Foja de poesía No. 357: Marisa Negri

Presentamos algunos textos de la poeta argentina Marisa Negri (Buenos Aires, Argentina, 1971).  Publicó Caballos de arena, 2003; Estuario, 2008; El jardín de las estrelicias (con Maggie de Koenisberg), 2010. Realizó también la antología poética de Olga Orozco El jardín posible (2009) y la compilación de la obra periodística de Orozco en Yo, Claudia (2012). La selección corre a cargo de Rocío Wittib.

 

 

 

callada sombra

 

exilada en mí
dentro del cuarto
con piano de fondo
escribo y borro y escribo
como una marea
desde el principio del tiempo

 

una palabra
una sola palabra
blanca roja negra
cualquier palabra
me besaría la boca
para despertar
como en los cuentos

 

 

 

 

muros

 

todo lo que duele resbala dentro de este blues

bessie va arrastrando ángeles muertos y perros vagabundos

en otro lugar mi hermana con la memoria amordazada

inventa rituales para no sangrar

escapa de los miedos tatuados

 

no puedo cuidarte de tu sombra

suavizar la crueldad del espejo

puedo estirar mis dedos abrazarte tristezas

 

sin que la noche sea menos miedo

sin que el miedo sea menos noche

 

de este lado

las paredes se tambalean

 

 

 

 

 

tamiz

escribo digo escribo miento,

nadie sabe lo que a sus pies me pisotea

 

louis aragon

 

 

escribimos

para asesinar el silencio

 

estamos solos

arrastrando cadáveres de tiempo

 

la batalla de los días

nos despoja de sueños inocentes

rompe nuestro corazón

como una ola

 

 

sólo queda buscar

un lugar apenas tibio

donde las zarpas

todavía

no alcancen

 

 

 

 

futhark

una copa de agua para la cabeza de mimir
la vela azul
no lleves nada de metal
no duermas con el viento norte sobre la frente
ahora sí una a una las letras de tu nombre
escucha a tu sombra antes de hablar
nada se puede hacer
si el fuego se consume

dentro de tu corazón asoma el caballo del día
un río de pájaros despierta
alguien hace música en tu cuerpo
el consejo del oráculo es rad
esta vez el viaje no puede compartirse
no apresures la unión de cielo y tierra

el hijo de is viene detrás
su lanza encendida se desangra
no intentes el poder
la batalla es desapego del mundo
saber que somos aliado y enemigo
que siempre es el principio

la batalla es adentro

 

 

 

 

nornas

 

delicadamente se cierran los pétalos de la noche

el mundo late aún bajo la marea del sueño

donde barcos encendidos respiran el sonido del mar

y alguien canta su rostro en el espejo

y otro se mira nacer y otro

estira sus tristezas al sol

hay quienes barren las sombras de un adiós

o esconden debajo de la alfombra un amor sin usar

 

tres viejas

tejen el momento en que el hilo comenzará a temblar

cede una hebra y uno traga cuarenta pastillas

dos hilos se anudan y

crecen países dulces a la orilla de una cama

 

yo escribo en la música de una casa dormida

para hilvanar mi nombre

 

 

 

 

oficio mudo

 

La poesía huye del centro del abismo
corre sangre tinta marcas que lastiman la piel
es un oficio mudo
gritar palabras que nadie comprende
olvidarme los colores de tu boca
apagar los huesos hasta que mis manos dejen de temblar
ni el olvido se consigue durmiendo
se detiene dentro de un círculo azul
dejo de girar a tu alrededor
dejo de perderme
y es en el lenguaje donde respiro todavía
la vida es una larga cadena de errores
de cuentas sin pagar
pronuncio ritualmente cada palabra
me encierro en la escritura
nado en ella con los ojos al revés
ruidos adentro y este no poder despegar
la sangre o la piel
cada espacio de silencio o calor
triste como este cansancio seco
de no saber dónde
el hilo termina de romperse

 

 

 

 

casi una profecía

a cada instante el amor hace añicos un millar de tazones, a cada momento cose y rasga un millar de prendas
yalal al – din rumi

lo sabemos
el pie del gigante
pronto romperá las tormentas
los días arrancarán mi nombre
con la mano de la tristeza
que es la mano de un dios desconocido
y sin creyentes

eso no importa ahora
cuando estás por llegar y se pulen
los herrajes del sol
ahora que el sueño es leve como tus ojos
y todo lo que soy te pertenece

el gigante corazón de costumbre
se robará mi nombre
y sabrá de este tiempo

 

 

 

 

travesía

 

¿conoce usted paisajes pintados en los vidrios?

raúl gonzález tuñón

 

cruzo

tu nombre

como un barco en llamas

el sol hiere mis ojos

que no saben dormir

me pregunto

si no estaremos muertos

detrás de las máscaras

si el amor

es un pájaro pintado sobre

un vidrio

o una especie

de verdad

que sangra

 

 

 

 

babel

 

ardió el lenguaje
no supe
que me había
quemado

el tejido roto
su camino
hacia el hueso

el dolor
no es cortés
no se comporta

insiste en amar lo perdido
en otra lengua

 

 

 

 

protégeme de lo que quiero

para jg
¿ves el árbol de nieve?
arde la claridad del silencio
y nada guarece
baja ya las persianas
¿tenés frío?

¿ves la bruma que nace más allá de los muelles?

ojo eterno que espera
la salvación de la noche
su pan de naufragio

vienen a decir nuestros nombres
besa mis ojos
para que me duerma

 

 

 

 

Datos vitales

Marisa Negri (Buenos Aires, Argentina, 1971), profesora de Castellano, Literatura y Latín. Estudió Educación por el Arte y Arte Terapia. Coordina talleres literarios y de arteterapia. Desde 2010 lleva adelante junto a Alejandra Correa, el Festival  Poesía en la Escuela. Publicó Caballos de arena, 2003; Estuario, 2008; El jardín de las estrelicias (con Maggie de Koenisberg), 2010 (inédito) Próximamente publicará Las sanadoras. Realizó también la antología poética de Olga Orozco El jardín posible (2009) y la compilación de la obra periodística de Orozco en Yo, Claudia (2012) y participó en varias antologías publicadas en Argentina, Chile y México. Forma parte desde 2009 del equipo de Ediciones en Danza. Actualiza el blog www.unaruna.blogspot.com.

 

 

 

 

 

 

 

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