion Caraion, Marin Preda, Maria Banus, Dinu Flamand, entre otros escritores rumanos. Algunas distinciones recibidas por el poeta son el Premio Casa de las Américas (La Habana, 1975), la Beca de Creación John Guggenheim (1983), la Medalla Mihai Eminescu, que concede el Gobierno de Rumanía (2001), la Medalla Presidencial Centenario Pablo Neruda (2004). En su calidad de director de la Revista Trilce, recibió el Premio de la Sociedad de Escritores de Chile 2006, que conceden los ex presidentes de la entidad. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Fernando Santiván, el Premio Casa de América de Poesía Americana (Madrid) y el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Trieste (Italia). En 2009 fueron publicados sus libros Foto&Grafia (Chile), Vida, Toma mi Mano (Cuba); Argumentos del Día. Antología Personal, (México), La tierra prometida (España); y la antología Prohibido asomarse al interior (Chile). Recientemente (febrero 2010) apareció la segunda edición de Argumento del Día y Otros Poemas, y en Asunción la 2. ed. de Voces de Portocaliu. La Editorial Visor de Madrid editó la antología La Piedra Habla, del rumano Lucian Blaga, en traducción de O.L. y Gabriela Capraroiu. A fines de 2010, la Editorial Círculo de Poesía, de México, publicó La mesa del silencio. 11 poetas rumanos contemporáneos. En junio de 2009 recibió el Premio Internacional Ovidio de Traducción de la Unión de Escritores Rumanos. En junio de 2010 le fue otorgado el Premio Internacional Domus Aurea, que concede la Universidad de Roma y otras entidades culturales italianas.