Presentamos la lectura que hizo el escritor español Benjamín Prado (Madrid, 1961) en el VIII Festival de Poesía Poefesta 2012 de la Comunitad Valenciana, organizado por Ángels Gregori. Este 2012, Círculo de Poesía publica en México una antología del español. Benjamín Prado, poeta, narrador y ensayista, es una de las figuras centrales de la literatura española contemporánea.
Eso no vida mía
Eso no, vida mía,
eso no voy a dártelo
yo que te lo doy todo.
Los abismos sin vértigo,
La luz sin quemaduras.
La pasión que es un tigre que salta un aro en llamas
Las mentiras hermosas como camaleones
que fingen el color de la verdad.
Eso no, vida mía.
Las sábanas que llevan a calabozos blancos.
Los triunfos que consisten en sumar dos derrotas.
La lealtad con heridas.
La paz entre cuchillos.
El corazón que exige una balanza.
Eso no voy a dártelo.
Yo que soy por ti el agua que regresa del hielo;
la roca que una noche despertó siendo estatua;
yo que te doy mi vida;
yo que quisiera darte hasta mi muerte;
eso nunca,
amor mío.
Eso,
no voy a dártelo.
El enamorado (x)
Reuní los defectos que había abandonado
para estar junto a ti.
Convoqué a la venganza,
al rencor,
al orgullo;
le devolví a mis manos sus puñales,
la crueldad a mi boca
y el egoísmo a mi corazón.
Por quitarte las armas con las que me matabas,
huí de la pureza y la sinceridad,
y ahogué en mi propia sangre al inocente
que no supo que dártelo todo
lo convertía
en un hombre sin nada,
vacío para ti.
Mi dolor fue infinito cuando aún recordaba
el sabor de tus labios
o la forma en que el mar de tu desnudo
rompe contra tu piel.
Pero hoy ya estoy a salvo de tus ojos,
los cuerpos de las otras ya han olvidado el tuyo
y a todo lo que espero
ya no le faltas tú.
Reuní al egoísmo,
al rencor,
al orgullo…
Cómo va a equivocarse
el que consigue a cambio de lo que más quería
la recompensa de su libertad.
Ei inmigrante
Voy a hablar
de dos hombres
con una misma historia.
El primero
se acerca por el mar
y conoce
el sabor
salado
de la muerte.
Ha sufrido
la guerra
y el expolio,
quién sabe si la cárcel,
la tortura,
la caza de su piel,
de sus pasiones,
su género,
su origen,
sus ideas…
o simplemente
el duro
latigazo
del hambre.
En resumen:
un ser sin esperanzas.
El segundo
ha llegado
también
a otra ciudad
y escapa
de un país
donde gobierna el crimen.
Un día
conoció
el respeto
y la fama,
pero hoy
es como el vino derramado:
un oscuro sinónimo
de la sangre vertida.
El primer hombre
viene
hacia nosotros
y sueña
con la paz
de los talleres,
el edén
neutral
de los supermercados,
la música cuadrada de las carpinterías:
cualquier cosa
mejor
que su destino.
El segundo,
el que huye
con el dolor aún humeando en su ánimo,
alguna vez soñó
que las balas
podían
asesinar personas
pero nunca razones;
soñó
con catedrales
que no fuesen
el refugio del lobo;
con un sol
que llegara
al fondo
de las minas.
El primer hombre
es Pablo,
el panadero;
Hassan el sastre,
o Evo el albañil.
El otro se apellida,
por ejemplo,
Cernuda,
o Jiménez,
o Alberti
y de él
nace el espanto
como en las uvas crece
la costumbre morada de la luz.
Habrá quien los compare
y solo vea entre ellos un abismo.
Y habrá quien vea un puente:
a un lado la Justicia
y a otro ladola Historia.
Pregúntate
a
cuál
de
ellos
te
pareces.
Pregúntate
cuál
de
ellos
quieres
ser.
No me cuentes tu vida
No me cuentes tu vida.
No me des la mitad de lo que ya no quieres.
No olvides que el dolor es lo que un golpe
recuerda de nosotros
y si lo tocas,
puede despertarse,
pensar de nuevo en ti.
No me hables del pasado
-si quieres encontrar respuestas, corre
en dirección contraria a las preguntas-
ni me arrastres a un tiempo
en el que aún no sepa
quién eres, pero ya no seas mía.
¿De qué sirve arrojar peces muertos al río?
¿Por qué pintar dianas encima de la herida?
¿Para qué conocerte, si te puedo aprender?
Acuérdate: -No existe mayor preso
que el que duda entre dos puertas abiertas.
-Quienes lo saben todo de aquellos a los que aman,
sólo los aman… a pesar de todo.
-Lo que no busca nadie, deja de estar perdido.
No me cuentes tu vida,
y entonces
será sólo
para ti
y para mí.