Rubén Márquez Máximo nos presenta una muestra del poemario Los naufragios del desierto de la poeta, narradora y traductora Zingonia Zingone (Londres, 1971), publicado recientemente por Vaso Roto Ediciones. Zingonia es integrante de la junta organizadora del festival internacional de poesía “Kritya” (India) y desde el 2007 ha participado en numerosos festivales internacionales de poesía en América Latina, Europa y Asia.
El poemario Los naufragios del desierto cuenta tres historias, la de Khalil, la de Soraya y la de Bâsim, que a manera de encantamiento nos muestran tres senderos del alma a partir de la experiencia interna del naufragio y del desierto, detonando con ello la búsqueda de la identidad y el gozo profundo por la vida. En los poemas que vienen a continuación podemos observar el cambio de estado de la incertidumbre a la certeza, en otras palabras, el inicio y la llegada de este recorrido espiritual de los personajes. Invitamos al lector a buscar los pasos intermedios, las huellas que irán dejando sobre la arena.
Rubén Márquez Máximo
El oráculo de la rosa
II
El príncipe ama la rosa y conoce su aroma.
Transita con minucia su sinuoso contorno.
Juega con la corola, surca el monte,
muerde el fruto, higo de corales carmesí.
Baña el rostro en las olas, hunde
su carne en la carne, ¡demonio!,
con la urgencia de un mendigo.
Su maléfica huella es el recuerdo.
El príncipe desconoce la esencia,
el misterio; es sólo un vampiro
un adicto al amor
que no sabe hacer otra cosa.
De día pierde su corona,
regresa a la soledad,
coquetea con el recuerdo.
Se vanagloria de los pétalos de su nostalgia.
XVII
Una caravana de pájaros traza la ruta.
Khalil levanta los ojos. Las nubes pregonan lluvia.
Triunfa el verdor del trópico, la exuberancia
de la tierra mojada.
Khalil respira libre de sombras
y como girasoles nacen de sus manos
los versos de la luz.
Un relámpago parte las horas
en infinitas centellas de Venus.
Khalil aguarda libre de sombras.
Las centellas unen su canto,
funden su luz en un único fuego.
Khalil permanece en posición de loto.
Florece en su campiña una mujer.
Es la mujer que lleva la semilla del amor.
Las campanas de la memoria
I
En una esquina de la noche
una niña abraza sus piernas,
se balancea en trance y llora.
Las lágrimas bajan
por los costados del cuerpo,
caen sobre la calle empolvada
de un invierno sin lluvia.
Monstruos afloran
con rostro de hombre,
roban el grito de un horror,
tapan su boquita
de clavel prendido y gozan
del mismo gozo maldito
que ilumina el rostro de Shaytan.
Cierra los ojos, se ampara
en la oscuridad del dolor,
rasguña sus muslos como gato engañado,
hunde su rostro en los abismos.
XII
Ella sigue el latido hipnótico
de sus párpados y como mantra
repite a flor de labios
unos versos que no conoce:
«Todo cuanto se hace debajo del sol
tiene su tiempo.
Hay tiempo de nacer y tiempo de morir […]
tiempo de matar y tiempo de curar […]
tiempo de llorar y tiempo de reír […]
tiempo de buscar y tiempo de perder […]
tiempo de rasgar y tiempo de coser;
tiempo de callar y tiempo de hablar;
tiempo de amar y tiempo de aborrecer;
tiempo de guerra y tiempo de paz[2]».
Ella sigue el latido hipnótico
de sus párpados; al deslizarse
por el borde del puente, escucha
el latido en su pecho
a destiempo,
el latido discordante de la vida.
X
El niño se aleja de la cabila.
Camina las dunas y llora.
Busca consuelo en el desierto.
En la distancia una madre pronuncia su nombre.
Él escupe amor y odio, la despiadada
indiferencia que el deseo engendra.
En la distancia una madre grita —¡Bâsim! —.
La terquedad
se traga el eco de su voz.
Entrañas que engendraron mi pequeño llanto,
hoy son
río irredento del deseo.
Las olas del vacío se tragan
las huellas de su llanto.
XIV
En Andalucía vive un joven
de nombre Bâsim. En su rostro
brilla la sonrisa del porvenir.
Se arrodilla frente al altar de la Concepción.
En su mano derecha, un rosario.
Grano por grano desteje
la larga manta. Libera
la mariposa atrapada en el desierto.
[2] Eclesiastés 3, 1-8
Datos vitales
Zingonia Zingone (1971). Poeta, narradora y traductora (español, italiano, inglés, francés). Creció entre Italia y Costa Rica. Es licenciada en Economía. Escribe en castellano y vive en Roma. Ha publicado los poemarios Máscara del delirio (Perro Azul, 2006; Lietocolle, 2008), Cosmo-agonía (Perro Azul, 2007), Tana Katana (Perro Azul, 2009), y L’equilibrista dell’oblio (Raffaelli Editore, 2011), The Acrobat of Oblivion (Poetrywala, 2011), Equilibrista del olvido (Editorial Germinal, 2012), Marethu Hoda Dombarake (Aharnishi Prakashana, 2012). Los Naufragios del Desierto (Vaso Roto Ediciones, 2013), además de la novela en Italiano Il velo (Elephanta Press, 2000). Su obra ha sido incluida en numerosas revistas literarias y ha sido traducida a varios idiomas como inglés, chino, hindi, kannada, malayalam y albanés. Al español ha traducido Alarma de Virus (Ediciones Espiral, 2012), del poeta marathi Hemant Divate y La Cruz es un camino (Edizioni della Meridiana, 2013) del poeta italiano Daniele Mencarelli. Es integrante de la junta organizadora del festival internacional de poesía “Kritya” (India). Desde el 2007 ha participado en numerosos festivales internacionales de poesía en América Latina, Europa y Asia.