Poesía argentina actual No. 5: Mauro Lo Coco

Mauro Lo cocoEn el marco de la serie “Poesía argentina actual”, preparada por Nicolás Pinkus, presentamos el trabajo de Mauro Lo Coco (Villa Santa Rita, 1973). Es docente en las Universidades de Buenos Aires, Lomas de Zamora y Quilmes. Coordina Talleres de Escritura desde 1997. Desde 1999 dirige la revista Pesca Fácil. Su último libro es niño cacharro (2011).

 

 

(De 18 éxitos para el verano)

 

 

 

primavera

 

ah, días que me agarra la angustia 

si veo la rosa demasiado florecida

creció demasiado

corto lo más que puedo sin aburrirme

y empiezo a pensar las alternativas:

 

hacer más plantas

regalar a maría

a las amigas a la novia de los amigos

 

divido entre rojas y amarillas

pienso en los paquetes:

rojas

amarillas

rojas y amarillas en igual proporción

 

rojo, la pasión

amarillo la amistad

 

 

 

 

buenos los buñuelos

 

para qué el trabajo de pensarlo

si hay tantas cosas lindas sin conflicto

si te digo que la docena de la bella budapest, es un regalo

y te dan quince

y se agotan las cosas, pero vos no

vos preferís pensar

 

la bombilla que nos olvidamos

una coca 1,80, un afano te parece

pero vos la elegís

el sacramento se te seca y la coca te encanta

con todo hacés eso 

así dejaste trabajo del correo

todo

 

ay, me revienta cuando te ponés en forro

dejáme sola, no quiero churro

 

 

 

 

no es como otras veces

 

que era grave

ahora puedo fracasar tranquilo

 

 

 

 

 

Morón gana más de visitante

 

los partidos los perdimos nosotros, distraídos

por el culo de la hermana de Néstor

es verdad que Chacho y Fernando estaban peleados ya

por la novia de Chacho

que lo dejó y se transó a Fernando

pero

adentro de la cancha ellos se seguían entendiendo

y aunque no estaba todo bien

a veces se saludaban después del gol

 

no

ellos la verdad que rindieron

y Néstor no desentonó tampoco

los peores fuimos nosotros,

ya de dos partidos venía eso

que la hermana empezó a venir

y me empezó a calentar a mí, ella

lo empezó a calentar a Chacho, también

claro

imaginátelo a Néstor

 

 

 

 

 

 

no te entiendo pero te entiendo

 

las relaciones se cortaron cuando Rubén le contó la verdad

que se había comprado el taxi

con la plata de la deuda

con Mirta y Rodolfo

hasta ahí la pasaba

pero lo de la hermana y la plancha

en todos los asados traía los patys

y se quemaban

 

así que si salieron así y ella los arruinó

entonces le podría haber dicho,

porque ella no los trajo, aparte

 

si no le gusta el pati así que no lo coma

 

 

 

 

 

aunque no estaba pensando en nada

 

por las dudas me quedé en casa

y en el lugar de siempre

fumando y mirando televisión

calentando agosto en el sillón de las ocho 

se fue haciendo de noche

y me asaltó la tos

de golpe

 

entonces tomé la decisión

fideos

pero eso

ya era preocuparse

y yo me quedaba para relajarme entendés

 

¿te das cuenta cómo soy con todo?

 

 

 

 

el ruido de la heladera, ese verano

 

se paraba todas las noches a las tres

y a las tres y diez empezaba de nuevo

nos tenía a todos tarados, Alberto

decía que Roxana se levantaba dormida y la apagaba

y cuando volvía a la cama se despertaba de verdad

y volvía a la cocina y la prendía de nuevo;

 

a mí nunca me pareció lo mismo

estaba seguro que era parte de algún mecanismo

interno que descansaba para funcionar

diez minutos por ahí, algo así

que necesitaba girar y cuando llegaba a la pata

que faltaba

giraba en falso, o más lento, no sé

 

yo nunca entendí de máquinas

 

y te digo que así estuvimos varios días los cuatro

que al desayuno otra cosa no comentábamos

y siempre todos menos Roxana

la habíamos oído sonar y dejar de sonar

hasta que vino ese muchacho

un pibe joven que era amigo del novio de María

la amiga de Roxana, Rodrigo

creo que se llamaba

o Ramiro

 

Ramiro;

venían los tres de la playa a tomar mate

era técnico de algo no sé, compac disc, dvd

y nos dice que es normal

que todas las heladeras lo hacen

el ruido a la noche y parar,

y que tal vez sea la costumbre de dormir o de oír

y que también se paran de día pero

que uno no está ahí para escuchar

 

se entiende

si te lo explica alguien que sabe

 

 

 

 

 

ariel tiene el ciclomotor

 

lo está poniendo a full

lo pintó de negro y le sacó

las tapaderas de plástico podría te digo

estar más en la boludez de pistear

pero no, a pesar de todo

es un pibe responsable si

se hizo hombre cuando el padre falleció a los 15

 

imaginate, desde siempre

que lo conozco de acá que labura

repartiendo pizza y lleva

los pedidos de una fábrica de patis;

 

cuando no está laburando está arreglando el ciclomotor:

 

¿cómo lo vas a llevar por estar fumando un porro?

 

yo me hago responsable, si querés

lleválo

pero dejame la moto.

 

 

 

 

ablande

 

todavía por ahí se me nota

pero lo responsable

me sale solo de nuevo

ya pasó otras veces

 

la práctica la adquirí en la fábrica

o en algún lugar

después la perdí

como siempre

 

y estuve triste, me dicen

que no respondía

yo me acuerdo los partidos enteros

de buscaminas que me hacía

cuando buscaba trabajo

no me recuerdo tan mal

 

aunque al final viste

te avivás que perder podías tranquilo

si todo lo que tenías lo reponés

con una rachita cualquiera

 

y listo, no pasa nada si la volvés a estropear

 

 

 

 

carlos

 

mucho no recuerda

no sabe de corrido su número de celular pero sí

se levanta cuando Beatríz lo llama:

 

carlos

te dejo la ducha lista

 

y recuerda mientras se baña, no mucho

pero recuerda y da igual, piensa

lo que hagas

si todas son tías que te quieren

les parece que estás

igualito a richard gere, consagrando así

sin objeciones

las canas que tomaron la sesera y

la pereza de tus días de rey

 

da igual

trabajar

no trabajar.

 

 

 

 

los juanetes le duelen a Elsa

 

tantas las cuadras que dejo de ir

a comprar las masas favoritas

al final también era un ahorro y las pasas

glaceadas, a esta edad

dan trabajo cocinar

 

el resto, masa cobertura sí,

una bandeja sin tanta variedad como antes, quizás

pero unas ricas masitas de chocolate

con mucho dulce de leche:

a los chicos les encanta el dulce de leche

 

ahí viene el remise

 

 

 

 

el viento era impresionante

 

yo estuve en Mar del Plata en el verano ese

 

la tarde que cortaron la luz

yo decía ya que el quilombo se venía

 

¿sabés lo que era Mar del Plata?

nos gustaba jugar a la paleta

no se por qué ese verano jugamos tanto

pero estábamos todo el día con la paleta en la mano

y se armó un campeonato con cancha

con red, hasta uno haciendo de lineman había

 

jugamos la final, nos entrenamos,

un día nos entrenamos, nos juntamos a cenar

y ninguno quería pedir ni una birra

 

nos ganaron dos pibes de 25,

pero le dimos trabajo de tanto correr

estaban sudados, llenos de frutillas y eran la mayoría

de esa edad

 

ahora no hay gente como antes

jugando a la paleta,

pibes corriendo te chocabas

 

 

 

 

Los casolatti

 

Estaban bien

el padre les dejó propiedades

en castelar y la fábrica de pasta

sin mucha distribución está bien

 

de última

si ellos no tenían ni idea

en esa época

la rifabas, vendías

parte de la sociedad con eso

pagabas los papeles de la sucesión

 

al final

eso hicieron

 

 

 

 

Por ir desesperado

 

Interjección eficaz de otro

que llegó antes

posición y atribuciones

en el medio familiar

son inmutables, salvo accidentes

como éste

ahora Julián lo sabe:

 

liderar el verano

fue agredir primero

poner apodos monstruosos, manejar

los juegos que iban con la moda, ¡pero ahora!

 

                                               acaba de cagarla

                                               para toda la temporada

 

la planta desgajada sangra

toda la ansiedad que desborda el pie, diez

meses

esperando regresar a los médanos

de nuevo a gobernar prendas

escondidas y excursiones por los bosques

resecos de Punta Clara

 

con los cordobeses

con Eugenia que traía las tetas

con Cecilia y la hermana adoptada, ahí

se van

todos a saltar con las olas

a mojar la tabla

 

es una cagada, comparte

papá, que igual

no está haciendo nada por evitar

la alegría del grupo que se moja

grita y se moja

el agua les explota

 

no quiere estar contento

por eso llora un poco, Julián

aunque no sirva

mientras ella le toca le mira

el tajo sin apoyar

lo limpia

lo engasa nada de apoyar

lo encinta y lo abandona prefiere

comentar revistas con otras

 

 

aunque esté grande sobran

motivos para estas lágrimas estivales

se conformaría nomás

con que la amputación

o el aburrimiento

alcanzara también a los demás pero

no, si

los hermanos

festejan el final parece

de una dictadura

 

la tabla desperdician en las olas

 

nadie le va a sobar la herida

ni hoy ni en los días que faltan

duele

y se puede infectar, esto

recién arranca qué cagada

 

apunta papá, a mí también

los crucigramas me torran

te vas a tener que acostumbrar

a jugar así

¿quién te va a dar bola

en la playa con la pata rota?

 

otra cosa no hay

dice y se levanta

 

veintiuno horizontal

enfila hacia la orilla

cuatro letras

salta la arena caliente

hermano de abel

esquiva aguas vivas

 

 

 

 

Datos vitales

Mauro Lo Coco nació en Villa Santa Rita en 1973. Es docente en las Universidades de Buenos Aires, Lomas de Zamora y Quilmes. Coordina Talleres de Escritura desde 1997. Desde 1999 dirige la revista Pesca Fácil. Publicó Diario a Puntapiés (Ed. VZ, 2001), Ricardo gravitando (mediante un subsidio otorgado por la Fundación Antorchas; Ed. Del Dock, 2003) y niño cacharro (Zindo & Gafuri, 2011). Ha participado de numerosas antologías nacionales e internacionales de poesía. Actualmente se encuentra preparando la edición de 18 éxitos para el verano.

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