Irish Poetry Dossier: W.B. Yeats

Today at Círculo de Poesía, a new post of our Irish Poetry Dossier. In this occasion we present 3 poems by the Nobel Prize, W.B. Yeats (1865-1939): Who goes with Fergus?, Leda and the Swan, and one of the most commented Yeats works: The Second Coming. All translated by Sergio Eduardo Cruz Flores (1994).

Hoy en nuestro Dossier de Poesía de Irlanda, presentamos 3 poemas del Nobel irlandés William Buttler Yeats (1865-1939): Who goes with Fergus?, Leda and the Swan y, uno de los poemas más comentados de Yeats, The Second Coming. Las traducciones son de Sergio E. Cruz (1994)

 

 

 

 

 

 

 

¿Quién va con Fergus?

¿Y quién cabalgará este día con Fergus

para escuchar del bosque sombra hilada

y danzar alegre entre mareas bajas?

Levanta, hombre joven, tu frente caída,

y levanta tus pesados párpados, dama,

y no se pierdan más en la duda y el miedo.

 

Y no habrá más por qué sentir duda o miedo

en cuanto al amor y su amargo misterio,

porque Fergus domina los carros de fuego

y también domina las sombras del bosque

y el misterioso vientre del sombrío mar

y todas las frías, hirsutas, vagas estrellas.

 

 

 

Who goes with Fergus?

 

And who will ride with Fergus now

And hear the deep woods’ woven shade

And dance upon the level shore?

Young man, lift up your russet brow

And lift your tender eyelids, maid,

And brood on hopes and fear no more.

 

And turn no more aside and brood

Upon love’s bitter mystery

For Fergus rules the brazen cars

And rules the shadows of the wood

And the wide breast of the dim sea

And all dishevelled, wandering stars.

 

 

 

Leda y el cisne

 

Repentino golpe: las magníficas alas se baten

Sobre la muchacha que forcejea, sus muslos

Acariciados por plumas negras, cuello burdo

Sostiene al cuerpo vencido, el pecho aprieta.

 

¿Podrían esos dedos aterrados que titubean

Zafar a la gloria alada de los muslos ya sueltos,

Y podría el cuerpo, en blanca rapidez deshecho,

Sentir más que del corazón su vasto palpitar?

 

Un temblor en las entrañas mismas engendra

Paredes quebradas, torres y techos ardiendo,

Y a Agamenón muerto:

entre tanta fuerza,

Dominada por la bestia brutal de linaje celeste,

¿Obtuvo ella con el poder derramado conciencia

Antes de que el pico indiferente la dejara caer?

 

 

 

Leda and the Swan

 

A sudden blow: the great wings beating still

Above the staggering girl, her thighs caressed

By the dark webs, the nape caught in his bill,

He holds her helpless breast upon his breast.

 

How can those terrified vague fingers push

The feathered glory from her loosening thighs?

And how can body, laid in that white rush,

But feel the strange heart beating where it lies?

 

A shudder in the loins engenders there

The broken wall, the burning roof and tower

And Agamemnon dead:

Being so caught up,

So mastered by the brute blood of the air,

Did she put on her knowledge with his power

Before the indifferent beak could let her drop?

 

 

 

La Segunda Venida

 

Dando vueltas y vueltas la rueda se expande,

el halcón no puede escuchar más a su dueño;

las cosas se caen; el centro no puede soportar;

el mundo se consume en anarquía total,

la marea sangrienta se suelta, y en todas partes

vemos ahogarse la ceremonia de la inocencia:

los mejores no tienen convicción alguna, y los peores

están llenos de apasionada intensidad.

 

Seguramente alguna revelación está cerca;

seguramente la Segunda Venida está cerca.

¡La Segunda Venida! Apenas aquellas palabras emanan

cuando del Spiritus Mundi una imagen sobresale,

vasta, y domina mi visión: en algún lugar del desierto

un ente con forma de león y cabeza humana,

una mirada impávida y despiadada como el sol,

mueve sus lentas extremidades, y alrededor

las sombras indignas de pájaros desérticos andan.

Cae de nuevo la oscuridad; pero ahora sé

que veinte siglos de pétreo sueño

fueron atados a la pesadilla como una cuna que se mece,

y me pregunto qué clase de bestia, ahora que el tiempo

ha llegado, se arrastra hacia Belén para emerger.

 

 

 

The Second Coming

 

Turning and turning in the widening gyre

The falcon cannot hear the falconer;

Things fall apart; the centre cannot hold;

Mere anarchy is loosed upon the world,

The blood-dimmed tide is loosed, and everywhere

The ceremony of innocence is drowned;

The best lack all conviction, while the worst

Are full of passionate intensity.

 

Surely some revelation is at hand;

Surely the Second Coming is at hand.

The Second Coming! Hardly are those words out

When a vast image out of Spiritus Mundi

Troubles my sight: somewhere in sands of the desert

A shape with lion body and the head of a man,

A gaze blank and pitiless as the sun,

Is moving its slow thighs, while all about it

Reel shadows of the indignant desert birds.

The darkness drops again; but now I know

That twenty centuries of stony sleep

Were vexed to nightmare by a rocking cradle,

And what rough beast, its hour come round at last,

Slouches towards Bethlehem to be born?

 

 

Librería

También puedes leer