En esta nueva entrega de Albalá, José Manuel Recillas nos presenta la poesía de Karl Krauss (1874-1936). Figura imprescindible de la vida intelectual de la primera mitad del siglo XX, polemista, periodista, compositor, dramaturgo y crítico feroz.
Figura imprescindible de la vida intelectual de la primera mitad del siglo XX, polemista, periodista, compositor, dramaturgo y crítico feroz, la admiración que se le profesa suele olvidar que fue un conservador sui generis ―véase su célebre poema Elegie auf den Tod eines Lautes, Elegía para la muerte de un sonido, dedicado a la desaparición de la “hache” intermedia entre consonantes, publicado en su primer libro―. Casi desconocido como poeta, publicó toda su poesía en su propia editorial con el lacónico título de Worte in Versen, Palabras en verso, reunida en nueve volúmenes, entre 1916 y 1930, y publicada bajo el sello de su propia editorial. En ellos reunió no sólo sus poemas sobre la naturaleza y el arte, sino sus monólogos y ditirambos, aforismos y epigramas. Su poesía es prácticamente desconocida en cualquier otra lengua que no sea alemán, y en no pocas ocasiones ésta se halla circunscrita a situaciones históricas tan específicas de la cultura de su época, que resulta de escaso interés y trascendencia por su cualidad específicamente satírica y crítica.
Wiese im Park
(Schloß Janowitz)
Wie wird mir zeitlos. Rückwärts hingebannt
weil’ ich und stehe fest im Wiesenplan,
wie in dem grünen Spiegel hier der Schwan.
Und dieses war mein Land.
Die vielen Glockenblumen! Horch und schau!
Wie lange steht er schon auf diesem Stein,
der Admiral. Es muß ein Sonntag sein
und alles läutet blau.
Nicht weiter will ich. Eitler Fuß, nach Halt!
Vor diesem Wunder ende deinen Lauf.
Ein toter Tag schlägt seine Augen auf.
Und alles bleibt so alt.
Prado en el parque
(Castillo Janowitz)
Cómo se nos viene lo eterno. Hechizado allí
por causa mía e inconmovible en el praderío,
como aquí en el verde espejo el cisne.
Y esa fue mi tierra.
¡Oh, tantos jacintos! ¡Oíd y mirad!
Cuánto tiempo está sobre esta piedra
el almirante. Debe ser un domingo
y todo suena azul.
No iré más allá. ¡Detente, vano pie!,
antes que este milagro termine su decurso.
Un día muerto abre sus ojos.
Y todo sigue tan viejo.
Man frage nicht
Man frage nicht, was all die Zeit ich machte.
Ich bleibe stumm;
und sage nicht, warum.
Und Stille gibt es, da die Erde krachte.
Kein Wort, das traf;
Man spricht nur aus dem Schlaf.
Und träumt von einer Sonne, welche lachte.
Es geht vorbei;
nachher war’s einerlei.
Das Wort entschlief, als jene Welt erwachte.
Uno no pregunta
Uno no pregunta qué hice todo el tiempo.
Permanezco mudo;
y no dice, por qué.
Y desde que la tierra chocó hay silencio.
Ninguna palabra que afecte;
Uno sólo habla desde el sueño.
Y soñó con un sol que rió.
Pasa;
todo fue lo mismo.
La palabra se durmió mientras ese mundo despertaba.
Le Papillon est mort
Falter der Nacht mit traumentbunden Schwingen,
wie irrst aus deinem Dunkel du ans Licht!
Und langst nach Lust um größeren Verzicht,
und dieser Taumel wird den Tod dir bringen.
Starr staunt die Runde. Doch der Retter nicht
ersteht, der aus dem schauerlichen Ringen,
verwirrtem Schwingenschlag und Ampelklingen,
bewahrt dein gottgegebenes Gesicht.
Noch einmal faltest, Falter, du die Flügel.
Kein Menschenblick mehr bleibt dir zugewandt.
Und diese Lampe ist dein Grabeshügel.
Doch eine Stimme dringt zu die empor –
ein Knabenherz, von Schauspiel übermannt,
ruft bang dir nach: Le papillon est mort!
Le papillon est mort
¡Las mariposas nocturnas del oscilante sueño revelado
vagan desde tu oscuridad hacia la luz!
Y ofreces después del placer sobre la más grande renuncia
y este vértigo la muerte te traerá.
El círculo es asombrosamente rígido. Pero el Salvador
que protege de la espantosa lucha,
se turba desconcertado y titilante,
sin comprar tu rostro protegido por Dios.
Doblad una vez más, mariposas, vuestras alas.
Ninguna mirada humana volverá a dirigirse hacia ustedes.
Y ese farol es vuestro túmulo.
Pero una voz atravesó hacia esa altura
un corazón de niño, rendido por el drama,
te llama ansioso: ¡la mariposa ha muerto!
An eine Heilige
Mutig trägst du die Last, daß sie die andern nicht drücke.
Liebend liehst du dein Licht allem was finster um dich.
Immer gibst du, als ob dein Sein allein nicht genügte;
dich zu wissen, beglückt mich mit dem herrlichsten Lohn.
Nimmer gibst du dich aus und einst wird selbst nicht im Himmel
so viel Huld für dich sein, wie du hienieden vergabst.
A un santo
Valientemente llevas la carga que a otros no oprime.
Amando prestaste a todos la luz que estaba en tu tiniebla.
Siempre te das como si no estuvieses bastante solo;
pero tú sabes hacerme feliz con el más espléndido don.
Nunca te das y para ti en el cielo nunca
será suficiente la gracia como aquí abajo olvidaste.
Nächtliche Stunde
Nächtliche Stunde, die mir vergeht,
da ich’s ersinne, bedenke und wende,
und diese Nacht geht schon zu Ende.
Draußen ein Vogel sagt: es ist Tag.
Nächtliche Stunde, die mir vergeht,
da ich’s ersinne, bedenke und wende,
und dieser Winter geht schon zu Ende.
Draußen ein Vogel sagt: es ist Frühling.
Nächtliche Stunde, die mir vergeht,
da ich’s ersinne, bedenke und wende,
und dieses Leben geht schon zu Ende.
Draußen ein Vogel sagt: es ist Tod.
Hora nocturna
Hora nocturna que pasa para mí
desde que la invento, la pienso y dirijo,
y esta noche ya va a terminar.
Afuera un ave dice: es de día.
Hora nocturna que pasa para mí
desde que la invento, la pienso y dirijo,
y este invierno ya va a terminar.
Afuera un ave dice: es primavera.
Hora nocturna que pasa para mí
desde que la invento, la pienso y dirijo,
y esta vida ya va a terminar.
Afuera un ave dice: es la muerte.