Aforismos de Benjamín Prado

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Benjamín Prado (Madrid, 1961) es uno de los escritores (poeta, narrador, ensayista y biógrafo) más vitales, prolíficos y de mayor calidad en la literatura española contemporánea. En los siguientes aforismos persigue el hallazgo, la sorpresa y la definición poética. Prado ha dirigido la prestigiosa revista Cuadernos Hispanoamericanos.  

 

 

Esperanza es la palabra de la que uno se acuerda después de haberse caído en un agujero.

 

Tener todas las partes aún no es tenerlo todo.

 

Dentro del miedo no hay donde esconderse.

 

Las cosas que han pasado cambian continuamente.

 

¿Hay vida antes de la muerte? 

 

Cada hombre cruza una calle distinta frente a mi casa

 

El futuro no debería ser arrastrar todo lo que tienes un poco mas adelante. Pero a menudo lo es.

 

Todos los hombres son un extranjero.

 

 

(Las palabras que son verdad y son mentira)

La palabra jarrón,

            Que no puede romperse contra el suelo;

la palabra cuchillo,

            que no corta la palma de la mano;

o la palabra sangre,

            que brota de la herida.

 

Todo está lejos, dentro de sí mismo.

 

Los poemas son huellas digitales:

Una mezcla de tinta y personas asustadas.

 

El más allá es nuestro alrededor.

 

A menudo ya es demasiado tarde. A menudo, cuando aprendes a tragarte el sable el circo ya está en otro sitio.

 

Wallace Stevens: “lo real es solo la base; pero es la base”. 

  

La caída es una parte del vuelo.

 

El fuego de las ideas. La ceniza de los hechos.

 

Ningún hombre es culpable de sus sueños.

 

Los mitos son más ciertos que la historia. 

 

El despertar es una metáfora del sueño.

 

La crítica es el lunes del poema.

 

El amor es un juego:

Si no es a cara o cruz, no merece la pena.

 

La gente que se amó y que sólo se quiere

Cuando se mira ya no se ve: recuerda.

 

El tiempo es el lenguaje de la arena;

Las olas, la aritmética del agua.

 

PARA ÁNGEL GONZÁLEZ

Adiós, Ángel. Que triste es el silencio sin ti.

 

De la discusión con los demás surge la retórica, de la discusión con uno mismo la poesía.

 

La diferencia entre los países y las patrias es la misma que hay entre la lluvia y los charcos.

 

Huir al sitio equivocado es seguir estando preso.

 

La esquela es el último coletazo del apellido.

 

Lo que se ambiciona siempre es una versión desorbitada de lo que se consigue.

 

La maldad es uno de los pesticidas de la belleza.

 

La humildad es solo uno de los sicarios de la soberbia.

 

Ser sabio no es saberlo todo siempre, sino cada cosa a su tiempo.

 

La nostalgia es un monstruo de tres sílabas que devora la razón.

 

Mientras eres un viajero dejas de pertenecer a alguna parte.

 

Nada es un palabra sin trastienda, que no admite matices.

 

Donde acaba el orgullo empieza la resignación.

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