Reseñario de poesía: los libros de 2011 según Leonardo Iván Martínez

Keith Haring comodín 3El poeta y crítico Leonardo Iván Martínez (D.F., 1982) nos ofrece su visión respecto a lo más representativo de 2011 en la poesía. Este texto forma parte de “La estantería. Reseñario de poesía”, un espacio abierto a la crítica que han creado los poetas Mijail Lamas e Iván Cruz Osorio.

 

 

 

Parece ser que yo no elijo los libros sino que ellos me eligen a mí. A veces entre las librerías de viejo o en las ofertas editoriales, me guiñan un ojo y me acerco a ellos. A veces me resisto a la seductora novedad que para mí pueden representar los títulos, entonces sopeso mis intereses y mi bolsillo para dar el último paso, que es la adquisición y el agrandamiento de mi biblioteca.

 

 

En mis lecturas del año 2011 me reconozco como un reincidente. Romancero Gitano y Poeta en Nueva York de Federico García Lorca son dos libros que constantemente leo. Poeta en Nueva York sigue siendo apara mi gusto un libro con una vigencia en el estilo y en su contenido que lo convierten en un verdadero monumento viviente de la poesía, una evidencia palpitante de la época, de la modernidad industrial enfrentada a la tradición en la que Federico García Lorca se había afincado en sus primeros poemas.

 

 

Otra de mis lecturas al iniciar el año fue la selección de poemas de John Donne agrupados bajo el título de Poesía Erótica. Se trata de una traducción hecha por el poeta José Luis Rivas y publicado en coedición de Aldus y CONACULTA en el año 2005. Este libro, buena amalgama de sensualidad y escrito filosófico, es una muestra del erotismo que respiraba, mejor dicho transpiraba, la época isabelina en Inglaterra. Además del buen trabajo en la traducción hecha por José Luis Rivas la selección resulta gozosa para el lector. Esas canciones, interpelaciones y reclamos al amor, hacen del amor una experiencia más metafísica y afectiva. La ruptura del tiempo y el espacio en la experiencia amorosa es el más importante aporte de los poemas amorosos y eróticos de John Donne. Baste como ejemplo este par de versos: Sólo si es compartido un bien tiene existencia, / pero se arrancia si alguien lo acapara. Así es el amor y así es la poesía de John Donne: algo demasiado grande para no recomendar leerla.

 

 

 

Siguiendo la línea amorosa cabe mencionar que el libro Venus y Adonis de William Shakespeare me aligeró las largas horas de espera en las oficinas del Servicio de Administración Tributaria a mediados del año. Se trata de una edición bilingüe publicada por Hiperión y que adquirí por fortuna en una venta de saldos. El libro como es de saber tiene como tema el intento de seducción de Venus a Adonis un cazador que sólo piensa en su presa: un jabalí. Por su puesto que se trata de una analogía del deseo que a veces nuestra mentalidad moderna nos impide identificar a primera vista. En el aspecto formal, la cadencia, el ritmo en la construcción en cada verso alejandrino en la traducción hacen del libro una experiencia satisfactoria en cualquier lugar y cualquier momento, máxime si se está en la fila de las responsabilidades fiscales.

 

 

Le edición bilingüe de Mensaje de Fernando Pessoa editada por Hiperión también guarda un lugar importante en mis lecturas del 2011. Hace un lustro había leído el libro pero la aproximación del texto en bilingüe hace de la lectura y el cotejo en la lengua original una delicia musical.  Si de por sí en el texto en español se logra sentir el paisaje náutico y mítico de Portugal en la lengua lusitana se sienten las olas y el resplandor de las armas personajes poéticos que animan el libro.

 

 

 

El último libro de poesía que leí en el año fue Sonata del claro de Luna de Yannis Ritsos. El libro fue publicado por Ediciones Sin nombre y la Universidad Veracruzana en 2006 con traducción directa del griego a cargo de Selma Ancira. Leí Sonata del claro de luna hace una semana bajo la luz de una vela. La noche del viernes 23 de diciembre las deficiencias en el servicio eléctrico me dejaron a oscuras. Decidí buscar entre mis últimas adquisiciones y encontré este libro en mi escritorio iluminado precisamente por la luz lunar que entraba por mi ventana. Su nombre era sugerente para el momento. Encontré un libro en donde una mujer vestida de negro habla a un joven bajo la luz de la luna. Siempre me ha parecido algo lleno de sensibilidad el hecho de que un poeta aborde la voz de una mujer. En este libro, cada fragmento tiene como constante la súplica de la mujer de negro al hombre joven. Ella le pide que la lleve con él y es tal vez una exigencia para reconocer que el tiempo y su deterioro no han sucedido. La muerte, la nostalgia, el deseo son convocadas por Yannis Ristos a la luz de la luna. Así, mientras recorría cada una de sus páginas, la luz inundó la sala de mi casa y esa noche decidí poner en uno de sus muros el siguiente fragmento:

 

Esta casa, a pesar de todos sus muertos, no

                piensa en morir.

Insiste en vivir con sus muertos

en vivir de sus muertos

en vivir de a certeza de su muerte

y aun en acomodar a sus muertos en vetustas

                camas y libreros.

Déjame ir contigo.

 

 

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