Para inaugurar la nueva columna de Xavier Oquendo en Círculo de Poesía, “Boca que mira”, presentamos una entrevsta y una selección de poemas del escritor guatemalteco Francisco Morales Santos (Guatemala, 1940). En 1988 recibió el Premio Nacional de Literatura Miguel Angel Asturias.
1. ¿Cuáles son los tres títulos de la literatura universal a los que se acerca constantemente a releerlos?
Recuento de poemas de Jaime Sabines; Poemas humanos, de César Vallejo, y Leyendas de Guatemala de Miguel Ángel Asturias.
2. ¿Qué haría por obtener un ejemplar de la primera edición de algún libro famoso de la literatura y Cuál sería ese título?
Para mí un poema, más que un libro es El transiberiano de Paul Cendrars y lo ideal sería leerlo en francés. Como en Guatemala no se encuentra (lo leía en la revista Plural de México, cuando la dirigía Octavio Paz) creo que tendría que viajar a México o buscarlo por internet, tal vez haya un sitio donde pueda comprarlo.
3. ¿En qué libro ha encontrado su definición de “Vida”?
Creo que todos los escritores y la mayoría de los libros , de una u otra manera definen la vida, como la poesía. Yo la encuentro a lo largo de la poesía de Miguel Hernández
4. ¿Qué historia de amor de la literatura le hubiera gustado vivir?
Hay muchas hermosas historias, tanto vividas como escritas. Una que me fascinó fue El amante (L’amant) de Marguerite Duras.
5. ¿Qué obra de la literatura le gustaría ver en el cine?
En Guatemala, en los años 60 surgió un escritor llamado Luis de Lión, gran amigo mío, que fue secuestrado y desaparecido durante el conflicto armado interno. Él escribió unos cuentos maravillosos entre los que figura el titulado El simio, un cuento corto pero con muchas imágenes. Siempre he pensado en lo bueno que sería llevarlo a la pantalla.
6. ¿Con qué autor de la literatura le hubiera gustado conversar y compartir en una velada bohemia?
Con Miguel Ángel Asturias, a quien conocí en Guatemala durante un hoimenaje que se le brindó después de haber recibido el Premio Lenin y que luego se fue a Europa, a Francia para más señas, de donde nunca más volvió.
7. ¿A qué autor de la literatura universal considera injustamente olvidado?
A Pablo de Roca. He leído poco de las cosas que sucedieron cuando él y Neruda hacen su aparición en la literatura, de modo que no opino por qué siendo tan bueno no alcanzó la nombradía de Pablo. A mí me parece un poeta genial, pero su obra no circula profusamente.
8. ¿A qué autor de la literatura universal considera sobrevalorado por la crítica y el tiempo?
Bueno, en casi todas las épocas ha habido críticos muy “entusiastas” (hoy es el marketing el que sobredimensiona). Para mí que el tiempo no sobrevalora, más bien se encarga para ir poniendo a cada quien en el lugar que le corresponde. ¿Se recordará alguien, de aquí a cien años, de Madonna como escritora para niños?
9. ¿Qué personaje de la literatura le hubiera gustado que exista, efectivamente?
Ciertamente no hay personaje literario que no exista en la realidad; cada narrador se apoya en sus luces y sombras, en sus matices, para crear una historia. Así, por ejemplo, abundan en nuestra América los Aureliano Buendía que producen cosas maravillosas con sus manos.
10. ¿En qué personaje de la literatura se ha visto reflejado en virtudes y defectos?
En varios. Hasta en Gregorio Samsa.
11. ¿Cuáles son las cinco palabras que utiliza con obsesión en su literatura?
¡Ah, caray! No había reparado en eso, pero aquí van algunas: Para ayer. Fantástico. ¡Qué porquería! (cuando una cosa sale mal)
12. ¿Con qué está comprometida su literatura?
Primero conmigo mismo, en el sentido de escribir bien, y luego con los demás.
13. ¿Cómo sería su vida sin la literatura?
Tal vez me habría sumido en el alcohol, que a veces me ha dado problemas, o sería un delincuente. Yo no subestimo al delincuente, pues en muchos casos es de una inteligencia increíble que, desgraciadamente, se va por mundos oscuros.
CASA DE SUEÑO
Durante años fue un fruto acariciado
de labios para afuera
a la distancia
con la glotonería de unos ojos
que recelan de la edad y la invidencia
fue una gran mariposa de colores
que se iba de las manos
pero al día siguiente retornaba
vestida de ilusiones
por años largos años
estuvo detenida entre las aspiraciones
y las velas
a veces la veía pasar como una nube
cantándome al oído
cuántas veces fraguó en el cerebro
pero resucitaba como lázaro
fue una cuenta por pagarle a la niñez
la mía y la de mi descendencia
sin conocerla le escribí canciones
todo fue vestirla y revestirla
de distintas edades y tamaño
colocándole nuestros corazones en el centro
y por fuente el fluir de las palabras
la imaginé creciendo como un poema
como una flor en cuyos pétalos se juntan
las inquietudes y los sueños
la imaginaba como tú en tus mejores años
que no han pasado
que perduran
que entre invierno y verano se renuevan
que entre hijos y nietos se reposan
que siguen palpitando como la dádiva más viva
como la piedra original
la que se entierra para que brote en ladrillos
y florezca en techo y sepa a nido
la pensaba en colores y escogía
el de una venturina
por ser miel de la tierra
en ella mineralicé mi anhelo
y lo regué con versos que hablan de la arcilla
y los cálidos albergues
se parece a una playa. es eso
porque en ella confluyen
las olas y los ríos que hablan de lo que es en el instante
por sobre la nostalgia
y los días fragmentados por un grito de muerte
porque a ella se avocan
el azul de la tierra y el azul del cielo
soles y lunas en bandeja de agua.
Día tras día recogía mieles
que se le escurrían a la madrugada
junto con el perfume de las rosas silvestres
aún no polucionadas
pensando en lo que habría de ser la residencia
del canto en coro de las palpitaciones
el puerto del que parten y al que retornan
con dilatado regocijo los amantes
para ser abrasados por su aliento
la caja donde guardan los susurros
los besos los abrazos
la que tiene por veleta viviente al clarinero
y se baña con trinos de otros pájaros
en los extremos del día
el orbe en que hemos aprendido a descifrar
los balbuceos de los hijos
en su estación de niños
en su hora de musicalizar la vida sin descanso
cuando la vida gira en torno a sus afectos
Afán indescriptible de todos los afanes
afán de nauta
que construye el barco con sus propias manos
afán que se derrama con arrojo
sobre un diario sediento de dibujos
donde a la vez se vuelcan la sangre y los presagios
de buenos vaticinios
el ansia y la osadía en inédita argamasa
el afán de tenerla para asentar la vida
el afán de rodearla con los ojos
a distintas horas
y sentir el calor de su presencia
y convencerse de la razón de ser
de labrar el día
por un sitio como este
para que impregne de algarabía sus paredes
El afán de vivirla palmo a palmo
de ponerle alas en las cuatro esquinas
para que la eleven por sobre sus columnas
el afán de ponerme a descascarar el sueño
por darle contrapeso a la indolencia
el afán de empalabrarla
de la misma manera que la mar se entretiene
llenando caracoles
con acentos del más diverso origen.
Aquí todo borbota como un río:
la palabra y su savia
la sonrisa y su eco
las manos ¡sí tus manos! cargadas de ternura
los cuerpos y sus sombras empinadas
los dedos en la tejeduría de los oficios diarios
los pies prestos a gobernar el tiempo.
Ciudad, ¿qué eres si no una piedra
empotrada en mi costado?
No nací contigo
ni moriré en tus sueños,
yo no recordaré sino aquel río
que humedeció el adobe
y las plantas de la casa
que albergó mi infancia.
Pero el morir es otro cantar
como el de un pájaro
de hábitos extraños.
Uno es de donde quiere,
mejor dicho de donde vio la aurora
y se amamantó en su luz.
Yo vine de los espacios cálidos
con las vista llena,
como un trozo de ámbar,
como un depósito de plumas
y alas multicolores,
de cafetos en flor y de naranjos,
como un herbolario
que para darse vida
se aplica aromas en todos los sentidos.
BREVE POEMA PARA ALUMBRAR SU NOMBRE
La materia no mira que ella pueda despertar
José Lezama Lima, en Dador
Desvanecer su imagen en su propia sangre,
darle fin a su cuerpo de igual modo
que papeles lanzados a las llamas,
desviar el río de su voz
a los tragantes,
invocar a la sombra que al final de todo
los engulle
devolviendo a la vida lo que le pertenece:
tal el deseo de los que mascan ocio
y han puesto cruces en madera joven;
los que envuelven al dios de su creencia
en el desmán y el bochorno.
Su aprehensión los ciega y es su talón de aquiles,
talón de semoviente alquilado
a bajo costo.
En adelante cojeará su alma
frente al espejo de sus hijos.
Mientras, esta mujer que es patria
por su continente y sueños
gravita en torno vuestro,
olvidados de hoy de siempre,
esta mujer que germina y se convierte
en lámpara, en girasol, en astro
y va desentumeciendo los recuerdos
que alguna vez quisimos que se volvieran humo.
Nació para confundir a la muerte
mostrándole los ojos rotundamente abiertos
y los labios a la cabeza de los pétalos
en el comienzo de la primavera.
Ella, la gota que horadó el silencio,
la que puso a la orden de nosotros su voz y su sonrisa
y al alzar su mano la vistió de lumbre.
La del plenilunio en el rostro, sí;
la de la ternura en brazos, sí;
la de los días que no serán contados
porque no hay vuelta de hoja en esto
de romper los cánones del adiós último,
pues está en su derecho de ponerse de pie
y seguir de frente.
LAURA TOMÁS
recuerdo la comisura de tus labios
presta a soltar la risa,
tus ojos almendrados
inquiriendo por el resto de lo que no te dije
al oído,
tus cabellos bajando como un río
por encima de tus hombros,
tus manos, oh sí, dádivas suaves
que un día se alejaron sin decir adiós
junto con la sombra
de tu cuerpo de estatura mediana
sin decir palabras
que hoy recordaría para evadir la soledad
LO QUE NO FUIMOS
“No soy un héroe, soy un bailarín”
Barishnikov
No. No juguemos
a ser lo que no fuimos.
¿Héroes?
No. Aquí, todos
los que optamos por la vida
sin daños a terceros
tenemos cicatrices.
POEMAS DEL VERANO
Por el ojo del ala de una mariposa
pasa el ojo que antes la vio de hito en hito,
muriéndose en deseos de entrar en su arcoiris.
El ojo vibrador del ala
con su polen de luces
amarillas, carmines, esmeraldas,
reproduce en tan breve planetario
geografías sedosas
como las almas de los niños.
Sobre el ala de una mariposa
reposa el paraíso
y la convierte
en el más envidiable de los mantos
que va y viene en el aire
a merced de vientos
conciliados.
Hermana de las flores,
la busca, la palpa, la recubre
y luego de su rodeo indescifrable
no se lleva siquiera los recuerdos,
solamente la esencia del perfume…
y es que el ala de una mariposa
tiene su propio universo.
●
Altiva es la hoja en su verdor brillante
pero más recia,
a pesar de su tamaño,
es esta rana
que asiste a contemplar la primavera
lavarse en el riachuelo
No le mires el cuerpo
sino sus movimientos placenteros,
su saltito de prima ballerina,
el deslizarse sin temor al tiempo
y la líquida morada
que se le ha concedido.
La apadrinan la lluvia y el rocío
las flores la defienden
de las piedras de oscuro corazón.
Loado sea el reino de las ranas
por estar apartado del ruido mundanal,
sólo bajo un concierto de árboles
y rápidas visitas de aves
que descienden a mojarse el pico
a la hora en que calienta el sol.
●
Con el arrullo del agua
que corre haciendo gárgaras
por entre la quebrada
dos sapos,
hembra y macho,
simulan uno solo.
Empapados de amor
se envuelven en un solo jadeo
que se entrevé en sus ojos.
Si el viento tradujera
lo que al oído se dicen,
lo que ven en su éxtasis
el calor que se les vuelve
saliva resinosa
para amasar al hijo.
La hoja, pequeña,insignificante,
echada a menos,
hoy se siente planeta
estacionado para el júbilo,
mañana será una página
nuevamente en blanco
pra que otra pareja
pase y pose
y se enrede en pasiones semejantes.
Datos vitales
Francisco Morales Santos (Guatemala, 4 de octubre de 1940). Escritor y poeta guatemalteco. En 1988 recibió el Premio Nacional de Literatura Miguel Angel Asturias. Ha colaborado en periódicos y revistas de Guatemala, México, El Salvador, Costa Rica y Colombia. También aparece en antologías de estos países. Entre sus libros de poemas figuran Agua en el silencio, Cartas para seguir con vida, Poesía para lugares públicos, Madre nosotros también somos historia, Implicaciones del verbo amar y Escrito sobre fondo oscuro, los cuales están incluido en la antología Asalto al cielo (2008).