Prólogo
Señores
siempre descreídos y despectivos
haciendo ramos de flores con vuestras tristezas
ya sabéis la vida de memoria
tan bien como los versos de vuestros amigos refinados
os aviso
no brindo
a vuestra salud
Chulos de poesía
Catadores de metáforas
No es para vosotros
lo que articulo
Es para la gente real que conozco
para la que me pongo
ridículo
Son versos para el obrero Pedro
que me enseñó a manejar la pala
y a compartir pan y cigarrillos
Es para mi abuelo, el socialista,
que ni al morir era devoto
Es en recuerdo de mi tía
que esperó
siete años de sol a sol
hasta que volviera su marido del frente
Es para el ucraniano que me dijo que las guerras
no tienen por qué ser
Es para esta chica loca por la que aprendí
a tocar jazz
a vagar de noche a no estar contento a no tener paz
Es para el obrero Albertin Lo veo como hoy
dice: Nunca te acuestes con una chica que no te guste
Es para el Maestro de la pescadería, él conoció en París
a Joséphine Baker
y al hambre
Es para Miles Davis y para la noche en la que por primera vez oí
esa trompeta llena de sollozos
Es para el vendedor de refrescos rojos y amarillos
en un quiosco en Praga
Es para la mujer hermosa
que de niña estuvo en Ravensbrück
y para sus arrugas prematuras
Es para un pintor sus payasos y artistas
vestidas en negro
Es para los obreros pavimentando la calle de mi amor
Es para el vendedor ciego de periódicos en la galería
Es para las chicas bailando charlestón en el sótano
Es para Karel el de los perritos y su brazo pudriéndose cerca de Madrid
Es para Modigliani y Parker, ambos murieron pobres
Es para Fidel que dijo: Democracia
le entrega armas a la mayoría
Es para el rojo asesinado el 10 de mayo
de mil novecientos cuarenta y cinco
y para la chica rubia que nunca volverá
de tanta distancia
Es para todos que en las manos llevan
el mundo
este bonito loco
y único
y le ayudan avanzar a pesar de las maldiciones de los papas
y los escupitajos
de ladrones
a pesar de las democracias compadreras
las pestes
y las guerras
Un poema corto sobre Praga
Por el aro ardiente del sol saltan los perros entrenados
de mis pensamientos
En el Puente de Carlos los legionarios barrocos se aburren
y el agua abajo
sudada con espuma en la boca se va
y se vuelve
atrás
como trigo verde cuando hace viento
El agua se vuelve
se vuelve ardiente, amores lanzados al mundo como bumeranes
Pero mi sueño desde la noche de hoy nunca volverá
y nunca oiré de nuevo La Internacional
como en el zepelio
del poeta que la transponía en cada línea
en tonalidad insólita
Volverán a pasar
veranos e inviernos
el gorjeo de las palomas
y la tristeza de los amantes
volverá el eco como las campanas de Roma
y nuestra vida
Mi sueño nunca volverá
La Internacional en la tumba del poeta
Volverá
la vida
agua abajo
Cariños adormecidos
Los neones
Suenan como la oración de la noche
en tus ojos salen
estrellas y flores
caen al suelo
entre sombras
a la orilla del lago con juncos y alcaraveas
después del trabajo beben los leñadores
licor de endrinas
Y yo quiero dormir
Dormir
en la sombra de tu pelo
Dormir no pensar en nada
despertar al sonido de tu voz
como un cocinero
en esos cuentos en los que duermen por siglos
y dormirme de nuevo
con un poco de tu pelo en mi frente
y envidiar un poco
al sol
que sobre tu cuerpo hace
pequeños dibujos incomprensibles