Foja de Poesía No. 383: Javier Sánchez Menéndez

Presentamos el trabajo del poeta español Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, Cadiz, 1964). Es autor de los poemarios  “Motivos” (1983), “El violín mojado” (1991), “Introducción y detalles” (1991), “Última cordura” (1993), “La muerte oculta” (1996), “Una aproximación al desconcierto” (2011), que aparecía tras quince años de silencio poético, y “Una aproximación al desconcierto (v.2.0)” . Es fundador de la editorial Isla de Siltolá.

 

 

 

 

 

 

 

POCO he descubierto del sentido en tu persona,

pero los días son largos,

y en cambio sufro

sabiendo que te irás

como se fueron del parque las palomas.

 

 

De Motivos, Moguer, Huelva, 1983.

 

 

 

 

 

 

EN GALIA NARBONENSE

 

Vindex 68 d.C., en Galia Narbonense

Galba puede morir tras la sublevación.

El cielo era el espejo del aire tras el monte,

la noche de Nerón era otra Roma.

Y pude estar junto a ti.

La esfera se hizo Bética en sus claros

y la noche tembló de malestar por nuestro encuentro.

 

Confíscame los bienes –repetías–

y yo no firmo autógrafos ante cuatro legiones,

era la séptima y alguna otra del norte.

 

Parece que el Danubio es el protagonista,

un pasillo de césped te aguardaba,

y sobre el suelo franco estuve sometido

pensando en tu coraza, en tu caballo blanco

que apareció de pronto con aquel cuerpo herido

sobre el lomo cansado y frágil de la muerte.

 

No quise adivinar que era tu imagen.

 

 

De Derrota y muerte a los héroes, Abalorio, Valencia, 1988.

 

 

 

 

 

 

EL PAÍS

 

Al tomar El País entre las manos

he leído que el sol acariciará esta tarde

la vertiente oeste de tu casa,

la zona cercana a la azotea,

el balcón irlandés al que te asomas.

Y es cierto, tan solo leo el diario

para buscar el sol,

para saber si hoy vendrá el otoño

por tus largos pasillos.

No me importan los censos, las estadísticas,

las batallas sangrientas en el Oriente Medio,

los satélites rusos, las visitas reales,

no me importa el pasado

porque en el ayer ya estamos,

cuando miro hacia el sol y compruebo

que dirige su marcha a la vertiente oeste

de tu casa.

 

 

De El violín mojado, Seuba, Barcelona, 1991.

 

 

 

 

 

 

UN CIGARRILLO SE HA ENAMORADO DE MÍ

 

Le has dicho hoy a tu madre

que vienes a la casa con mi hermano:

una playa, un perro, una azotea perdida

donde escribes poemas o, mejor,

se imaginan,

un corazón partido por la arena

y borrado en las olas memorables.

Es invierno.

He encendido el cigarro con dos manos

y he quemado un mechón de mi cabello,

he tragado más humo que una fábrica

y al final el cigarro se consume

en una losa azul, descolorida.

Me has dicho que es el fin,

no más mentiras, hay que jugar muy limpio,

porque toda limpieza es más sensata

y yo como un imbécil te he creído,

asiento, me disparo y te recuerdo tanto

en esta tarde, por tantas falsedades,

que prefiero pensar en los cigarros,

los puedo dominar y nunca mienten.

 

De Introducción y detalles, Betania, Madrid, 1991.

 

 

 

 

 

SIN QUE VENGA LA NIEBLA

 

Quiero que sepas, por encima de todo,

que no entiendo el sentido de este amor:

las noches frías de un invierno enclaustrado

o el calor agobiante de estas tardes

cuando paseo y recuerdo los lugares que anduvimos juntos.

La mañana con viento en el Alcázar

y tu falda volaba como lo hacen las hojas de los sauces.

Quiero que sepas, si no es mucha molestia,

que te echo de menos:

tus risas, tus cabellos, tus detalles pendientes de un hilo,

aquel abrazo lento y fugitivo en la esquina del parque

con un te quiero mucho y una lágrima.

 

Recuerdo que tus pasos en la acera

iban dejando sombras, y hasta melancolía,

porque no es posible querer y ser querido

sin que venga la niebla

y difumine entonces tus risas, tus cabellos,

y ese quiero que sepas que te quiero.

 

 

De Introducción y detalles, Betania, Madrid, 1991.

 

 

 

 

 

 

PREPARACIÓN DE LA MUERTE

 

No sé si estás dispuesto a agradecer la vida,

a morir enterrado en calles o suburbios

o en todos los lugares donde uno se muere

cada día, a cada instante;

como si uno muriera agradeciendo risas

o palabras que una vez nos dijeron

a pesar de pesares para sobrellevarnos;

agradeciendo dudas, respuestas,

valía la pena ser agradecido,

agradecer la vida,

recordar a los seres que agotan los abrazos,

el llanto por amor y no estar muerto

o descubrirse muerto y ser amado.

¡Qué difícil!

Un último recuerdo principio de principios,

y preparar la muerte a pesar del dolor.

Y se apaga el recuerdo,

y se apaga la brisa,

y se apaga la idea de agradecer

la vida a cada instante.

 

 

De Última cordura, Betania, Madrid, 1993.

 

 

 

 

 

SUITE DE UNA NOCHE DE GOZO

 

 

1

 

No te presentas, noche, y yo te siento.

El espacio ya es tuyo

y todo lo posees.

Entre los bastidores, las ruinas,

entre los corazones y sentidos

creces con los minutos y lo inundas

todo.

Porque noche es amor.

 

 

 

 

2

 

Ya la palabra noche se entrega entre las sombras.

Ya la palabra noche es amor, es palabra.

Ya puede ser nombrada.

Su nombre arrastra todo cuanto venga.

Su nombre ahora soy.

 

 

 

 

3

 

Todo lo que te he dicho, noche,

está bien, está completo.

Pero,

¿y mi noche? ¿dónde estará mi noche?,

¿me bastará su recuerdo?

 

 

 

 

4

 

La noche es amor.

La noche es la discordia.

El día es la luz y es la vida.

Sueño siempre su luz

y estoy con la noche.

Vivo siempre en la vida

y me mantengo en sombras de mi noche.

 

 

 

5

 

El hombre es solo hombre ante la noche

que guarda rigurosa los pronombres

y los esconde lejos: sin límites

ni éticas posibles.

El hombre ha de asentir ante la noche

porque es solo hombre

ante la vida.

 

 

 

6

 

Reinan en la penumbra las sombras.

Anónimo es el rito de ser nombrado

solo.

Reinan los individuos calladamente

deseando la noche.

Por eso mi corazón te llama,

y también quiere ser protagonista

–hombre o sueño–

de la noche.

 

 

 

 

7

 

Puede llegar la luz

y romper la historia

de la noche.

Pero aún es tarde,

porque la oscuridad reina en silencio.

 

Puede llegar la vida

como hace siempre:

con voz baja entre gritos.

 

 

 

 

8

 

Casi a la luz del alba

la noche es la más pura de las noches

y sobre la ventana

contemplo cuatro cielos sin estrellas.

 

La noche ya es la noche,

la terrible canción sin fin ninguno.

No hay realidad en la noche

y ya llegó mi vida, mi amor

y mi destino: siempre es la claridad.

 

 

De La muerte oculta, Ateneo de Córdoba, Córdoba, 1996.

 

 

 

SEGUNDA INCLINACIÓN

 

Amar siempre se escribe con hache intercalada.

Debe ponerla en medio, entre la i y la o.

No es bueno complicarse.

Total si son tres días y hemos gastado cinco,

para qué desatar lo imprevisible.

 

Recuerde, amar, lo mismo que estipendio,

debe escribirse así, con hache.

Y debe dar igual que usted sea peluquera,

cajera o cocinera. Amarse por minutos

no concibe de fraudes, ni siquiera oficios vespertinos.

 

De día nos pela el alma y de noche la tibia.

Segunda inclinación o misión o concierto.

 

Tengo las cartas malas. Esta partida sobra.

No dio nunca lo mismo ser letra o alfabeto.

No me conviene hablar, hablar no me conviene.

 

Aunque debo decir, si es usted quien me escucha,

que amar se escribe siempre con hache intercalada.

 

 

De Una aproximación al desconcierto, SIM Libros, Sevilla, 2011.

 

 

 

 

 

 

MEMORY

 

No olvides la nostalgia,

está junto a la ira,

en el cajón de siempre.

 

 

De Una aproximación al desconcierto v.2.0., SIM Libros, Sevilla, 2011.

 

 

 

 

 

 

TINTÍN PIERDE LA VIRGINIDAD EN LA SCALA

 

Ya lo decía Tintín mientras ladrabas:

«Milou, debes latir con propiedad extrema

todo aquello que piensas, buen amigo».

Pero el pobre fox seguía empeñado

en tomar esa gota de whisky mal vertida

de la falda de Bianca, Castafiore.

 

Irma siempre molesta. Quería atrapar

sus pechos con las manos. El perro,

tan listo zorrero como leal amante,

mordía un dedo del pie y acariciaba

pausado sus pelotas. Bianca gime.

Tintín ha perdido la virginidad en La Scala.

Hicieron el amor sudacamente.

 

De fondo Lakmé. Delibes argumenta,

es muy retórico y a veces hasta cursi.

Léo llora entre las flores. El joven

tiembla y sonríe. Bianca gime.

 

¡Qué mala cara tiene la pollito!

 

 

De Cartoons, Ediciones de la Isla de Siltolá, Sevilla, 2011.

 

 

 

Datos vitales

Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, Cádiz, 1964), es licenciado en Historia General por la Universidad de Sevilla, ha cursado estudios de Filología y Filosofía. Autor de los poemarios “Motivos” (1983), “El violín mojado” (1991), “Introducción y detalles” (1991), “Última cordura” (1993), “La muerte oculta” (1996), “Una aproximación al desconcierto” (2011), que aparecía tras quince años de silencio poético, y “Una aproximación al desconcierto (v.2.0)” (2011), así como de la plaquette “Cartoons” (2011). Una selección de su poesía se reúne en “Faltan palabras en el diccionario (Poemas escogidos 1983-2011)” (2011). También ha publicado las obras “Sobre la literatura y el arte” (1986), “Poesía contemporánea en Sevilla” (1987), “Poesía Sevillana (1950-1990)” (1992) y “Poesía para niños de 4 a 120 años” (2010). Ha colaborado como articulista y crítico literario en diferentes medios de comunicación y revistas. “Fábula” es su proyecto más ambicioso, un conjunto de diez libros en torno a la poesía y la vida, de los que han visto la luz “La vida alrededor” (2010) y “Teoría de las inclinaciones” (2012). Ha colaborado como crítico o columnista en los más importantes medios de comunicación españoles. En la actualidad es colaborador en la edición de Andalucía del programa radiofónico “A vivir que son dos días” de la Cadena SER.

 

 

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