Novedades editoriales, Ser en el mundo de Alí Calderón

Ser-en-el-mundo[1]

Ediciones de Media Noche, dirigida por Juan José Macías, ha reeditado “Ser en el mundo”, de Alí Calderón (1982). Este poemario, en 2007, recibió el Premio Latinoamericano de Poesía Benemérito de América.

 

 

 

Hoy es el día.

Mi muchacha ha llegado plena proclamando la primavera

La brevedad de su falda alaba el renacimiento constante de la vida

Ella es el tierno sur de las parvadas

el motivo de los altos y ligeros vuelos de las aves

Sólo en su piel la claridad es razonable

Bajo su párpado toda alborada resulta posible

 

Mi muchacha ha vencido los dominios de la noche

para instaurar

en la esbeltez de su cuerpo

            la luz.

 

 

 

 

[A la manera de Omar Khayyám]

 

En un  jardín de leves tulipanes y rosas pálidas disfruto pleno la embriaguez

He bebido hasta la última gota del vino rosado

que bañó tu cuerpo y lo consagró solemne a la belleza

He probado finos racimos de vid en tu lengua

y los sabores más intensos en tu cáliz

 

Hoy que los árboles de tu juventud florecen

bebo este dulce licor bajo su sombra.

 

 

*

 

Nunca pensé cuando te vi con collarín y sweater si recuerdo bien de tono lila

que terminaríamos haciendo lo que hoy con esta sofisticación

gracias a las horas largas de práctica

tan bien hacemos

Solía recurrentemente entonces delinear en la memoria tus caderas

mis ansias palpaban la inexorablemente inconclusa redondez del deseo de tu cuerpo

y pude intuir incluso suavidad y aroma de tu cuello bajo los deslices de mi lengua

Dónde estabas hace un par de años preguntaste

pero nuestra posibilidad latía decenas de centurias antes de que tú y yo lo hubiéramos siquiera presupuesto

Aquí me siento en casa en mi verdadera casa

dulcificado por la seda de tus muslos

profesando y rindiendo culto a una nueva fe que en la consistencia de tu carne

encuentra lo altísimo y sacro y etéreo

Cada día

una oscura y al propio tiempo luminosa transubstanciación nos vuelve parte de lo

mismo

cobra sentido mi mano sólo al ser una extensión de la tuya

es por ambos que responde mi columna vertebral mis más de doscientos huesos

qué decir del agua en el cuerpo que cuando me miras

irrevocablemente       

evapora y extingue

Por eso

en esta ya alta hora de la noche

cuando por única luz tengo un cierto brillo de tus ojos   ardo

me combustiono en una lumbre táctil

te beso   te libero de la blusa y tras vencer las varillas del brasier

libo con devotísimo fervor tus pezones hasta desgastarlos y adolorirlos

para no quitarme más de la boca   nunca  su sabor

Y reposar en tu vientre  modelar con mi palma tu cintura  cada centímetro del talle

tensar el arco que se forma entre tu espalda baja y las nalgas

sembrar papilas gustativas en pantorrillas e ingles

para finalmente…

Por eso

en esta ya alta hora de la noche

–le dije al oído mientras hundía en su piel mi pelvis–

por eso

me quema el pecho algo muy semejante muy parecido

al amor.

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