Presentamos al poeta español Javier Bozalongo (Tarragona, 1961). Ha publicado, entre otros, “Viaje improbable” (Renacimiento, 2008) por el que obtuvo el XI Premio Surcos de Poesía; y “La casa a oscuras” (Visor, 2009), al que le fue concedido un Accésit del Premio Jaime Gil de Biedma de la Diputación de Segovia.
TARRAGONA
A mis hermanos Ana y Antonio
En la ciudad sin puertas
las ruinas de mi infancia
nunca fueron romanas.
En el anfiteatro
de mis jóvenes años
las piedras saben más
de lo que yo recuerdo.
Subir a tocar ferro
fue después la rutina
que animaba las tardes
al terminar las clases:
era la eucaristía
que juntos celebrábamos
los miembros de distintas religiones.
Un solo dios: el mar,
al que adorar en lenguas diferentes
mientras el sol, aliado con la piedra,
daba cuerda al reloj
que adelantaba el tiempo de marcharse.
(De Hasta llegar aquí, 2005)
GRANADA
A Lucía y a Paula
El norte nos impuso afanes
que el tiempo ha desmentido,
demostrando que no es la línea recta
el camino más corto
entre la nada y la felicidad.
Como el avión que en círculos
se acerca a un aeropuerto
donde no puede aterrizar;
como el barco que espera
atracar en la orilla;
de ciudad en ciudad
buscándole acomodo a un equipaje
que todos ven pasar, pero nadie reclama.
Hasta llegar aquí,
me he sentido extranjero en demasiados sitios.
(De Hasta llegar aquí ,2005)
[IGUAL QUE EL NIÑO…]
Igual que el niño que al cerrar los ojos
cree que nadie lo ve
así he pasado yo,
como un hombre invisible.
Igual que el mudo utiliza los signos
para hacerse entender
así he pasado yo,
como un hombre en silencio.
Igual que el sordo mira fijamente
los labios y las manos de quien habla
así he pasado yo,
como un hombre solícito.
(De Viaje improbable , 2008)
LUZ SIN SOMBRA
Las citas clandestinas
tienen los ingredientes
que hacen de la locura
un hecho cotidiano:
sales de la oficina saludando
al tiempo que consultas el reloj;
te subes en el coche
dejando que el deseo tome el mando.
No eres tú quien decide:
tu vida la conduce quien te espera.
Queda luz a la vuelta. Luz sin sombra.
(De Viaje improbable , 2008)
CARTA A UN LECTOR
Se tarda aproximadamente
veintisiete minutos,
si tienes la vista acostumbrada,
en terminar un libro de unas sesenta páginas.
El índice no cuenta, ni las dedicatorias,
ni las hojas que nombran cada parte
ni las números pares que a veces van en blanco.
Ya ves lo que te queda: en cuatrocientos versos
ha dejado en tus manos su vida este poeta.
No te pido que te muestres amable
o seas indulgente,
no te quiero entregado
ni cómplice ni falso.
Sólo quiero contigo volver a andar lo andado.
(De La casa a oscuras, 2009)
ANTÁRTIDA
Como hielo que funde
y termina mojando
el exterior del vaso,
así nuestra tristeza
acaba resbalando por la piel,
haciéndose visible.
La pena se convierte
en un río indomable
que desde el corazón se precipita
con intención suicida
hacia el vacío.
Ni muere ni nos mata en la caída,
dejándonos heridos y furiosos
como esos animales que han probado la sangre
y no sacian su sed
sino en la herida.
Es preciso saber quién dirige la mano que esto escribe.
Necesito un poema con aire suficiente
en el que sumergirme
el tiempo necesario
para que todo cambie.
Como hielo que funde
alterando el paisaje,
convirtiendo en inútiles los mapas,
caminamos perdidos por la Antártida
buscando una señal, una salida.
(De La casa a oscuras, 2009)
CALENDARIO
(En ausencia del padre)
Fumo antes de comer
lo que ayer me duraba todo el día,
fumando por la tarde
el humo anticipado de mañana.
Espero tu llamada anunciando visita,
busco en la biblioteca los libros que te gustan,
hago acopio de fruta y chocolate,
te veo siempre un poco más delgado,
subo el volumen del televisor,
no demuestro que sé que no me escuchas…
Hace ya más de un año.
Este es el calendario de tu ausencia,
la memoria de un fumador herido.
(De La casa a oscuras, 2009)
AUTORRETRATO
Los hay que viven sin contar los días
y se les vuelve el tiempo
felicidad sin prisa.
Los hay también pendientes del reloj
y se vuelven del tiempo
feroces enemigos.
Los conozco gratuitos, pusilánimes
que simplemente están.
Ni son. Ni lo parecen.
(De La casa a oscuras, 2009)
DESPEDIDA SIN CANCIÓN
A Juan Pinilla
Como el loco que se escribe a sí mismo
y espera recibir la carta
para ver lo que dice,
o el náufrago que atiza un fuego inútil,
igual que el capitán aguarda
a que el barco se hunda – y no sabe nadar-.
Como el actor desmemoriado, viejo,
que no logra hilvanar el guión olvidado,
como un submarinista sin oxígeno
o un pescador viviendo tierra adentro,
un farero sin faro, un mar sin barcos,
como un avión sin tren de aterrizaje,
una cantante muda o un piloto ciego.
Sin más utilidad ni más futuro,
así, sencillamente,
abandonan el mundo los que han amado poco.
(Inédito)
CITA A CIEGAS
(Poema de amor)
Me gusta la ginebra
con tónica,
contigo.
Sobre el hielo unas gotas
de limón exprimido
complican tu reflejo
en el fondo del vaso.
La escasa luz y el humo
pueden hacer el resto:
qué más nos dan
mi nombre o tu teléfono.
Soñar es peligroso.
París está muy lejos
y mi casa, aquí al lado.
(Inédito)
Datos vitales
Javier Bozalongo (Tarragona, 1961) Ha publicado los poemarios Líquida nostalgia (2001), Hasta llegar aquí (Cuadernos del Vigía, 2005), Viaje improbable (Renacimiento, 2008) por el que obtuvo el XI Premio Surcos de Poesía; y La casa a oscuras (Visor, 2009), al que le fue concedido un Accésit del Premio Jaime Gil de Biedma de la Diputación de Segovia. Es asesor del Festival Internacional de Poesía de Granada desde su primera edición en 2004 (www.fipgranada). Ha colaborado en revistas como Cuadernos Hispanoamericanos, El Maquinista de la Generación o Carátula. Desde septiembre de 2009 coordina el Ciclo Poesía en el Palacio, que se celebra mensualmente en Granada (www.hospes-poesiaenelpalacio.com). Su página web es www.javierbozalongo.com