Presentamos algunos textos del joven poeta venezolano Francisco Catalano (Caracas, 1986). Ha publicado el Libro 0 y Libro 1 (2010), la primera entrega de su obra poética que consta de un solo volumen de poesía, titulado: l. Su trabajo ha sido recogido en las antologías Voces Nuevas 2005-2006 (CELARG, 2007) y La Imagen, el Verbo (UCAB, 2006).
Desde que hace tres años le escuché a Francisco Catalano afirmar que su poesía intentaba nada menos que la conciliación entre Whitman y Juarroz, siempre lo leo en esa clave. De Whitman le viene el aliento genésico y cósmico, la percepción de la materialidad orgánica del mundo como un evento sagrado y cierto difuso panteísmo que lo capacita para palpar lo divino a todo lo largo y ancho del espesor inmanente del universo. De Juarroz, la pretensión de darle una dimensión carnal al pensamiento, el logro de volver plástica la abstracción, una –por así llamarla– “emocionalidad cerebral” que es vocación insoslayable de lucidez. Este, su primer libro publicado, marcará un hito en la poesía venezolana más reciente. Al releerlo para poder escribir esta nota se me confirman dos características de la lírica de Catalano que siempre han reclamado mi devota atención: primero, el rigor con que ella se hace no sólo artefacto estético sino también instrumento cognoscitivo: un modo al mismo tiempo mental y sensorial de aprehender la realidad y dar cuenta de ella precisamente como objeto de conocimiento; y segundo, su fuerza hímnica, su cadencia litúrgica a la manera de un salmo laico, su entonación religiosa para describir un propósito literario que a todas luces es igualmente místico.
Armando Rojas Guardia
l
La poesía se juega en lo Innombrable
La mínima grafía posible era el mayor acto de Justicia para intentar nombrar la real naturaleza ilimitada de la poesía que, en el fondo, es la del hombre mismo. Por esto, el significante más exacto, más real, era el Silencio: desde su nombre hasta su materia, pues el de la escucha lleva al otro: al de lo Todo.
Pero escribir el Silencio –o cualquier otra cosa– en estado puro, es un imposible y un contrasentido, pues ¿qué artificio nos brindará pureza? Es por esto que incluso este título es un fracaso o al menos un vulgar oxímoron, como lo son todas las palabras del idioma.
“I” no es ni número ni letra, tampoco una imagen, mucho menos una palabra. Aunque significante, es apenas un atisbo, un balbuceo, un casi algo, si acaso. Es toda el habla volviendo al momento primigenio cuando el silencio original se inmoló en signos: es un grito vertical cercado de vacío, la primera figura, una paradoja, el prólogo inverso a lo innombrable: el límite mismo hacia lo ilimitado.
Un espacio vacío, un libro sin título, hubiese sido un error. Si el texto no tuviese título habría ausencia y no silencio, vacuidad y no vacío. Porque el silencio y el vacío dejan huellas; la ausencia y la vacuidad no dejan nada.
Lo más justo era un Libro Innombrable
[Extracto del texto en prosa que cierra l (2010) de Francisco Catalano @catalanofran]
1.
Aparece
como sudor del pavimento
el humo emanando de los cuerpos:
-el universo me hace gestos
bañados de un sol incandescente y meridiano-
el vapor colma los espacios olvidados
y los espacios de la muerte
mientras el día y la noche
pasan como dos rápidos titanes
corriendo en círculos ciclónicos
que cubren hasta el inconsciente de los árboles
y toda la mística que los circundan
hasta el final
donde ya todo es precipicio
donde las cataratas de la pérdida roban todo
del dominio maternal del universo procreante
y de pronto
esa blanca calma estática
la calle enmudeciendo tras mi espalda
la armonía absoluta de la luz
y todos sus nuevos
círculos cromáticos
el flujo de la naturaleza total
bombeando materia
arrojando viscosidad caliente
por las arterias del planeta
que desembocan en el hombre
hasta por fin darle vuelta y convertirlo
en una perpetua y larga línea
que traspase los registros de la muerte
I
|
Sobre lo físico
el negativo
de un acto inacabado
parece haber resuelto
el problema de los límites
|
II
|
Sobre los ritos
siempre un armazón trasluz
de mallas solares con siluetas y formas
penetran a viceversa
el sentido lineal de las acciones
|
III
|
S o b r e e l t o d o
he aquí el blanco
la dimensión de enlace
entre los planos
he aquí el blanco
mi cuerpo |
I | Callar es un ejercicio de figurasdonde se busca una armonía abstractaque sobresalte de repente en el espacio |
II
|
Algunas rectas o algunos ángulos
son masas de quietud pura en una intensidad que enciende
los signos escritos en un lenguaje sin lenguaje |
I
¿Qué pasaría si soltara de pronto un gesto
o una letra
entre el palpitar del movimiento de las masas
si la dejara
simplemente allí
sin querer
rodando?
II
¿Qué pasaría si alguien
colocara las palabras por debajo
y éstas fuesen el sostén del universo?
Que el hombre busque su sostén
en la parte más baja del olvido
en la antigua
naturaleza del futuro
La intermitencia del tiempo es el silencio
En la armonía del silencio siempre están frescas las palabras
¡Que se abran abismos de pronto y su brillo nos absorba!
¡Sí! Hay brillo en el abismo
Son tantos los finales de la vida. Un final, por ejemplo, es lo eterno
Ninguna sentencia tiene puntos finales; pero ¿qué tiene puntos finales?
Hay una brutal exactitud en el universo expandiendo el ala hueca con que asciende el palacio de mi carne
Existe una lógica abstracta cuyo lenguaje deriva de otra lógica cuyo lenguaje somos nosotros mismos
Hay vueltas en lo gris de la materia que margina la estructura de los cuerpos que son el vértigo del movimiento en los múltiples estados de la búsqueda
¿Qué haré entonces cuando todo esto se derrumbe?
Datos vitales
Francisco Catalano (Caracas, 1986) es Lic. en Comunicación Social y tesista de Letras, donde investiga la Poesía Vertical de Roberto Juarroz; ambas en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. Ha publicado el Libro 0 y Libro 1 (2010), la primera entrega de su obra poética que consta de un solo volumen de poesía, titulado: l. Sus poemas han sido recogidos en distintos periódicos y revistas digitales e impresos. Igualmente sus poemas se encuentran en las antologías Voces Nuevas 2005-2006 (CELARG, 2007) y La Imagen, el Verbo (UCAB, 2006). Ha participado en los talleres literarios de Armando Rojas Guardia, CELARG y UCAB.