Presentamos, en video, el la emotiva lectura del poema “Cada uno: Ayotzinapa” de María Baranda, uno de los referentes de la poesía mexicana contemporánea. El texto fue leído en el Museo Diego Rivera Anahuacalli en el marco del Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México.
Cada uno: Ayotzinapa
Tienen rostro, familia, biografía. Son 43 desaparecidos pero también 43 seres humanos.
1. Abel: por tu cara de sol y gallo y tu noche de sueño frío.
2. Abelardo: por tus ojos de harina de tiempo y tu silencio.
3. Adán: por tu baile de asombro y tu risa de cobre fulminante.
4. Alexander: por tu palabra de búho y tu ilusión de techo abierto.
5. Antonio: por tus venas de agujeta de río y tu paso de jaguar de monte.
6. Benjamín: por tus días de canto y bruma como orejas de gato.
7. Bernardo: por tu sueño de leche tibia y tu vigilia de tortuga.
8. Carlos Iván: por tu voz de corneta y tu seca dulzura de llano.
9. Carlos Lorenzo: por tus dedos extendidos como amplias nubes de tarde.
10. César Manuel: por tus largas piernas de pájaro de medianoche.
11. Christian Alfonso: por tu sonido de fruta precisa que se abre.
12. Christian Tomás: por tu grito quieto como los tamarindos agrios.
13. Cutberto: por tu brinco azul fosforescente entre las piedras del cerro.
14. Dorian: por tu voz de cazador de bosque que espanta a las culebras.
15. Emiliano Alen: por tu espalda de espejo y de águila imaginada.
16. Everardo: por tu risa de medialuna que parte la corteza del árbol.
17. Felipe: por tu suelta carcajada de caballo bajo las ramas del aire.
18. Giovanni: por tus rodillas de flores quietas en las noches desesperadas.
19. Israel: por tus uñas de tierra marina y tu estatura de amanecer.
20. Israel Jacinto: por tus tibios brazos curvos que procuran la brisa.
21. Jesús Jovany: por tus preguntas rápidas como semillas de pluma.
22. Jonás: por el sonido que guarda tu nombre despierto en la lluvia.
23. Jorge: por tu sombra de pan y agua y tu figura de hoja que baila.
24. Jorge Aníbal: por tu imaginación de elefante que nos levanta del polvo.
25. Jorge Antonio: por la historia de sal y de conejo que corre por tu cuerpo.
26. Jorge Luis: por tu escritura de sueño en los rayos últimos de la mañana.
27. José Ángel: por tus manos de remo en mesas de valles iluminados y de agua.
28. José Ángel: por tus ojos de pez de lumbre y tus letras en la raya del horizonte.
29. José Eduardo: por tu razón en el vértigo del topo y el ábaco del coyote.
30. José Luis: por tu respiración de tigre adivino, tigre que silba en la noche.
31. Jhosivani: por tu canto de estanque y relámpago en la boca de la barranca.
32. Julio César: por tu danza de caracol de pasto en la frontera del viento.
33. Leonel: por ese eco tuyo, tuyo, tuyo, con el brillo de las luciérnagas.
34. Luis Ángel: por tu palabra de aire que alumbra el llanto del huizache.
35. Luis Ángel: por tu presagio de pájaro definitivo en la orilla del alba.
36. Magdaleno Rubén: por tu fatiga de campo erguido y fresco en la hierba.
37. Marcial: por tu boca marina de brújula cierta para el náufrago y su marea.
38. Marco Antonio: por tu voz de carnero bajo la luna de piedra blanca.
39. Martín Getsemany: por tus cinco dedos en el húmedo muro de la infancia.
40. Mauricio: por ese reloj sin números que guardas en el corazón del tiempo.
41. Miguel Ángel: por tus alas existentes como llamas vivas en la montaña.
42. Miguel Ángel: por tus altas cejas de centella y entendimiento.
43. Saúl: por tu ojo de remolino en la noche única, invisible y perpetua.
Y por todo el mar en el cielo y la tierra y su lento ruido de entraña partida que nos hacen a todos y a tantos vivos y siempre en cada uno, cada uno, de nosotros.