Presentamos dos textos del poeta español Alejandro López Andrada (1957). Ha merecido distinciones como los premios Nacional San Juan de la Cruz, Rafael Alberti, José Hierro, Ciudad de Badajoz, el Andalucía de la Crítica o el Ciudad de Salamanca. Su libro La tierra en sombra (Visor) fue Premio Internacional “Fray Luis de León”. Con Las voces derrotadas (2011), publicado en Hiperión, obtuvo el Premio “Ciudad de Córdoba”. Su nuevo libro, Los ángulos del cielo fue publicado por Valparaíso Ediciones.
LA VENTANA
Antes de abrir de nuevo la ventana,
quiero tocar
despacio las arrugas, los surcos
que la noche abandonó
en la fragilidad de tus pupilas.
La sencillez
fue alzando entre tus ojos
paredes de piedad. En la penumbra
de los pasillos,
toco el resplandor
de tu mirada de agua. No te has ido.
Nunca te retiraste.
Me habitabas,
como aún me habitas hoy. Siempre decías,
cuando te visitaba:
“Acércate,
quiero tenerte al lado”. ¿Lo recuerdas?
Los días del invierno se llevaron
tus lágrimas de arcilla, tus silencios.
Mas déjame que ahora, en este instante,
cuando mis dedos abran la ventana
pueda tocar tu voz
para dejarla
como una flor de música en las piedras,
en esas piedras blancas del corral,
donde aún respiras
limpio,
como entonces. Debo decírtelo:
a veces, llego al patio
y creo observar palabras de aquel tiempo
flotando en el granado,
porque estás -aún suenan tus pisadas
entre los lirios-,
y, ahora, de nuevo,
cuando florece el aire y en el corral vibran las golondrinas,
te siento aquí, a mi lado:
en el murmullo
de las abejas vuelvo a estar contigo.
OVAS
Debajo de las ovas se escurrían
los peces del verano
y, con mis dedos,
tocaba el tiempo de la desnudez,
el prodigioso añil de las escamas
que, ahora, iluminan
todo mi interior
cuando regreso al río de la infancia
turbado por el frío,
con la luz
bailando entre las hojas de los álamos
-soldados de oro
en el atardecer-
que aún me susurran tristes,
como entonces,
edificando un cielo derrumbado.
Datos vitales
Alejandro López Andrada (Villanueva del Duque -Córdoba-, 1957) comenzó a escribir muy joven y, hasta el momento, ha dado a la luz poemarios como: “El Valle de los Tristes” (1985), “Códice de la melancolía” (1989), “La tumba del arco iris” (1994), “El rumor de los chopos” (1996), o “Los pájaros del frío” (2000); habiendo recibido premios como Nacional San Juan de la Cruz, Rafael Alberti, José Hierro, Ciudad de Badajoz, el Andalucía de la Crítica, o el Ciudad de Salamanca. Su antología poética, “La nieve en los espinos”, apareció hace unos años en Algaida Editores, donde también publicó “El humo de las viñas” (1999), “Los árboles dormidos” (2002) y “El vuelo de la bruma” (2005). Su libro “La tierra en sombra” (Visor) fue Premio Internacional “Fray Luis de León”. Con “Las voces derrotadas” (2011), publicado en Hiperión, obtuvo el Premio “Ciudad de Córdoba”. Su poemario más reciente, “Los ángulos del cielo” (2014), ha visto la luz en “Valparaíso Ediciones”. Ha dado también a la luz, por otro lado, dos títulos de poesía infantil y diez novelas: “La dehesa iluminada” (1990), “La mirada sepia” (1994), “La bóveda de cuarzo” (1996), “Bruma” (1998), “El césped de la luna” (2001), “Los hijos de la mina” (2003), “El libro de las Aguas” (2007), que fue adaptada al cine por Antonio Giménez-Rico, “Un dibujo en el viento” (2010), “Los ojos de Natalie Wood” (2012) y “Los álamos de Cristo” (2014). Por otro lado, como articulista ha publicado cuatro volúmenes, y, además, tiene tres ensayos narrativos sobre la desaparición del mundo rural, “El viento derruido” (2004) y “Los años de la niebla” (2005), en la Editorial “Oberon” (Grupo ANAYA) y “El óxido del cielo” (2009) Editorial El Páramo.