Presentamos una muestra mínima de poesía brasileña del siglo XX con selección y versiones del poeta, traductor y crítico Mijail Lamas (Culiacán, 1979). Manuel Bandeira, Oswald de Andrade, Mario de Andrade, Jorge de Lima, Cassiano Ricardo, Cecília Meireles, Murilo Méndez y Carlos Drummond de Andrade son los poetas que integran esta muestra.
MUESTRA MÍNIMA DE LA POESÍA BRASILEÑA DEL SIGLO XX
La siguiente Muestra Mínima de la Poesía Brasileña del siglo XX reúne a ocho voces fundamentales en la conformación de la literatura moderna de Brasil, que representó una nueva forma de expresarse para la poesía en lengua portuguesa. La influencia de estos autores sigue arrojando luz a los nuevos poetas de América Latina, por lo que el trabajo de traducirla hoy ofrece, al lector del siglo XXI, una nueva lectura a la luz de los acontecimientos actuales, además de reafirmar su actualidad y permanencia.
Mijail Lamas
Manuel Bandeira
(1886-1968)
AHORA ME VOY PARA PASÁGARDA
Ahora me voy para Paságarda
Allá soy amigo del rey
Allá tengo la mujer que quiera
En la cama que escogeré
Ahora me voy para Paságarda
Ahora me voy para Paságarda
Aquí no soy feliz
Allá la existencia es una aventura
De tal modo inconsecuente
Que Juana la Loca de España
Reina y falsa demente
Viene a ser lejana pariente
De la nuera que no tuve
Y como haré gimnasia
Andaré en bicicleta
Montaré en burro bravo
Subiré al palo encebado
¡Tomaré baños de mar!
Y cuando esté cansado
Tirado a la orilla del río
Mandaré llamar a mi sirena
Para que me cuente historias
Que cuando yo era niño
Rosa me contaba
Ahora me voy para Paságarda
En Paságarda tienen todo
Es otra civilización
Tienen un proceso seguro
De impedir la concepción
Tienen teléfono automático
Tienen alcaloide en abundancia
Tienen prostitutas bonitas
Para enamorar a la gente
Y cuando esté más triste
Pero triste de no tener que hacer
Cuando de noche me den
Ganas de matarme
-Allá soy amigo del rey-
Tendré a la mujer que quiero
En la cama que escogeré
Ahora me voy para Paságarda
VOU-ME EMBORA PRA PASÁRGADA
Vou-me embora pra Pasárgada
Lá sou amigo do rei
Lá tenho a mulher que eu quero
Na cama que escolherei
Vou-me embora pra Pasárgada
Vou-me embora pra Pasárgada
Aqui eu não sou feliz
Lá a existência é uma aventura
De tal modo inconseqüente
Que Joana a Louca de Espanha
Rainha e falsa demente
Vem a ser contraparente
Da nora que nunca tive
E como farei ginástica
Andarei de bicicleta
Montarei em burro brabo
Subirei no pau-de-sebo
Tomarei banhos de mar!
E quando estiver cansado
Deito na beira do rio
Mando chamar a mãe-d’água
Pra me contar as histórias
Que no tempo de eu menino
Rosa vinha me contar
Vou-me embora pra Pasárgada
Em Pasárgada tem tudo
É outra civilização
Tem um processo seguro
De impedir a concepção
Tem telefone automático
Tem alcalóide à vontade
Tem prostitutas bonitas
Para a gente namorar
E quando eu estiver mais triste
Mas triste de não ter jeito
Quando de noite me der
Vontade de me matar
— Lá sou amigo do rei —
Terei a mulher que eu quero
Na cama que escolherei
Vou-me embora pra Pasárgada.
Oswald de Andrade
(1890-1954)
LA PROCESIÓN
Los choferes están fastidiados
Porque tienen que quedarse delante de la pequeña procesión
Pero tiran sus boinas y rezan
Procesión tan pequeña tan bonita
Perdida en un rincón de la ciudad
Banderas
Túnicas verdes
Criaturas detentoras de los primeros lugares
De un bufón
Van paso a paso
Banderas
Túnicas verdes
Una parihuela en hombros de mulatos
De cuatro blanquísimas hijas de maría
Nuestra Señora va atrás
Un milagro de equilibrio
Pero lo que más me gusta
En esta precesión
Es el Espíritu Santo
Dorado
Para inspirar a los hombres
De mi tierra
Banderas
Túnicas verdes
El padre satisfecho
De parar el tráfico
Con nuestro señor en la manos
Y la música detrás
A PROCISSÃO
Os chofers ficam zangados
Porque precisam estacar diante da pequena procissão
Mas tiram os bonés e rezam
Procissão tão pequenina tão bonitinha
Perdida num bolso da cidade
Bandeirolas
Opas verdes
Crianças detentoras de primeiros prêmios
De bobice
Vão passo a passo
Bandeirolas
Opas verdes
Um andor nos ombros mulatos
De quatro filhas alvíssimas de Maria
Nossa Senhora vai atrás
Um milagre de equilíbrio
Mas o que mais eu gosto
Nesta procissão
É o Espírito Santo
Dourado
Para inspirar os homens
De minha terra
Bandeirolas
Opas verdes
O padre satisfeito
De ter parado o trânsito
Com Nosso Senhor nas mãos
E um dobrado atrás
Mario de Andrade
(1893-1945)
MOMENTO
El viento corta a los seres por la mitad.
Sólo un deseo de nitidez ampara al mundo…
Hace sol. Llueve. Y el ventarrón
desparrama los trombones de la nubes en azul.
Nadie llega a ser uno en esta ciudad,
las palomas se aferran a los rascacielos, llueve.
Hace frío. Y hace angustia… Este viento violento
es el que revienta las grietas de la tierra humana
exigiendo cielo, paz y alguna primavera.
MOMENTO
O vento corta os seres pelo meio.
Só um desejo de nitidez ampara o mundo…
Faz sol. Fez chuva. E a ventania
Esparrama os trombones das nuvens no azul.
Ninguém chega a ser um nesta cidade,
As pombas se agarram nos arranhacéus, faz chuva.
Faz frio. E faz angústia… É este vento violento
Que arrebenta dos grotões da terra humana
Exigindo céu, paz e alguma primavera.
Jorge de Lima
(1893-1953)
EL GRAN DESASTRE AÉREO DE AYER
Para Cândido Portinari
Veo sangre en el aire, veo al piloto que llevaba una flor para su novia, abrazado a la hélice. Y al violinista en que la muerte ha acentuado la palidez, despeñarse con su cabellera negra y su estradivarios. Hay manos y piernas de bailarinas expulsadas en la explosión. Cuerpos irreconocibles identificados por el Gran Reconocedor. Veo sangre en el aire, veo lluvia de sangre cayendo en las nubes bautizadas por la sangre de los poetas mártires. Veo a la bellísima nadadora, en su último salto de bañista, más rápida porque viene sin vida. Veo a tres muchachas cayendo rápido, henchidas, como si bailaran aún. Y veo a la loca abrazada del ramillete de rosas que pensó sería el paracaídas, y a la prima donna con su larga cola de lentejuelas arañando el cielo como un cometa. Y la campana que iba para una capilla del oeste, viene tocando a muerto por los pobre finados. ¡Supongo que la joven dormida en la cabina aún viene durmiendo, tan tranquila y ciega! Oh, amigos, el paralítico viene con extrema rapidez, viene como una estrella candente, viene con las piernas del viento. Llueve sangre sobre las nubes de Dios y hay poetas miopes que creen que es el arrebol.
O GRANDE DESASTRE AÉREO DE ONTEM
Para Cândido Portinari
Vejo sangue no ar, vejo o piloto que levava uma flor para a noiva, abraçado com a hélice. E o violinista em que a morte acentuou a palidez, despenhar-se com sua cabeleira negra e seu estradivárius. Há mãos e pernas de dançarinas arremessadas na explosão. Corpos irreconhecíveis identificados pelo Grande Reconhecedor. Vejo sangue no ar, vejo chuva de sangue caindo nas nuvens batizadas pelo sangue dos poetas mártires. Vejo a nadadora belíssima, no seu último salto de banhista, mais rápida porque vem sem vida. Vejo três meninas caindo rápidas, enfunadas, como se dançassem ainda. E vejo a louca abraçada ao ramalhete de rosas que ela pensou ser o paraquedas, e a prima-dona com a longa cauda de lantejoulas riscando o céu como um cometa. E o sino que ia para uma capela do oeste, vir dobrando finados pelos pobres mortos. Presumo que a moça adormecida na cabine ainda vem dormindo, tão tranqüila e cega! Ó amigos, o paralítico vem com extrema rapidez, vem como uma estrela cadente, vem com as pernas do vento. Chove sangue sobre as nuvens de Deus. E há poetas míopes que pensam que é o arrebol.
Cassiano Ricardo
(1895-1974)
SALA DE ESPERA
(Ah, los rostro sentados
en una sala de espera.
Un Diario Oficial sobre la mesa.
Un jarrón con flores.
Una jarra de café, que el empleado
viene, amable, a servir a los que esperan la audiencia marcada.
Los retratos a color de los hombres ilustres
en la pared,
que ejercen, desde épocas remotas,
el manso oficio
de hacer esperar con esperanza.
Y una respuesta, que será siempre la misma: sólo mañana.
Y los casi eternos mañanas de aquellos rostros postergados
y sentados
en una sala de espera.)
Pero lo que yo prefiero es la calle.
La calle en su sentido usual de “allá afuera”.
En su océano que tiene bocas y pies
Para exigir y caminar.
La calle donde todos se reúnen en un solo nadie colectivo.
Calle de hombre como debe ser:
transeúnte, republicano, universal.
Donde cada uno de nosotros es un poco más de los otros
que de sí mismo.
Calle de la procesión, de comicios,
del desastre, del entierro.
Calle de la reivindicación social, donde vive
el Acontecimiento.
¡La calle! Un aula de esperanza al aire libre.
SALA DE ESPERA
(Ah, os rostos sentados
numa sala de espera.
Um “Diário Oficial” sobre a mesa.
Uma jarra com flores.
A xícara de café, que o contínuo
vem, amável, servir aos que esperam a audiencia marcada.
Os retratos em cor, na parede,
dos homens ilustres
que exerceram, já em remotas épocas,
o manso ofício
de fazer esperar com esperança.
E uma resposta, que será sempre a mesma: só amanhã.
E os quase eternos amanhãs daqueles rostos sempre adiados
e sentados
numa sala de espera.)
Mas eu prefiro é a rua.
A rua em seu sentido usual de “lá fora”.
Em seu oceano que é ter bocas e pés
Para exigir e para caminhar.
A rua onde todos se reúnem num só ninguém coletivo.
Rua do homem como deve ser:
transeunte, republicano, universal.
Onde cada um de nós é um pouco mais dos outros
do que de si mesmo.
Rua da procissão, do comício,
do desastre, do enterro.
Rua da reivindicação social, onde mora
o Acontecimento.
A rua! uma aula de esperança ao ar livre.
Cecília Meireles
(1901-1964)
DISCURSO
Y aquí estoy cantando.
Un poeta es siempre hermano del viento y del agua:
deja su ritmo por donde pasa.
Vengo de lejos y voy lejos:
pero busqué en el cielo las señales de mi camino
y no vi nada, porque la hierba creció y anduvieron las serpientes.
También busqué en el cielo la indicación de una trayectoria,
pero siempre había muchas nubes.
Y se suicidaron los operarios de Babel.
Pues aquí estoy cantando.
Si ni yo sé donde estoy
¿cómo puedo esperar que algún oído me escuche?
¡Ah! Si yo no sé quién soy
¿cómo puedo esperar que venga alguien a quien le guste?
DISCURSO
E aqui estou, cantando.
Um poeta é sempre irmão do vento e da água:
deixa seu ritmo por onde passa.
Venho de longe e vou para longe:
mas procurei pelo chão os sinais do meu caminho
e não vi nada, porque as ervas cresceram e as serpentes andaram.
Também procurei no céu a indicação de uma trajetória,
mas houve sempre muitas nuvens.
E suicidaram-se os operários de Babel.
Pois aqui estou, cantando.
Se eu nem sei onde estou,
como posso esperar que algum ouvido me escute?
Ah! se eu nem sei quem sou,
como posso esperar que venha alguém gostar de mim?
Murilo Mendes
(1905-1975)
LA DESTRUCCIÓN
Moriré abominando el mal que he cometido
y sin ánimo para hacer el bien.
Amo tanto al culpable como al inocente.
Oh, magdalena, tú que dominaste la fuerza de la carne,
estás más cerca de nosotros que de la Virgen María,
libre, desde la eternidad, del pecado original.
Mis hermanos, estamos más unidos por el pecado que por la Gracia:
pertenecemos a la numerosa comunidad de desesperados
que existirá hasta la consumación del mundo.
A DESTRUIÇÃO
Morrerei abominando o mal que cometi
E sem ânimo para fazer o bem.
Amo tanto o culpado como o inocente.
Ó Madalena, tu que dominaste a força da carne,
Estás mais perto de nós do que a Virgem Maria,
Isenta, desde a eternidade, da culpa original.
Meus irmãos, somos mais unidos pelo pecado do que pela Graça:
Pertencemos à numerosa comunidade do desespero
Que existirá até a consumação do mundo.
Carlos Drummond de Andrade
(1902–1987)
MUNDO GRANDE
No, mi corazón no es más grande que el mundo.
Es mucho menor.
En él no cabe ni mi sufrimiento.
Por eso me gusta tanto contar.
Por eso me disipo,
por eso me grito
por eso frecuento el periódico, me expongo en las librerías:
necesito de todos.
Sí, mi corazón es muy pequeño.
Sólo ahora me doy cuenta de que en él no caben los hombres.
Los hombres están allá afuera, en la calle.
La calle es enorme. Grande, mucho más grande de lo que se cree.
Pero tampoco a la calle le caben todos los hombres.
La calle es menor que el mundo.
Tú sabes que tan grande es el mundo.
Conoces los navíos que llevan petróleo y libros, carne y algodón.
Has visto los diferentes colores de los hombres,
sabes lo difícil que es sufrir todo eso, amontonar todo eso
en un solo pecho de hombre… sin que él estalle.
Cierra los ojos y olvida.
Escucha el agua golpear en los vidrios,
tan calma. No anuncia nada.
Mientras se escurre entre las manos,
tan calma. Va inundándolo todo…
¿Renacerán las ciudades sumergidas?
¿Los hombres sumergidos volverán?
Mi corazón no lo sabe.
Estúpido, ridículo y frágil es mi corazón.
Sólo ahora descubro
cómo es triste ignorar ciertas cosas.
(En la soledad del individuo
olvidé el lenguaje
con que los hombres se comunican.)
Antiguamente escuché a los ángeles,
las sonatas, los poemas, las confesiones patéticas.
Nunca escuché voz de gente.
En verdad soy muy pobre.
Antes viajé
por países imaginarios, fáciles de habitar,
islas sin complicaciones, no obstante exhaustivas y convocando al suicidio.
Mis amigos fueron las islas.
Las islas pierden al hombre.
Entretanto, unos se salvarán y
traerán la noticia
de que el mundo, el gran mundo está creciendo todos los días,
entre el fuego y el amor.
Entonces, mi corazón también puede crecer,
entre el amor y el fuego,
entre la vida y el fuego,
mi corazón crece diez metros y explota.
-¡Oh vida futura! Nosotros te crearemos.
MUNDO GRANDE
Não, meu coração não é maior que o mundo.
É muito menor.
Nele não cabem nem as minhas dores.
Por isso gosto tanto de me contar.
Por isso me dispo,
por isso me grito,
por isso freqüento os jornais, me exponho cruamente nas livrarias:
preciso de todos.
Sim, meu coração é muito pequeno.
Só agora vejo que nele não cabem os homens.
Os homens estão cá fora, estão na rua.
A rua é enorme. Maior, muito maior do que eu esperava.
Mas também a rua não cabe todos os homens.
A rua é menor que o mundo.
O mundo é grande.
Tu sabes como é grande o mundo.
Conheces os navios que levam petróleo e livros, carne e algodão.
Viste as diferentes cores dos homens,
as diferentes dores dos homens,
sabes como é difícil sofrer tudo isso, amontoar tudo isso
num só peito de homem… sem que ele estale.
Fecha os olhos e esquece.
Escuta a água nos vidros,
tão calma, não anuncia nada.
Entretanto escorre nas mãos,
tão calma! Vai inundando tudo…
Renascerão as cidades submersas?
Os homens submersos – voltarão?
Meu coração não sabe.
Estúpido, ridículo e frágil é meu coração.
Só agora descubro
como é triste ignorar certas coisas.
(Na solidão de indivíduo
desaprendi a linguagem
com que homens se comunicam.)
Outrora escutei os anjos,
as sonatas, os poemas, as confissões patéticas.
Nunca escutei voz de gente.
Em verdade sou muito pobre.
Outrora viajei
países imaginários, fáceis de habitar,
ilhas sem problemas, não obstante exaustivas e convocando ao suicídio.
Meus amigos foram às ilhas.
Ilhas perdem o homem.
Entretanto alguns se salvaram e
trouxeram a notícia
de que o mundo, o grande mundo está crescendo todos os dias,
entre o fogo e o amor.
Então, meu coração também pode crescer.
Entre o amor e o fogo,
entre a vida e o fogo,
meu coração cresce dez metros e explode.
– Ó vida futura! Nós te criaremos.