Poesía dominicana: Frank Báez

Presentamos tres textos del poeta y narrador dominicano Frank Báez (Santo Domingo, 1978). Es autor del poemario Postales. Recientemente la editora Jai Alai books publicó una antología en inglés de su poesía titulada Last night I dreamt I was a DJ.

 

 

 

 

 

 

 

Mi amigo camina hacia el silencio

 

Mi amigo decidió

que no iba a escribir más

estaba sentado en el metro

en dirección a su casa

tarde en la noche

cuando se dijo

que no más

que ya no es necesario

que uno sencillamente puede

dejar de escribir y renunciar

como uno de esos árboles

que en primavera se niegan a que

sus hojas broten

y eso hizo mi amigo

decidió que no iba a escribir más

y que cuando le viniera

el impulso

lo iba a ignorar

o mejor aun

iba aprovechar esa energía

para hacer otra cosa

como caminar

y eso hizo

se puso a caminar

por Manhattan

y cuando le preguntaron

hacia dónde iba

él respondía que caminaba

hacia el silencio y bueno el silencio

no existe

el silencio es una metáfora

en un experimento John Cage demostró

que no existe el silencio

se metió en una cámara a prueba de sonido

y se dio cuenta de que en todo momento

seguimos escuchando

el latido de nuestro corazón

o la circulación de la sangre

es decir que nuestro cuerpo es lenguaje

o mejor aún que el lenguaje es vida

pero a mi amigo esto no le interesa

y sigue caminando

en busca del silencio

y pronto hundirá sus zapatos en la nieve

y avanzará como si fuese el primer

explorador que alcanza las regiones del silencio

y los copos de nieve caerán cada vez más rápido

como queriendo sepultarlo

y sus pasos en la nieve resonarán

al igual que sus versos que solo cesarán

cuando alcance el silencio

y la nieve borre una a una sus huellas y su cuerpo

y la ciudad blanca como una hoja de papel.

 

 

 

 

 

 

 

Milky way 

 

La primera vez fue cuando mi papá

vino de Nueva York

con la maleta llena de milky ways

y yo probé uno y me sentí

como en esa escena de Charlie y la fábrica de chocolates

en que el protagonista se esconde

para ver si su chocolate está premiado

aunque yo me escondía más bien para que mi mamá

no me quitara los chocolates

y les llevé a Pascual y al Seba

quienes se engancharon tanto

al punto que cada vez que me veían acercarme

con los bolsillos llenos de milky way

babeaban como el perro de Pavlov

y después que probé los milky way

los rocky kid llenos de almendra no me sabían a nada

los crachi los más más los chocolates embajador

todos habían perdido su magia

y recuerdo que cuando en la clase de religión

el cura hablaba del éxodo de los judíos por el desierto

y del maná que Dios lanzaba desde el cielo

para que se alimentaran y no se murieran de hambre

antes de llegar a la tierra prometida

yo imaginaba que el maná eran pedacitos de milky way

que caían sobre la arena y sobre las piedras

y la analogía cobró más fuerza

cuando supe que milky way significaba Vía Láctea

así que piensen en esos publicistas buscándole nombre

a ese producto e imaginando que no hay nada más sublime que comerse una estrella

y bueno ya han pasado dos décadas

tenía años que no probaba un milky way

la verdad hoy en día prefiero los snickers

Pascual y el Seba se fueron al norte

no sé bien en que ciudad vive Pascual

pero sé que el Seba vive en Nueva York

específicamente en el Bronx

la semana pasada nos vimos y paseamos por Manhattan

en un momento Seba entró a un seven eleven

para usar el baño y yo compré un milky way

y le pregunté al Seba

si le apetecía recordar los viejos tiempos

pero el Seba me dijo que ya no comía dulces

que era propenso a la diabetes

así que yo me comí el milky way solo

andando con el Seba por las calles de Manhattan

mirando de vez en cuando hacia arriba

donde había tanta niebla y tantas luces

que no se alcanzaban a ver las estrellas

y mucho menos la vía láctea

 

 

 

 

 

 

 

En la Biblia no aparece nadie fumando

 

Pero qué tal si Dios o los que escribieron la Biblia

se olvidaron de agregar los cigarros

y en realidad todas esas figuras bíblicas

se pasaban el día entero fumando

al igual que en los cincuenta en que se podía fumar

en los aviones y hasta en la televisión

y yo imagino a todos esos gloriosos judíos

llevándose sus cigarrillos a los labios

y expulsando el humo por las narices

en lo que aguardan

por sus visiones o porque Dios les hable,

e imagino a David tocando el harpa

en un templo lleno de humo,

a Abraham fumando cigarro tras cigarro

antes de decidirse a matar a Isaac,

a María fumando antes de darle a José

la noticia de que está embarazada,

e incluso imagino a Jesús sacando un cigarro

de detrás de la oreja y fumando

para relajarse antes de dirigirse a las multitudes

reunidas en torno suyo.

Yo no soy un fumador.

Pero a veces me vienen ganas y fumo

como en este instante en que miro la lluvia

caer tras la ventana

y me siento como Noé cuando esperaba

que pasara el diluvio y se la pasaba

de arriba a abajo por toda el arca

buscando donde había puesto

esa maldita cajetilla.

 

 

 

 

 

 

Datos vitales

Frank Báez (Santo Domingo, 1978) es poeta y narrador. Es autor del poemario Postales. Recientemente la editora Jai Alai books publicó una antología en inglés de su poesía titulada Last night I dreamt I was a DJ.

 

 

 

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