Este 26 de enero recordamos al poeta francés: Gérard de Nerval (París, 1808-1855). Publicamos seis versiones de su célebre soneto: El desdichado y la lectura que hace del poema, el actor francés Alain Cuny. Según consta en su primer manuscrito, Nerval tituló el poema como Le Destin. En su versión definitiva de 1854, lo publicó como apertura a su libro Les Chimères con el titulo original en español, El desdichado. A continuación el poema original y las versiones de Octavio Paz, Xavier Villaurrutia, Juan José Arreola, Salvador Elizondo y José Emilio Pacheco, seguidas por la lectura de Alain Cuny.
El desdichado
Je suis le ténébreux, – le veuf, – l’inconsolé,
Le prince d’Aquitaine à la tour abolie
Ma seule étoile est morte, – et mon luth constellé
Porte le soleil noir de la Mélancolie.
Dans la nuit du tombeau, toi qui m’as consolé,
Rends-moi le Pausilippe et la mer d’Italie,
La fleur qui plaisait tant à mon coeur désolé,
Et la treille où le pampre à la rose s’allie.
Suis-je Amour ou Phébus ? … Lusignan ou Biron ?
Mon front est rouge encor du baiser de la reine ;
J’ai rêvé dans la grotte où nage la sirène…
Et j’ai deux fois vainqueur traversé l’Achéron ;
Modulant tout à tour sur la lyre d’Orphée
Les soupirs de la sainte et les cris de la fée.
Gérard de Nerval, Les Chimères (1854)
Primer Manuscrito de Nerval
El desdichado
Yo soy el tenebroso —el viudo —el sin consuelo,
Príncipe de Aquitania de la torre abolida,
murió mi sola estrella —mi laúd constelado
ostenta el negro Sol de la Melancolía.
En noches sepulcrales tú que me consolaste
el Pausílipo dame, la mar de Italia vuélveme,
la flor que amaba tanto mi desolado espíritu,
la parra donde el pámpano a la rosa se alía.
¿Soy el Amor o Febo? ¿Lusignan o Biron?;
roja mi frente está del beso de la reina;
yo he soñado en la gruta que habita la sirena;
Yo crucé el Aqueronte, vencedor por dos veces,
y la lira de Orfeo he pulsado alternando
el llanto de la santa con los gritos del hada.
(Versión de Octavio Paz)
El desdichado
A mi amigo, el poeta Marco Antonio Montes de Oca
Yo soy el tenebroso —el viudo —el desolado,
Príncipe de Aquitania de la torre hoy ería,
murió mi sola estrella —mi laúd constelado
ostenta el negro sol de la Melancolía.
Tú que en la noche tumularia me has consolado
el Pausílipo vuélveme, la mar que lo ceñía,
la flor que amaba tanto mi espíritu enlutado,
la parra donde el pámpano a la rosa se alía.
¿Soy Lusiñán, Biron? ¿Soy Apolo o soy Eros?
el beso de la reina tornó aurora mi frente;
en tu gruta, sirena, manó el sueño veneros.
El Aquerón vencí dos veces, dos la nada,
y en la lira de Orfeo pulsé alternadamente
el llanto de la santa, los clamores del hada.
(Octavio Paz, otra versión)
El desdichado
Yo soy el tenebroso —el viudo—, inconsolado,
Príncipe de Aquitania de la torre abolida;
mi sola estrella ha muerto —mi laúd constelado
sostiene el negro sol de la Melancolía.
En la noche del túmulo, tú que me has consolado,
Vuélveme el Posilipo, vuélveme el mar de Italia,
la flor amada por mi corazón desolado,
y el emparrado en que la vid se une a la rosa.
¿Soy amor o soy Febo?… ¿Lusignan o Byron?
Sonroja aún mi frente el beso de la reina;
soñé en la gruta donde nadaba la sirena…
Y vencedor dos veces yo crucé el Aqueronte;
Pulsando uno tras otro en la lira de Orfeo
las quejas de la santa y los gritos del hada.
(Versión de Xavier Villaurrutia)
El desdichado
Yo soy el tenebroso, el viudo, el desconsolado
príncipe de Aquitania en su torre baldía.
Mi sola estrella ha muerto, mi laúd constelado
el negro sol ostenta de la melancolía.
En la fúnebre noche, tú que me has consolado
vuélveme el Posilipo y la mar que fue mía,
la flor más placentera al pecho desolado,
la viña en que el pámpano a la rosa se alia.
¿Lusiñán o Birón? ¿Amor o Febo me creo?
El beso de la reina empurpura mi frente,
nadar a la sirena vi en la gruta soñada.
De Aqueronte dos veces ya vencí la corriente,
modulando a intervalos en la lira de Orfeo
de la santa el suspiro con los gritos del hada.
(Versión de Juan José Arreola)
El desdichado
Yo soy el tenebroso, el viudo, el desdichado,
Príncipe de Arquitania de la Torre Abatida,
mi estrella ya está muerta; mi laúd se constela
con el Sol tenebroso de la Melancolía.
En la noche del féretro, tú que me has consolado,
devuélveme el Pausílipo y los mares de Italia;
la flor que tanto amaba mi pecho desolado
y el jardín en que el pámpano con la rosa se liaba.
¿Soy Amor o soy Febo? ¿Lusiñán o Birón?
Mi frente está ofuscada del beso de la Reina
y he soñado con grutas en que nadan sirenas.
Dos veces victorioso travesé el Aqueronte
y he modulado a veces en la lira de Orfeo
los suspiros del mártir y el grito de las hadas.
(Versión de Salvador Elizondo)
El desdichado
Yo soy el tenebroso, el viudo inconsolado.
A mi abolida torre la desdicha me guía.
Cargo una muerta estrella y un laúd constelado.
Son estos negros soles mi aciaga astronomía.
Bajo la áspera noche, tú que me has confortado,
devuélveme el oleaje y el mar al que cubría;
la herida en que se ahonda mi grito desolado,
el confín de la hiedra que a una rosa se alía.
Porque ignoro mi nombre deshice mis cadenas.
El beso de la reina en la frente me ha ungido.
Si he soñado en la gruta donde arden las sirenas,
también perdí mi sombra en el río de las penas,
mientras la órfica lira conciliaba en su olvido
el rumor de la virgen y algún canto perdido.
(Versión de José Emilio Pacheco)