Presentamos tres textos del poeta y editor español Javier Bozalongo (Tarragona, 1961). Ha publicado los poemarios Líquida nostalgia, Hasta llegar aquí, Viaje improbable (Renacimiento, 2008) por el que obtuvo el XI Premio Surcos de Poesía; y La casa a oscuras (Visor, 2009). Actualmente es director de Valparaíso Ediciones y asesor del Festival Internacional de Poesía de Granada.
UN HOMBRE SIN PASADO
Entrégueme las llaves.
No nos debemos nada el uno al otro.
Compré con su salario su tiempo y mis ganancias.
A cambio de su esfuerzo yo negocié sus deudas
y las alimenté con la ilusión
que usted tuvo una vez, creyéndolas saldadas.
Su ímpetu juvenil
naufragó en la moqueta de un despacho.
No se sienta culpable si al retirar las fotos
alguna le reprocha sentirse abandonada,
puede culparme a mí, que no soy nadie.
A nadie le ha entregado usted su vida,
a nada ha consagrado tantos años.
De ahora en adelante va a saber lo que es
convertirse en un hombre sin pasado.
Entrégueme las llaves.
Si algo hemos compartido usted y yo
fue el vacío del aire:
ni siquiera al tocarle dejé huella.
Puede pensar que ha sido un espejismo,
pero el despertador desocupado,
las mañanas sin prisa
y las corbatas tristes
vendrán a recordarle lo que es.
Lo que pudo haber sido lo doy por bien pagado.
Entrégueme las llaves, salga sin hacer ruido.
Recoja las monedas que sellan el adiós.
WOODY ALLEN vs FREUD
Hay algunas películas tan lentas
que puedes ver en ellas cómo crece la hierba,
igual que algunos sueños se alargan varias noches
lo mismo que las malas novelas por entregas
y te pasas el día bostezando
mientras llega el capítulo siguiente
de una vida vivida en paralelo.
No importa que los sueños carezcan de color,
que les falten matices o estén desenfocados.
Intentar comprenderlos es inútil
como inútil resulta creer que son verdad.
Nunca hubo escaleras que llegaran al cielo
ni ríos infinitos ni abismos tan profundos
cuyo fondo resulte inalcanzable.
Confórmate si puedes con ver amanecer
y saber que las horas de todas formas pasan
para llevarte en brazos a los brazos
de la noche siguiente, de la continuación
de lo que no recuerdas y sin embargo existe:
oculta realidad en blanco y negro
por donde pasa un río, que surca un precipicio
y termina en el mar, cuando despiertas.
CURRICULUM VITAE
Nací con el calor del mes de julio
y crecí junto al mar.
En mi primer colegio
quisieron enseñarme a tener miedo
de las cosas que más feliz me hacían.
De los curas y monjas solo guardo
una extraña aversión al color negro.
Cuando no sabes bien dónde terminan los bolsillos,
dónde esconde la mano el enemigo,
el golpe siempre acaba en tu cogote.
No soy olvidadizo.
Recuerdo las lecciones de aquellos profesores
que ponían calor en sus palabras.
Los años de instituto
no fueron los más fértiles, pero sí muy felices.
La patria me robó
el tiempo imprescindible para que las banderas
me parezcan tan solo retales de colores.
Crecí con dos idiomas
y en los dos aprendí a decir adiós,
y en los dos olvidé decir te quiero.
Hice caso a mi padre
buscándome un trabajo para toda la vida:
Trabaja niño no te pienses
que sin dinero vivirás.
Junta el esfuerzo y el ahorro
ábrete paso, ya verás…
cómo se ríen otros de ti y tu dignidad.
Entre mis aficiones
no destacó el deporte ni como espectador,
ni la jardinería ni la música clásica
consiguieron hacerme un fiel adepto,
y casi todo el tiempo en que me siento libre
lo ocupan dos poemas con nombre de mujer.
Siempre estoy disponible para un viaje;
aunque sé conducir me distraigo al volante,
y ya no estoy dispuesto a buscar un trabajo
que requiera un esfuerzo que usted tampoco haría.