En el marco del dossier “Poesía boliviana actual”, preparado por Gabriel Chávez Casasola, presentamos el trabajo del poeta y narrador Homero Carvalho Oliva (1957). Ha publicado los poemarios Cuerpos (1995); Las puertas (2006); Los Reinos Dorados (2007) y El cazador de sueños (2010). Mereció el Premio Nacional de Novela de Santa Cruz.
Las puertas
III
La ciudad
orgullosa de sus victorias bélicas
presumía de su monumental puerta
Los juglares le cantaban epopeyas
los historiadores repetían mitos populares
los poetas rivalizaban por un inmortal soneto
los jóvenes se inmolaban buscando entrar en la leyenda
La Puerta era la historia
la ciudad el patio trasero
Solamente las madres
la evitaban sigilosas
susurrando maldiciones
mirando sin mirarla.
IV
Esta puerta
de madera maciza
de vitrales de latón insulado
soberbios cerrojos de nobles metales
alucinados en las fraguas toledanas
conquistó airados mares y esquivas sirenas
venciendo blancas tormentas andinas
para alcanzar destino final en un pueblo de la llanura
Opulenta y magnífica
tuvieron que tumbar la casa
para lucir la engreída puerta.
VI
Alto
muy alto
allá arriba
escarbando las nubes peregrinas
bajo el alero de los tejados españoles
suspendidos por gruesas columnas de troncos
espíritus inmortales de árboles de soto
sabiamente tallados por nativas manos
Superando los primorosos arcos
de las colosales y sagradas puertas
de los soberbios templos chiquitanos
maderas finas de bosques cercanos
bautizadas con el sudor moreno
endurecidas con sangre virgen
y bendecidas por rezos matutinos
Bellas puertas de cedro maduro
con relieves de risueños rostros
de cóncavos ojos y pequeñas alas
de impúberes y cabezones angelitos
Los jesuitas
misioneros y guerreros
aprovechando ocres de la tierra
esperanzados y convencidos escribieron:
“Casa de Dios y puerta del cielo”
Gracias a Dios Padre y Señor
los indígenas no sabían leer
salvajemente puros ingresaban a escuchar misa.
XIII
Olvidado está
El número de puertas
Que he abierto y he cerrado
Las había de hierro forjado
De nogal enchapadas en bronce
De roble con tableros cuadrados
Algunas talladas en cedro viejo
Otras en olorosos pinos americanos
Madero contra madero
Las mejores puertas del mundo
Ninguna se compara
A la del alegre tajibo
Que abre mi casa
Y cada mañana
Florece
Con la risa de mis hijos.
[de Las Puertas]
Los Reinos Dorados
Cuando vivíamos
en los Reinos Dorados
el mundo no había nacido aún
existía la vida
existía la muerte
pero el mundo no había nacido aún
Nosotros
Nosotros
habitantes de la selva
asistimos al nacimiento
de ese mundo dorado
donde todo era nuevo
donde todo era asombro
y ante todo estaba el Agua
el río
la lluvia
El canto de las aves
El canto de las aves
el gruñido de las bestias
el zumbido de los insectos
el leve aleteo de las hojas
iban nominando el mundo
y nosotros hacíamos de bautistas
Para cazar y pescar
Para cazar y pescar
pedíamos permiso a
los genios tutelares de los lugares
Los comocois eran los únicos
que compartían los nombres de los tigres
cuando un guerrero mataba a uno de éstos
adoptaba su nombre para que nadie lo olvide
Los hombres bestias
se transformaban en fieras
y en las afueras del pueblo
descansaban después de la cacería
mientras que las bestias
transformadas en hombres
yacían junto a las doncellas del pueblo
[de Los Reinos Dorados]
Soledad
Ayer estaba
pervertidamente
solo
solo
Todo el mundo me rodeaba
tanta gente que no podía encontrarme
a mí mismo.
Yo no enloquecí
Yo no enloquecí
con el canto de las sirenas
A mí, alucinado viajero de la noche,
me enloqueció su horroroso silencio.
La risa de los niños
Las risas infantiles
venían desde un puente cercano,
los chiquillos jugaban entre ellos,
ajenos al imponente sol de la llanura.
Me acerqué al puente
descargué mi bolso de cuero,
tomé un libro de poesía
y antes de que pudiera abrirlo
algunos de los niños se lanzaron al agua
y el río escribió el poema.
Poética
El poema sobre ti,
se fue escrito en tu cuerpo.
La última vez que lo vi
fue cuando la puerta se abrió al camino
y tus nalgas se llevaron mi poema.
Datos vitales
Homero Carvalho Oliva (1957) Escritor y poeta boliviano. Ha publicado tres libros de cuentos, siete novelas y cuatro libros de poesía: Cuerpos (1995); Las puertas (2006); Los Reinos Dorados (2007) y El cazador de sueños (2010). Ha obtenido varios premios de cuento en Bolivia y otros países, además del Premio Nacional de Novela de Santa Cruz, con Memoria de los espejos (1995) y La maquinaria de los secretos (2008). Su obra literaria ha sido traducida a otros idiomas, además de figurar en más de veinte antologías nacionales e internacionales.