A propósito de este San Valentín, presentamos dos textos que giran alrededor del amor, de la poeta norteamericana Louise Glück (Nueva York 1943). Mereció el Pulitzer por su libro The Wild Iris (1992). En 2014 recibió el National Book Award por su último libro Faithful and Vistuous Night. Fue Poeta Laureada de Estados Unidos (2003-2004). Su poesía habla de la decepción, el rechazo, muerte, amor y la traición. La traducción de estos poemas corre a cargo de Rafael Vargas.
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EL ESPEJO
Mirándote ante el espejo me pregunto
qué se sentirá ser tan hermoso
y por qué en vez de amarte a ti mismo
te cortas, rasurándote como un ciego. Creo que me permites observar
de manera que puedas volverte contra ti mismo
con mayor violencia,
necesitado de mostrarme cómo rasgas la carne
desdeñosamente y sin titubeos,
hasta que te veo correctamente,
como un hombre herido, no
el reflejo que deseo.
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THE MIRROR
Watching you in the mirror I wonder
what it is like to be so beautiful
and why you do not love
but cut yourself, shaving
like a blind man. I think you let me stare
so you can turn against violence,
needing to show me how you scrape the flesh away
scornfully and without hesitation
until I see you correctly,
as a man bleeding, not
the reflection I desire.
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EL LÍMITE
Una y otra vez, una y otra vez, ato
mi corazón a la cabecera de la cama
mientras mis acolchonados lamentos
se endurecen contra su mano. Está aburrido,
me doy cuenta. ¿Acaso no me trago sus engaños,
no pongo sus flores en agua? Lo miro cortar los trozos de carne
sobre el encaje de mamá,
distribuir magras porciones piadosamente… Puedo sentir sus muslos
contra mí por amor a los niños.
¿La recompensa? Por las mañanas, destrozada
por esta casa, lo miro tostar su pan
y probar su café, evadiéndose.
Las sobras son mi desayuno.
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THE EDGE
Time and again, time and again I tie
My heart to that headboard
While my quilted cries
Harden against his hand. He’s bored-
I see it. Don’t I lick his bribes, set his bouquets
In water? Over Mother’s lace I watch him drive into the gored
Roasts, deal slivers in his mercy… I can feel his thights
Against me for the children’s sakes. Reward?
Mornings, crippled with this house,
I see him toast his toast and test
His coffee, hedgingly. The waste’s my breakfast.