Presentamos una muestra de poetas de los 90 en Monterrey preparada por Mikel F. Deltoya (Ciudad Juárez, 1991). La selección incluye poemas de Jesús de la Garza (Montemorelos, 1994), Priscila Palomares (Monterrey, 1994), Merari Lugo Ocaña (Hermosillo, 1990), Cuauhtémoc Zamudio III (Monterrey, 1990), Bruno Javier Ruelas (Monterrey, 1991), Julio Mejía III (Torreón, 1990), y Olga Carrizales (Monterrey, 1989)
Jesús de la Garza (Montemorelos, 1994).
Ha publicado en diversas revistas tanto impresas como electrónicas (Enter Magazine,’Stilo, Monolito, la Llave, Círculo de Poesía). En 2015 fue becario del programa Interfaz: los signos en rotación. Además, su poesía ha sido antologada en Palabras de emergencia. Poesía desde el asfalto (Ed. Regia Cartonera, 2013), Telescopio. Escritores mexicanos nacidos en los 90s (Ed. Alabastro, 2013), Los volátiles. Poetas mexicanos nacidos entre 1980 y 1995 (Ed. Juanita Cartonera, 2014), y Se oyen voces en el pasillo (Resortera/UANL, 2014).
Desde aquí arriba
Pedazo
de bostezo
ahogado.
Desde
aquí
arriba
todo
se ve
más ligero.
La soga
al cuello,
el tamborileo.
El hombre
de capucha
me sonríe.
Allá
entre el
público:
mi madre.
¡Qué bonito acto!
¡Qué bonita despedida!
Escultor
Un hombre desnudo
construyó un igual de arena,
y junto al mar dio las gracias
por tener todas sus costillas.
1 Poema
T I C 1 poema
S poema que creo que querías cantarme
D G mi lengua lánguida lamer 1 poco las lagunas
B C las palabras & las palabras pataleaban por mi paladar
antes D que S volcán volátil vuelva la vista
antes D que Z P el Cielo los ojos
T I C S poema pomposo impronunciable
T K C a su sombra sin siquiera solventar saliva
di luz I D 2 documentos de dios & descubrí
que D B D pagar las cuentas pendientes
& que L T M al olvido tanto como tú.
Juicio
¡la justicia es
un balde de agua helada!
hermano, hermanísimo:
vamos a morirnos1
tómame de la mano
como cuando no éramos nada
como cuando queríamos ser
dos crisantemos
a punto de secarse.
______________________
1 salimos de nuestros cuerpos
cuando vimos a esa mujer abrir los ojos
y perforarnos los pulmones.
Elegía de enero
a Marco Fonz y su poetada vida.
VEINTITANTOS DE ENERO:
Viña del Mar, Chile:
remembranza:
los versos solitarios / salen a quemarse la lengua.
Te creo cuando me dices
que el sol apagó tu nombre.
Los marcos de las fotografías / cuelgan de las paredes.
(premonición) (precio) (promoción)
Que al final [22] ni me gustaba tanto este papel viejo.
Que al final [23, era 23] estoy vestido de blanco.
Si el desierto está cantando
es por las nuevas arenas de tus huesos,
cuando tus huesos no son más que piedra de humo.
Ahora que sabes, dinos:
¿cuántos dientes tiene la muerte?
Priscila Palomares (Monterrey, 1994)
Ha publicado diversos textos en antologías y revistas nacionales e internacionales entre ellas: Fractales (2012), Incandescencias (2013), Cosmonauta (2014), Por qué tiemblan (Argentina, 2015), CoLiTa (Colombia, 2015), El Axolote (2015); ha organizado antologías para jóvenes escritores tales como Paletas (2013), Colores (2013) y Detrás de la montaña roja (2014). Dirige la revista artística Ahí Muere e imparte de talleres de escritura creativa en espacios culturales e instituciones privadas. Publicó el libro Nueces y sirenas (2014) con editorial Abismos y algunos fragmentos de lo que alguna vez fue Regina (2015) con editorial Poetazos. En el 2016 se publicará su primera novela El Champú con 27 editores. Actualmente trabaja en el poemario Sinfonía y busca las cochinillas que perdió a los ocho años.
cuando se derrite el vientre
ya te vas fresa ovalada
no te vamos a extrañar
hinchados los dedos por tantos taconazos al velcro mojado
olor a cigarro entre las piernas el pelo con ojos cansados de tanto esquivar
ganchos
por qué te fuiste a pasos de cordón fluidos en el volcán
por qué te fuiste
no te pisamos aquel estambre atado al talón
por qué te fuiste
dejaste un sillón desocupado un pájaro sin plumas
por ver un remolino arrancarte
los pelos del vientre
+52
una navaja atraviesa la tripa del sillón
evoca unos ecos negros latigazo
lo escuchas
escuchas
el silencio del monte atrás de la ciudad de las quejas
las preguntas resuenan en mis latidos no sé si alguien se acuerde de ti
nunca contestaste el teléfono que te regalé
yo no soy de mucha plática
eres de mucho pensar
boca de tijeras deja bailar a las carnes
por dos manecillas gritamos a las paredes derretidas que dejaran nuestras cenizas en el
cuarto se encoge
se escapa de mi lata de pulmón
afuera de ese cuarto sólo se escucha
un teléfono
d o d
e c l a o
s g
ay
en el silencio de los huesos
cruje un cuervo
de vidrio roto encaja la carne
a la cortada
corre a un río de garras
ahorca huecos
una garra una cuerda una garra un chillido una garra una cortada una garra un rastrillo una garra un tumor en la garganta sostiene los ganchos de costra seca piel de elefante
se despega una grieta desnuda los pliegues arrugan leña quemada gris suelta un silencio
cruje
crujen
huecos
Merari Lugo Ocaña (Hermosillo, 1990)
Poeta y Médico Interno de Pregrado. En 2014 obtuvo 2do y 3er lugar en el Certamen de Literatura Joven de la UANL. Ha colaborado con poemas y fotografía en diversos medios electrónicos e impresos y exposiciones colectivas. Actualmente reside en Monterrey.
Gangrena
La piel de mi brazo es un mapa estelar
hay un hilo invisible entre cada punto de punción
que me cose al universo de la cama.
Me instalaron junto a la ventana
afuera la vida distrae el pensamiento de la fiebre,
simple cordialidad, un paliativo
porque ninguno de mis signos ha cambiado:
La extremidad enferma, la bacteria, la piel que le sirve
de casa. Todo en mi diagnóstico es oscuro.
Mis ojos se pierden y tropiezan
con el mundo de vivos que se mueve tras el vidrio
y en él no encuentro la luz suficiente.
Azul ultramar
Me dijeron que tuviera fe,
que sería como Cristo caminando sobre las olas.
Cuando el cáncer llegó, lo vi en la superficie:
Dios teñido del azul de mar
y yo era el fondo,
la arena que resiente la ausencia de los pies.
Amputación
Tocar el contorno enfermo, delimitar el daño, tomar la cuchilla y seccionar.
Es necesario propagar el astro y la tristeza por el pequeño puente-bisturí. Que extirpe el conducto, acaso un poco más. Que extirpe la oscuridad, algo eléctrico.
Es necesario enunciar la fragilidad capilar, la resistencia de los vasos conteniendo el flujo de la sangre con una precisión hermosa.
El cuerpo enfermo no opone resistencia a abrirse al menor tacto y se desgaja como si fuera una flor marchita esperando ser arrastrada por el viento.
Todo es luminoso y todos los seres en la sala son estáticos y extáticos. Sólo la mano se mueve.
El proceso de avulsión es todo espectáculo, todo alarido.
El ruido de la extremidad al caer es un ruido humilde.
Eutanasia
Bajo su cuerpo hueco
toda sonoridad se desprende:
Al percutir el hígado, un pájaro canta
en la punta de sus pies
El trombo ocluyendo la arteria
hace un sonido de tambor pequeño
Mi abuelo dijo que sí a la eutanasia
él merece la música suficiente.
Cuauhtémoc Zamudio III (Monterrey, 1990)
Ha publicado en diferentes revistas como Fea Internacional, Oficio y El Quehacer. Fue subcampeón del Primer Campeonato de Spoken Word de la Feria Internacional del Libro Monterrey 2014, se mantiene activo en distintos círculos literarios y artísticos de la región.
La mañana
Es que en la mañana en que comienza el calor y termina la lluvia sobre el concreto, se hierve el agua creando bochorno para preparar los cafés cargados. Violáceos pigmentos van devorando los ojos bajo las ojeras. La preocupación, no de llegar a casa, sino de tener un hogar, unos pesos cobijados por mis bolsas. No las de los ojos, las de los pantalones. Sin perder el control de las palabras, de la cordura y los conocidos; volver al destino nuestro mejor amigo. ¿Quién podría confiar en el azar y la suerte? Pues he vivido bien, bien, bien fuerte. Con dos pesos, pero un centenar de amigos, aunque hasta ahora ya los he gastado todos.
Mi poesía bien invertida se ve en los muslos de mi musa, y el respiro dulce de su boca a mi olfato, frío, cálido. La temperatura de su cuerpo acurrucado en mis brazos. Pero, ¡oh! mañana en que se levanta la preocupación a la orilla de mi cama.
¡Oh! la brama que escupe sobre mi cuerpo la desdicha.
Arrastrando la pesadez de una ciudad y su tráfico y su porvenir y su miseria y sus preocupaciones.
No hemos nacido solos, solamente egoístas.
La Flaca
En un camino de totales retrocesos, corriendo todos en círculos ciegos y enajenados por el vertigo. Flotando, embistiendo. Intentando hacer algo, pero tan sólo destruyendo. Nos sentíamos volar al flotar sobre el excusado. Mártires de una época que seguimos y seguimos condenando, con las espinas en los pies y en la cabeza. Se va sintiendo la cosa caliente como Infierno, que no te mata, te quema, y se incinera el alma bajo verdadero fuego. Pulula en suspiro cuando no en anhelo. Seguí un camino cuando joven, bien honesto y sin pecado. Pero ya vivir es pecar y pecar es vivir. Y sin pecar no se vive, se nace muerto dicen. Yo quiero destazar tantas ideas como mentes, como cuerpos. Yo quiero vivir, y así viviendo nos vamos entregando al muerto.
Hola flaca. Mi pecado es el exceso cuando bebo. Bebo mucho, así cuando amo, fumo, me pierdo, así muero. Te entrego a ti cada uno de mis huesos. Arranca la piel, las uñas, los pelos. Arráncame los labios con uno de tus besos.
Destruye el control, va cambiando de enervante, cambia en busca de una acción. Bendita la revolución, cuando no grita se calla. Donde los cuerpos se deshicieron en gusanos frente al césped del olvido. No mantenemos secretos, sólo los vivimos. Y así se va de largo a la deriva, callado por el amor que se tiene más a la muerte que a la vida. Baila dulce la flaca.
La fauna
-Allá fuera hay toda una fauna, amor-
Sentimientos animales, salvajes e inocentes; bestiales acotaciones con colmillos de coyote. Alas cubiertas de un plumaje incandescente, son aquellas que rodean y dan luz al cielo. Mi corazón tiene garras de oso y piel de liebre.
Alguna tarde cayó frente a mí una pluma con la punta impregnada por el tintero del destino. La tomé en mis manos, la posé en mi cara, llené mis pulmones maltrechos y soplé para que ella, sobre nubes animales, dibujara el bestiario de amorfas pasiones que el instinto envuelve. Somos perros, gatos, mandriles, rinocerontes y elefantes. Al ir por la calle tratando de imitar con dignidad y ser humano, me veo trastornado por el brío que a mi cuerpo hiere.
Debajo de esta piel, vuelan aves y se desatan estampidas. Debajo de esta piel, tan sólo sobrevive el más fuerte. Llegas con tu infantil seguridad para entrar a las fauces del lobo; yo sólo pido que te trague sin masticar primero. No hemos llegado más allá de comunicarnos con gruñidos y roces, somos puros con caricias torpes que desgarran el cuero. Ya no siento nada, tu tacto se impregnó a mi piel y mutamos en un ser eterno.
Irracionales animales que te cazan en las sombras. Sólo ves sus ojos brillantes que te rodean y emboscan. Carcajadas de frenéticas hienas burlonas resuenan en mi mente. A la mayoría de las cosas les hago una pregunta al conocerlas: dime ¿Qué es más difícil vivir? ¿El perderte o el poseerte?
-Aquí dentro yace toda una fauna, amor-
¿Cómo puedo explicarte que mi momento más libre es al ser por ti domesticado? No me obligues a seguir salvaje, yo quiero pasar las noches tras los barrotes de tu cautiverio.
Bruno Javier Ruelas (Monterrey, 1991)
Poeta. Coordinó de 2010 a 2013 y de 2014 a la fecha en curso el Taller de Poesía y Cuento Monterrey. Impartió en El Centro de las Artes del estado de Nuevo León el curso “Las Cinco Vías: para la creación y crítica literaria”. Creó en 2014 la primera feria del libro independiente como parte del festejo del día internacional del libro. Ha colaborado en varios estados del país dentro de revistas y antologías con creación poética y ensayo. Actualmente estudia la licenciatura en letras hispánicas por la UANL. Trabaja junto a varios escritores en el proyecto Vocalizar en La Casa de la Cultura del estado. Ganador del primer y tercer lugar en el concurso de literatura joven de la UANL en 2015.
oficio de olvidar
a traerte la melancólica edad donde hicimos flagelo,
ruptura,
olvido,
oficio de olvidar;
Abigael Bohórquez
olvidarte
es olvidar los días
cuando amanecías desnudo
y la luz del sol al entrar por la ventana
te desnudaba más
y los ojos negros se hacían miel
y la miel era el espejo de las cosas
olvidaría
también, que sacabas punta al lápiz
apretando la lengua con los labios
negar dos veces que en el café de media tarde,
viéndote,
me abandonaba el pensamiento
y entonces preguntabas
-¿¡qué!?
– Nada, nada.
Yo debí decirte algo
ahora para olvidarte
me niego de noche
me niego de día
y no andaré pensando
en que andarás pensando,
¿si aún duermes cobijado de mi voz?
¿o la de otro?
si algún día morirás
o si sigues vivo
y la cicatriz de mi lengua
se borrará con tu nombre
olvidarte, es no saber
de tu voz tibia, tu silencio
ni recordar la marca de tus cigarros
o el dinero que te presté
o los rostros de tus amigos
o los rostros de los vecinos
o las caras de las monedas
o el aroma de las cosas que has tocado
ni al ágata de tus labios
ni la depresión de tu madre
o al viento
olvidar las ramas de mi árbol sanguíneo
es oficio de olvidarte.
Buenos días alumnos (el canto a cuarenta y tres voces)
Là, tout n’est qu’ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.
Charles Baudelaire
Aquí
no hay más que orden y belleza
lujo, quietud y voluptuosidad.
Piensa en la dulzura, los niñitos, amar, morir, vivir a placer.
Piensa en las almas que nos han ocultado
y los soles en las miradas que no encontramos;
mira que la ausencia también esplende fruto
en las villas del entendimiento, los manantiales del poder
y en la aridez de la otredad.
El mundo es un gusano invisible, circunfiere al hombre, al miedo y al silencio.
Mi suerte: una nostalgia que pule huesos
Allá en el fondo, mi voz
abre los parpados de mi madre
y me busca cada madrugada en mi cama.
mi voz, sí, es mi voz
mi voz y sus lágrimas lo único que interrumpe sus rezos
Éramos estudiantes de cabecita rota
nos fracturábamos la mente estudiando en la pobreza
¡ah, los mandatarios!
Ellos terminaron de rompernos la cabeza y el cuerpo entero
andan por el mundo y El Estado con el tártaro de corbata.
Se sabe de Cristo el detalle de su masacre
Que se rifaron sus ropas, le molieron el cuerpo, escupieron en su cara
y hasta cuanta sangre perdió. Su madre sufrió con él,
lo vio morir y lo vio después
en cambio, de mí
se conoce mi ausencia mas no se sabe de mis ropas
si las llevo puestas, si las quemaron o las rifaron
si mi cuerpo está entero o ya soy mero polvo.
Nadie, ni mi madre, me han visto
muchas veces han pasado tres días y yo no puedo regresar
quisiera existir, no,
no hay más que orden y belleza;
lujo, quietud y voluptuosidad.
Hay un Dios metido en todo esto
y su transparencia
es como la de mi cuerpo.
Debería casarme,
ser bueno;
buscar a una hermosa mujer frondosa
cuyas nalgas derritan las banquetas de la iglesia
hundirme en su culo
y dejar de pulir vergas con la lengua,
apretarme entre las leyes familiares
que no me entran ni con lubricante cerebral,
dejar de buscar muchachitos deliciosos
de abdomen endurecido,
encontrar una mujer de finísimo tetaje;
ir a la casa de la voluptuosa en cuestión
sentarme a la cena con su padre
y en la noche de bodas
lazaría su diminuta cintura con un solo brazo
y cogerla hasta que chille ella
o yo.
Su padre obrero o banquero o político
se la pasaría pensando, al conocerme,
“este se quiere coger a mi Yahaírita”.
yo, en tanto, me forzaría en excitarme
al imaginar su tanguita azul,
con el hilo dental verde de tanto uso.
Sí, debería casarme,
ser bueno,
dejar de marcarle a mi mejor amigo
por la noche y preguntarle
por el bóxer que trae puesto,
si la tiene parada o si la tiene dormida;
yo ya no andaré pensando
con quien andar cochando,
masturbarme sería una rutina vital en mi vida.
Porque esta vida de maldito pecador es muerte lenta y dolorosa
y yo,
me quiero morir de muerte.
Azul
Tu vientre,
un mar.
Mi lengua,
peces voladores que tejen
el viento al agua.
Julio Mejía III (Torreón, 1990)
Licenciado en Letras, en Filosofía, y Maestro en Ciencias de la Educación. Ha publicado poemas varias revistas nacionales e internacionales, destacando Kátharsis XXI, Hiedra Magazine, Los bastardos de la uva y Acequias. Coordinador editorial de la colección Palabras que cuentan de Difusión Cultural UDEM. Autor de Madame Bovary imparte cátedra sobre inteligencia emocional (Poetazos, 2014).
lady liberty
se llama libertad
y canta una canción de gloria trevi frente al espejo:
//y me solté el cabello me vestí de reina
me puse tacones me pinté y era bella//
se llama libertad
y con sólo pronunciar su nombre
se ruborizan sacerdotes políticos y empresarios
se llama libertad
y levanta el micrófono
a la manera de una antorcha
que ilumina y enceguece
se llama libertad
y su vestido (bajo un reflector anónimo)
es el llanto de una constelación solitaria
en una noche de lentejuelas
se llama libertad
y hoy está en la cárcel
por creerse tantitito su nombre
y haber renunciado a ser armando.
carpe diem
en una clase de literatura inglesa
impartida por el profesor john keating
(interpretado a su vez
por el garrick de la edad moderna)
en el verano del 89
se nos revela el misterio del lenguaje:
language was developed for one endeavor:
to woo women
nadie levanta la mano
ni pregunta por el sentido de la vida
pero el profe responde como quiera
con tono grave y con dos versos de walt whitman:
that you are here
that life exists and identity
that the powerful play goes on
and you may contribute a verse:
cómo me hubiera gustado
ser su alumno
y arrancar páginas de libros aburridos
y enamorar muchachas tristes con poesía
y escribir aquel verso de la historia
pero no fue así
aquí me tienen: viendo una repetición por canal 5
mientras la vida y la poesía
suceden en otra parte
ándeme yo caliente y ríase la gente
para emily quiñones
7:32 am (central standard time – mexico city):
mantequillas y pan tierno en la cocina
el leve aroma de café con leche
y el telediario matutino en la pantalla
la chica del pronóstico del clima
pronuncia unas palabras que no entiendo
(y no me esfuerzo mucho en que me importen)
yo escucho con mis ojos
su sonrisa de cerezo floreciente
su generoso escote veraniego
su minifalda que se deshoja día con día
y esas piernas como de nieve o leche fresca
a las 7:33 de la mañana
yo pronostico:
una ola de calor en mi entrepierna
y la mirada cariñosa de mi novia
a cuatrocientos grados bajo cero
Míkel F. Deltoya (Ciudad Juárez, 1991)
Poeta, narrador y reseñista. Egresado de Letras Mexicanas por la UANL. Su obra aparece en numerosas revistas y antologías dentro y fuera de México. Ha publicado “Ciudad enteramente construida” (Poetazos, 2015), “Trivium fronterizo” (Chimichurri, eds. 2016) y “Noche fronteriza” (inédito). Premio de Literatura Joven Universitaria UANL. Fue becario del Festival Interfaz ISSSTE 2015 región norte. Fue delegado ante la Red Nacional de Estudiantes de Lingüística y Literatura (periodo 2012-2015) donde coordinó el XIII CONELL. Actualmente imparte el Laboratorio de creación literaria: módulo narrativa, en su Alma máter. Ha participado en numerosos eventos de promoción cultural en Monterrey, ciudad en que radica desde el 2011.
Ni´wiré
Ponerle contra a tu texto
para que parezca bueno
ponerle el pre a tu texto,
quitarle el sin al siniestro,
ponerte en cuatro
para que el buitre de la desolación
y la color-de-rosa
vida empresarial-fractal
te desgarren en un martillazo
el estómago
y trituren
las pocas ansias que te comiste.
Caballito de mar
ahogado en alcohol
-melancólico-
por abortar a tu estirpe.
R. Jaimes Freyre & H. L Farabeuf
cercenando tu pede,
depositándolo en etanol
desfigurándolo hasta dejar
one verse libre.
Amper-sand
¿Cuando amanezca
te habrás esnifado
la partícula de Dios?
Alguien puso un espejo
sobre tu lecho
(y videocámaras ocultas):
Onán ansía que tu índice y medio
se embarren de tu proceso creativo.
Livestream, Gold membership…
Deja que tus poetextos desvirgados por el rechazo
sean extraditados a la bandeja de entrada…
Otórgale al editor su derecho de (papel) pernada
Pernada ¿oíste?
Per nada.
From terra norte
A Dorca Ocampo
“alimañas y plantas
bailan valses tristes”
Miguel Ángel Chávez
Cuando escuches al viento
derramarse en el primer cerro
que encuentre en cientos de kilómetros,
el ruido que genere
sonará a grito de nación comanche
y a cantos tristes de la conquista
que tardaron en llegar
y fueron guardados
en un cráneo de vaca
que llegó florida y recorrió
nostra árida terra
hasta secarse;
Sonará a piedra que desciende,
pigmentada de rojo,
desde lo alto de la Sierra Pie-veloz.
y rodará
rodará
y recorrerá la arena
y también tu cabeza
a la que crees, le brotaron cuernos;
sonará a grano de maíz enlatado
cuyos conservadores
impidieron que el cuerpo lo procesara…
porque a esa mazorca le inyectaron
veneno,
no es la misma que robó Prometeo;
sonará a funeral de sombra,
a calor funesto
y a ese ruido que no distingues
si es el de los pasos de coyotes que
se esconden confundidos
de si es lluvia la que cae
o son casquillos al percutirse
en la región arisca
donde nadie escucha nada
donde todo dice nada.
Sonará a olvido;
a trote de caballo muerto;
a que perdiste tu sombrero.
Pero apenas se estrelle con el cerro
y dicho coito levante polvaredas,
recordarás que tienes sed;
te hincarás y lento,
jadeante,
dejarás que la arena
te sepulte.
Eyaculación post-norte
Piel leprosa, descarapelándose
para que no transiten los pies-caucho…
para que les broten ampollas
que les impidan deslizarse sobre
las arterias pálidas de su abdomen.
(En esa película low budget
She is fully naked
but he is still wearing socks)
Grafito de sueños
-dentro del mismo tambo
donde se dora al marrano-
apilándose sobre el agujero
oscuro de su pantorrilla,
over there, en la joroba de una máquina.
Norte panespermia;
muchachas bonitas
con shorts pegaditos
temblando de miedo
sacan su lengua y se toman la píldora de lluvia ácida
recién desempacada de las nubes.
Sacan su lengua y untan su saliva
sobre sus pieles trazadas con henna.
Ojos cerrados.
Esmog tiniebla.
Broca atorada,
bala sin resanar.
Rocas mohosas…
Freaky fracking, dermatólogo de la Government & Nar Co.
tronando los puntos negros de la espalda árida
para exprimir el pu$
(y eso que no se lavó las manos).
Saddlemasoquismo, fantaseando con taladrar
la piel de la Sierra Madre
y exprimir los caldos nutricios
at the same time
en que abre una nueva ruta comercial.
Nefasta política de querer desvirgar.
Oasis de La Heroica …
cuánto quisieran eliminarte del mapa,
cuánto quisieran – pero no pueden –
sepultarte en las arenas.
Somos una factura que ansiarían borrar…
Erase
Erase one vez
Érase one vez,
el Norte.
Frack-tal
Inhumana chispa
rectitud, insolencia clara córnea,
abeto, obsoleto…
cyan, noche crispada
reminiscencia
ablanda el corazón, la cúspide, sol
de cuatro rayos
sol de cuatro voces
soil
de mil letargos
uno a uno a uno a aún no
soy
tan tin tan tin
la rama… roble, gas,
vidrio, retornable
en horno de piedra arderás.
plomo olvido ornamento menta mientes mientras
tras
la reja, gira la aldaba
ven:
calor en el tabaco de un ranchero
urgencia de encontrarse a un heredero.
a uno a uno aún no
tin tan tin tan tan.
Olga Carrizales (Monterrey, 1989)
Ha publicado en diferentes revistas del país (Urbanario, Kátharsis XXI, Revista El Humo, entre otras) y ha participado en diversos ciclos de lecturas de la ciudad, así como en los Slam Poéticos organizados por el colectivo Slam Poetry Monterrey desde el 2012. Su trabajo aparece en la antología “No se toca, no se viola, no se mata” de la editorial chilena La Fonola Cartonera (2015), así como en la antología digital “Ecos del grito, Vol. II” de la organización Mujeres Poetas Internacional (2014) y en la primera antología virtual de Slam Poetry Monterrey (2013). Es autora de “Mi Barbie nunca tuvo un Ken” (Poetazos, 2014).
Introducing Barbara Millicent Roberts
I
sobre el volante del Volkswagen Beetle
tiene los brazos estáticos
tiene los pies estáticos
en el suelo
junto al acelerador
la sonrisa distorsionada en el espejo
de plástico
lentes de plástico también y el cabello
quieto ante un viento falso
cabeza torcida cabeza torcida
hay un pequeño pasaporte en el asiento
y un maletín que no cierra
en la cajuela
es otro día para Barbara Millicent Roberts
el mismo día que no empieza y no termina
II
Barbara Millicent Roberts
el nombre de la mujer ejecutiva
todas las niñas de los 90
queríamos ser como tú
alta bella inteligente
rubia de ojo azul
la imagen de la perfección
en rosa
Barbie Hollywood
cotizada siempre en dólares
diosa de plástico
tú eres la verdadera
Queen B
Dear Barbie Butterfly Princess
todas las mujeres estamos rotas
somos versiones fallidas de ti
somos cuerpos
vendidos por separado
carne sangre huesos
sin tu talento para controlar
las mariposas
I’m Barbie
fuimos creadas a tu imagen y semejanza
para vendernos mejor en el mercado
de muñecas
nos cortaron los dedos para usar tus zapatos
nos inflaron el pecho para llenar tus brassieres
rompieron huesos de brazos y piernas
para colgarnos del cielo
arrancaron dientes y cabello
bajo la consigna:
la belleza cuesta
Barbie Mommy
Barbie mamá
no quiere ser mamá
no quiere enfrentarse
a una prueba de embarazo
no quiere saber si es niño
o niña
lo que hincha su vientre plano
con amor y patadas
no quiere cicatrices
ni leche rancia
saliendo de su cuerpo
Barbie mamá
no quiere ser mamá
y soltera menos
(papá se vende por separado)
hubiera preferido ser
Barbie astronauta,
karateca, abogada
o policía
(y tener una colt .45
escondida en el bolsillo de su abrigo
de mink)