El poeta argentino Luis Benítez (Buenos Aires, 1956) ha publicado en la revista Sur y Sur de Santiago de Chile las siguientes entrevistas a los autores de “Poesía ante la incertidumbre. Antología de nuevos poetas en español” en donde se da respuesta a algunos cuestionamientos que ha despertado el volumen. Benítez mereció el Primer Premio Internacional de Poesía La Porte des Poètes (1991).
En el comienzo fue un manifiesto. Se llama Defensa de la poesía, lo suscribió un grupo de jóvenes poetas españoles y americanos y desató una fuerte polémica entre los que se sumaron a sus propuestas y quienes las denostaron. ¿Qué dice este manifiesto que tanta polvareda levantó, en tiempos de la tan cacareada “muerte de las utopías”, lanzado en la época de, quizá, mayor desencanto que haya experimentado la humanidad?
El lector puede leerlo completo aquí, pero resumiremos muy groseramente sus postulados diciendo que reclama el retorno de la emoción a la poesía, su humanización, un nuevo despliegue de su capacidad de comunicar y establecer lazos intensos con la sensibilidad del lector.
Todo ello, dice claramente el manifiesto en cuestión, frente al empobrecimiento y la dispersión, la artificialidad, lo fragmentario y excesivamente experimental que se ha vuelto el caudal poético en nuestra era. Como dice textualmente Defensa de la poesía en uno de sus párrafos:
“Los discursos fragmentarios, el irracionalismo como dogma y el abuso del artificio han supuesto la ruina de la poesía en muy diferentes etapas de la historia de la literatura. Han hecho tanto daño, que hoy la poesía está considerada como un género difícil que sólo leen los poetas, porque sólo parecen entenderse entre ellos como los habitantes de unas ínsulas extrañas”.
Y agrega: “Prueba de ello es el estado comatoso que tiene el panorama poético en la mayor parte de los países europeos, algunos de ellos con tradiciones literarias tan importantes como Italia o Francia. También es evidente la marginación que sufren los libros de poesía en cualquier espacio, ya sea una librería, un suplemento cultural, un periódico, una biblioteca… Los lectores empiezan a alejarse peligrosamente de la poesía, entre otras cosas porque cuando
empezaban a intuir que se trataba de un género accesible, que transmitía emociones, algunos poetas de las nuevas generaciones están sembrando la oscuridad en la incertidumbre, eso por no mencionar las poéticas del silencio”.
“Chus Visor”, el ojo avizor
También él criticado por algunos y alabado por muchos otros, Jesús García Sánchez —conocido en el ambiente editorial como “Chus” Visor—, alma máter de la española Editorial Visor, se precia merecidamente de conocer a fondo todo lo que sucede en la poesía iberoamericana. Y apostó —como tantas otras veces lo ha hecho, generalmente con éxito— a la novedad de este movimiento de autores jóvenes que buscaban renovar aquel contacto íntimo que la poesía tenía con sus lectores.
Y se jugó una buena carta: editó recientemente una antología del género llamada Poesía ante la incertidumbre, que sorprendentemente, para las que son las posiciones habituales de este tipo de emprendimientos, ganó los primeros puestos en ventas en España. Este tsunami poético tuvo sus réplicas en América: el libro se editó también en México, El Salvador, Nicaragua y Colombia, con no menos aceptación que la demostrada por los lectores ibéricos. Y las tierras y las aguas del género seguirán temblando, pues en septiembre próximo advienen las ediciones argentina, chilena y peruana, con incorporaciones de más autores.
Para preocupación de quienes no gustan de la comunicación, la emoción y en definitiva, la humanización de la poesía y, según parece, para beneplácito de muchos, muchos más, generalmente anónimos, pero que deciden: ellos, los lectores.
Para conocer mejor este fenómeno, les preguntamos a varios de los poetas integrantes de la selección Poesía ante la incertidumbre:
) ¿Cuál fue su experiencia respecto del lanzamiento del manifiesto “Defensa de la poesía” y de la antología “Poesía de la incertidumbre”?
2) ¿Qué opina de las reacciones que, en contra de los postulados que ustedes sostienen, se han levantado desde diferentes sectores?
Estas fueron sus respuestas
Alí Calderón
1) Poesía ante la incertidumbre es un proyecto importante para mí porque ofrece una palabra más (no la palabra final ni absoluta) al debate sobre el actual estado de la poesía en lengua española. Un debate por demás necesario en nuestro tiempo. Pienso que nuestra poesía llegó a lo que Alan Badiou ha llamado “un punto”, es decir, aquel momento en que, ante determinado estado de cosas, se requiere dar un cambio de rumbo, un golpe de timón, plantear un nuevo comienzo.
¿Por qué? Bueno. Partiendo del entendido de que la riqueza de la poesía en lengua española radica en la pluralidad de lenguajes literarios, debemos estar conscientes también de que algunos de éstos, por cuestiones de “campo literario”, gozan de mayor prestigio que otros y se imponen e incluso dictan canon. Esto comenzó a suceder, al menos en México, con las formulaciones teóricas del segundo Octavio Paz, que hacia los años sesentas sostenía que, ante la pérdida de imagen de mundo, la poesía tendía, entre otras cosas, a la disolución de los significados.
Decía: el poema es “una forma que no encierra significado sino una forma en busca de significación”. En América, a la objetivación de esta poética se le llamó “poesía del lenguaje”, “neobarroco” (que es maravilloso en Perlongher, Hinostroza, Kozer) o “poética del riesgo”. Esta tendencia ha sido global, por supuesto. En tradiciones literarias como la norteamericana, el poeta Tony Hoagland ha señalado una característica fundamental de esta manera de construir la poesía: una preferencia generalizada por lo conceptual sobre lo corpóreo, lo sensible, lo emotivo, lo narrativo, lo discursivo.
A lo anterior debe sumarse, según algunos críticos, la progresiva desaparición del sujeto lírico como estrategia de enunciación; una especie de alegoría del difuminar del sujeto en el espacio social. Esa visión, a todas luces, ya no alcanza a explicar la actual poesía escrita en español. Después de casi cincuenta años sería incluso aburrido seguir ponderando el procedimiento per se, el experimento vacuo, no efectivo, el “riesgo” que nos da gato por liebre y que de innovador no tiene ni el cliché de su actitud.
Por eso la apuesta de este volumen de poemas está definida, ante todo, por una manera de entender la poesía. Una manera que no es nueva, desde luego, pero que vale la pena revalorar porque todos los días se pregunta ¿qué hay de común en la poesía que nos es entrañable, de Aquíloco a César Vallejo, de Catulo a José Watanabe, de Garcilaso a Adoum? ¿Qué es eso que une a Basho y a Cardenal, a Keats y a Eduardo Lizalde, a Mallarmé y a Netzahualcóyotl?
Yo estoy convencido de que la respuesta es: la emoción, en sus diversas formas, pero a final de cuentas la emoción. Por eso creo en una poesía que conmueva y, en el mejor de los casos, estremezca, cimbre. Pero una poesía que además comunique, desentrañe, intuya, que diga algo, que porte sentido. La utopía de este tiempo que vivimos, para ponerlo en términos de Ernst Bloch, es la búsqueda del sentido, si se quiere, de otro sentido. Por eso “Poesía ante la incertidumbre” es importante para mí, porque hay poetas (no sólo los que están incluidos en este volumen) en todo el ámbito de la lengua española y en distintas generaciones que comparten estas inquietudes. No sólo lo difícil es estimulante, quizá lo sea más la construcción de sentido.
2) Me parece fantástica la respuesta que ha tenido la antología en los distintos países. Muchos tipos de respuestas y en distinto tenor. Significa que el objetivo primero está cumplido: promover, continuar el debate sobre la poesía, repensarla, etc. Eso es valiosísimo. Por otro lado, creo que gran parte discusión, hasta donde sé, se ha desarrollado en el ámbito del campo literario y de su funcionamiento. Es decir, los comentarios se inscriben más en la sociología que en la poética.
Yo estoy centrado ahora mismo en cuestiones de poética. En cualquier caso, en nuestra época, resulta irrisorio creer en las verdades absolutas, en la imposición de las ideas. No hay hechos, hay interpretaciones. De lo que se trata es, desde la poesía, responder (de las formas más variadas) al tiempo en que vivimos, dar cuenta de nuestra existencia concreta, del aquí y el ahora, de la manera en que participamos del mundo.
El poeta mexicano Mario Bojórquez lo explica del siguiente modo: “La poesía de nuestro tiempo es fragmentaria y total, tanto como lo es la realidad que vive el hombre en estos días: el pensamiento reproduce procesos del desarrollo industrial; La palabra escombros nos remite inmediatamente a esta noción fragmentada del discurso poético actual, el hombre recoge pedazos de realidad para construir, reconstruir la totalidad de su ser íntegro.
“La escritura poética participa en el desarrollo de estéticas que ahora mismo están germinando y que muy pronto encontrarán caminos adecuados de divulgación, dando cuenta de los procesos industriales y de comercialización global, el mundo paralelo de la cibernética con sus placeres virtuales, la entronización de las migraciones con los sub-productos de insaculación metalingüística, el dinero de plástico y un capitalismo degradado que nos hace más una estadística que personas reales”.
Es ante ese mundo que el poeta que escribe en español, o en cualquier lengua, debe responder. Las respuestas serán variadas porque la poesía es múltiple, no se le alcanza de una sola manera y más bien sólo podemos hacer frente al reto perfeccionando nuestras herramientas expresivas. Ha llegado el momento de que la poesía, además, dé cuenta de la realidad más extrema.
Me refiero no sólo a cantar la experiencia del hombre sino a dar un paso al frente y mostrar la estructura de la realidad con sus dos rostros, el de la conciencia, lo inconsciente y manera en que se complementan ambos planos, algo que han mostrado ya en otros ámbitos los seguidores de Carl Jung. La poesía, por tanto, debería ser un “ver más allá”, un “ver detrás de la apariencia”. En cualquier caso, la poesía lírica, la poesía del yo, su intensidad, su urgencia, serán siempre un espacio de resistencia frente al mundo, el primer reducto de la utopía.
Jorge Galán
1) A mí me asombró mucho el interés mediático que generó el libro. En mi país —vivo en San Salvador— nunca ocurre eso con un libro, menos si es de poesía, y no estaba acostumbrado a nada parecido. Así que fue una experiencia aleccionadora a la vez que asombrosa.
2) El manifiesto, que sirve como prólogo del libro, sostiene ciertas verdades que, en muchos casos, a mí me resultan obvias. Una obra de arte siempre comunica algo. La emoción tiene su punto de inicio en el artista y acaba en el espectador, o, en este caso, en el lector. Y el manifiesto sostiene eso: que debe existir ese proceso de reciprocidad. Que se debe comunicar lo que se siente o se piensa.
“Creo que ningún artista pueda estar en desacuerdo con eso. Por tal motivo creo que algunas de las reacciones en contra son infundadas o un tanto exageradas. No estamos diciendo nada terrible. Quién podría decir que Whitman no fue un innovador. ¿Y acaso Whitman tenía un discurso vacío? ¿Acaso lo tenía Pollock o Rosemberg? No estamos en contra ni de la innovación ni de las vanguardias sino de la falta de autenticidad, del discurso vacío. Nadie tendría por qué quejarse de ello. No hemos dicho nada que no sea válido. Sin duda, algunas de las razones de esa queja no las comprendo.
Raquel Lanseros
1) Ha resultado una experiencia muy grata, tanto por el sentimiento de compañerismo surgido entre todos los poetas antologados y el enriquecimiento que suponen nuestros diversos orígenes geográficos y biográficos, como por la oportunidad que todo ello me ha brindado de reflexionar concienzudamente sobre el hecho creativo, sobre la propia génesis poética.
Nos ha sorprendido la buena acogida que ha tenido por parte de los lectores, de hecho en España lleva cuatro semanas en los puestos altos de los libros de poesía más vendidos, algo verdaderamente inusual para una antología.
2) Creo que el disenso y la confrontación de ideas constituye siempre algo muy saludable. Nadie en su sano juicio puede creerse en posesión de la verdad, y menos en algo tan etéreo e intangible como la poesía. No es de extrañar que haya oposición e incluso malinterpretaciones genuinas o interesadas.
Desde mi punto de vista todas las opiniones bien argumentadas a favor o en contra son bienvenidas y contribuyen a la reflexión y al enriquecimiento colectivo. Nosotros también hicimos cesiones y llegamos a pactos para consensuar un texto con el que todos pudiésemos identificarnos. Todos estamos aprendiendo mucho antes y después, y eso es lo que cuenta después de todo.
Daniel Rodríguez Moya
1) Sin duda ha sido una suerte poder compartir una visión de la poesía, en la que he ido creyendo cada vez con más fuerza, con otros autores de tan distinta procedencia. Tengo claro que algunos de los momentos más enriquecedores que he podido experimentar han sido los intensos debates a través de skype, del correo electrónico, del teléfono, con todos los poetas que hemos llevado a cabo este proyecto. El camino que partió de una conversación en un bar de rock de Madrid ha sido maravilloso. Hace un par de día volví a escuchar aquellas charlas que grabé y que sirvieron para configurar el texto Defensa de la poesía con el que se inicia la antología.
No fue difícil ponernos de acuerdo en lo esencial, porque por distintos caminos cada uno de nosotros pensaba en la poesía de una manera muy similar. Todos habíamos llegado a la misma encrucijada. Fue como encontrarse en un cruce de caminos y decidir continuar acompañados. Y en eso estamos ahora.
No quiero olvidar el peor momento de todos. Poco antes de que el libro entrara en imprenta mi amigo el poeta Fran Ruiz Udiel decidió dejar de respirar. El primero enero de 2011 desperté sobresaltado con la horrible noticia que me llegaba desde Nicaragua. Fran fue de los autores más entusiastas durante el proceso de elaboración del manifiesto Defensa de la poesía. Creyó en el proyecto desde el principio. Ahora ya no está para ver cómo están saliendo las cosas.
Para mí Poesía ante la incertidumbre” además de un proyecto ilusionante, es recordar a Fran y las tardes en Managua, charlando en casa de Claribel Alegría con un roncito que no queríamos terminar.
2) En cierto modo esperaba reacciones contrarias a la visión que defendemos de la poesía aunque me ha sorprendido la virulencia con la que desde algunos sectores se ha atacado al proyecto, cayendo en descalificativos en ocasiones vulgares y soeces fuera de cualquier enfrentamiento dialéctico constructivo.
Es positivo, claro está, que se expresen divergencias, que se enfrenten puntos de vista distintos, que se abra el debate en el anquilosado mundo de la poesía, pero lamentablemente parece que “Poesía ante la incertidumbre” más bien ha abierto la caja de los peores truenos. Pero hay algo que me llama poderosamente la atención de las reacciones que hasta el momento he podido leer en diversos medios: nadie habla de los poemas de los autores que conformamos el libro, ni siquiera para destrozarlos. Y no sé cómo interpretarlo.
Fernando Valverde
1) Una experiencia muy positiva. He tenido la suerte de formar parte de este proyecto y de compartirlo con poetas a los que admiro y que se han convertido en amigos entrañables. Además, encontrar a personas con los que uno comparte la visión del mundo a través de la literatura es algo muy enriquecedor.
De alguna forma, cuando comenzamos a trabajar en Poesía ante la incertidumbre, nos sentíamos arrinconados, rodeados de verdades absolutas impuestas que no nos creíamos, pero que nos acorralaban.
2) En muchos casos han sido reacciones nerviosas. La antología ha sido el libro de poesía más vendido en 2011 en España y lleva el mismo camino en América. Nosotros no escribimos el manifiesto en contra de nadie, pero por el contrario se han redactado muchos manifiestos y muchas calumnias en nuestra contra. Esto es muy significativo de dos formar de ver la poesía.
Hay quien desde hace años lleva sirviéndose de la literatura. Y utilizo esa palabra con todas las implicaciones que sé que tiene. Han hecho mucho daño a la poesía porque se han esforzado en hacerla parecer un género difícil, reservado a personas con una sensibilidad diferente, especial. Me parece algo repugnante.
La poesía no es patrimonio de unos pocos. Es normal que al reivindicar a las personas normales, al querer devolverles lo que siempre ha sido suyo, algunos aristócratas se hayan disgustado.
Ana Wajszczuk
1) Fue una muy buena experiencia, sobre todo por contar con compañeros tan entusiastas y por la excelente repercusión que la antología ha tenido, muy inusual para un libro de poesía. Me interesa, por sobre todo, que la poesía se difunda y llegue a otros públicos, y tenga una función genérica, de generar nuevos discursos.
2) Sinceramente no las he leído pero las respeto, por supuesto, sobre todo porque lo más importante es la poesía, mucho mas que cualquier manifiesto a favor o en contra de tal o cual cosa. La poesía no necesita defensa sino lectores.
Los autores
Alí Calderón
Nació en Ciudad de México, México, en 1982. Es poeta y crítico literario. En 2007 recibió el Premio Latinoamericano de Poesía Benemérito de América. Fue merecedor, en 2004, del Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde. Becario de la primera generación de la Fundación para las Letras Mexicanas (2003-2004) y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (2009-2010).
Es autor de los poemarios Imago prima (uaz, 2005) y Ser en el mundo (uabjo, 2007); del libro de ensayos La generación de los cincuenta (Tierra Adentro, 2005) y coordinador de las antologías La luz que va dando nombre 1965-1985. 20 años de la poesía última en México (Gobierno de Puebla, 2007) y El oro ensortijado. Poesía viva de México (Ed. University of Texas at El Paso, 2009).
Cofundador de la editorial y la revista Círculo de Poesía (www.circulodepoesia.com).
Andrea Cote
Nació en Barrancabermeja, Colombia, en 1981. Es autora de Puerto Calcinado (Ed. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2003); Cosas frágiles (en Transmutaciones Ed. Extremadura, Extremadura, 2010 ); Una fotógrafa al desnudo (Ed. Panamericana, Bogotá, 2005) y Blanca Varela o la escritura de la soledad (Ed. Universidad de los Andes, Bogotá, 2004).
Ha obtenido los reconocimientos: Premio Nacional de Poesía Universidad Externado de Colombia (2003), Premio Internacional de poesía Puentes de Struga (2005), Premio Cittá de Castrovillari 2010 a la edición italiana de Porto in Cenere. Formó parte del comité organizador del Festival Internacional de poesía de Medellín.
Jorge Galán
Nació en San Salvador, República de El Salvador, en 1973. Ha publicado los libros de poesía La ciudad (Pre-Textos,Valencia, 2011); El estanque colmado (Visor, Madrid, 2010); Breve historia del alba (Ediciones Rialp, Madrid, 2007); La habitación (dpi, San Salvador, 2007); entre otros. También ha publicado la novela El sueño de Mariana (f&g ediciones, Guatemala, 2008); y los libros infantiles Los otros mundos (Alfaguara, San Salvador, 2010) y El premio inesperado (Alfaguara, San Salvador, 2008).
Ha ganado en tres ocasiones el premio nacional de poesía de su país, 1996, 1998 y 1999. En 2006 ganó el premio Adonáis de Poesía, en 2009 el Antonio Machado y en 2010 el Villa de Cox.
Raquel Lanseros
Nació en Jerez de la Frontera, Cádiz, España, en 1973. Es autora de diferentes libros de poesía entre los que destacan Leyendas del promontorio (Ayto. Villanueva de la Cañada, Madrid, 2005); Diario de un destello (Ed. Rialp, Col. Adonáis, Madrid, 2006); La acacia roja (Ed. Tres Fronteras, Murcia, 2008); Los ojos de la niebla (Visor Libros, Madrid, 2008) y Croniria (Ed. Hiperión, Madrid, 2009).
Ha sido galardonada con un Accésit del premio Adonáis, el Premio Unicaja de Poesía y el Premio Antonio Machado en Baeza.
Daniel Rodríguez Moya
Nació en Granada, España, en 1976. Es licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada y periodista. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Oficina de sujetos perdidos (Fundación Federico García Lorca, Granada, 2001); El nuevo ahora (Ed. Cuadernos del Vigía, 2002); y Cambio de planes (Ed. Visor, Madrid, 2008). De su obra crítica y de investigación literaria destaca el volumen La poesía del siglo xx en Nicaragua (Visor, Madrid, 2010).
Ha sido galardonado con el premio Federico García Lorca de Poesía y el premio Vicente Núñez. Desde 2004 codirige el Festival Internacional de Poesía de Granada.
Francisco Ruiz Udiel
Nació en Estelí en 1977 y falleció en Managua, Nicaragua, en 2010. Ha publicado los poemarios Alguien me ve llorar en un sueño (Anama Ediciones, Managua, 2005) y Memorias del agua (Foro Nicaragüense de Cultura, Managua, 2010).
Ha obtenido el Premio Internacional Ernesto Cardenal de Poesía Joven. Parte de su obra aparece reunida en la antología La poesía del siglo XX en Nicaragua (Ed. Visor, España 2010).
Fernando Valverde
Nació en Granada, España, en 1980. Ha publicado diferentes libros de poemas entre los que destacan Viento favorable (Colección Juan Ramón Jiménez, Huelva, 2000); Madrugadas (Cuadernos del Vigía, Granada, 2003) y Razones para huir de una ciudad con frío (Visor Libros, Madrid, 2004) que fue publicado en Italia bajo el título de Ragioni (Lepisma, Roma, 2004). Con Los ojos del pelícano (Visor Libros, Madrid, 2010) obtuvo el prestigioso premio Emilio Alarcos del Principado de Asturias.
A lo largo de su trayectoria ha sido reconocido con distintos galardones como el Federico García Lorca y el Juan Ramón Jiménez. Doctor en Filología Hispánica y licenciado en Filología Románica, es periodista cultural del diario El País y co-dirige el Festival Internacional de Poesía de Granada.
Ana Wajszczuk
Nació en Quilmes, Provincia de Buenos Aires, Argentina, en 1975. Es autora de dos libros de poesía: Trópico trip (Ediciones del Diego, Buenos Aires, 1999) y El Libro de los polacos (Algaida, Madrid, 2004), con el cual ganó el XXII Premio de Poesía Ciudad de Badajoz.
Cortesía de La revista Sur y Sur, de Santiago de Chile.