Presentamos un acercamiento al libro Chiloé, las ovejas de la memoria de la poeta chilena Rosabetty Muñoz, recientemente publicado en Ecuador por El Ángel Editor. El presente texto crítico es de Gabriela Ponce y viene seguido por un par de poemas del libro.
Chiloé, las ovejas de la memoria
Rosabetty Muñoz
70 pags
Colección Pluma. El Ángel Editor
Quito, 2016
Por Gabriela Ponce
…Tengo miedo.
Miedo de los medios caminos
De las equivocaciones que reciben
a brazos abiertos nuestros sueños.
Espero más de lo que puedo decir
Y desde que dejé de ser posibilidad
ante el abismo de los ojos detenidos
siento una brumosa sensación
de amarras y telarañas…
Rosabetty Muñoz poeta chilena, escribe este poemario desde el simbolismo de la memoria animal y con esto se permite afirmar la invidualidad de cada recuerdo, además que recrea este estado como a un rebaño de efemérides. Su poesía está encarnada en un acto íntimo, cotidiano y denunciante.
Este poemario describe un espacio geográfico y psíquico, en la accidentada geografía del lugar que enuncia en su título. Los miedos se perciban humanos, como una suerte de ovejas lanudas que se resguardan, pero también esos miedos son animales trasquilados, transformados en cuadrúpedos inmemoriales.
El simbolismo bovino en este poemario, nos acerca a estados, huellas y dolores, tan individuales que al tiempo incurre en ser manada. La voz de estos poemas, se percibe como memoria histórica; es una voz en un día cualquiera de encuentros y desencuentros. Esta voz, también es un navío encallado en un acantilado del archipiélago, es decir, Chiloé ya no es solo un lugar en el mapa, es un conjunto de poemas, es la memoria en rebaño, es la arena de la playa, el grito que naufraga.
Ella sábana flotando entre nosotros
Nada detiene el remolino que alienta su vuelo,
Desde su vientre deshabitado
los ovarios se abren como flores nocturnas
Mar del sur y sus tormentas. Este poemario está escrito por una mujer tan singular como plurales pueden ser los hechos que la aguardan. Es la que recoge en sus manos el mensaje embotellado de la muerte que llega a puerto; también, es la que tiene un delantal de esperanzas, en el que guarda sus lágrimas cuando los vientos del sur llegan, con la mala hora y sin orilla. Es ella, con su vientre lleno, la que lanza su cordón umbilical a un mar en tempestad y con historias de tumbas.
Estas ovejas en la memoria, contienen la pluralidad del dolor femenino que vive en metamorfosis constante: oruga, ninfa y mariposa. Rosabetty, corporaliza en sus poemas el dolor social, normalizado, que no se nombra para que no exista; pero es el dolor que existe, se lo encuentra al doblar la esquina y son historias que reposan en el cuerpo. Chiloé, ovejas en la memoria es un poemario con senos, útero y piel; que se sincera, nos libera y grita.
CHILOÉ, OVEJAS EN LA MEMORIA
BOCA DE RÍO
Ay del cuerpo abierto en el canal
despojado de su niño
en operación de urgencia
(sobre la mesa de la cocina).
Ay de la que se entierra un palillo
o un tallo de apio o una rama de espino.
Ay de la que toma una taza de cloro.
Ay de la que se acuesta boca abajo
mientras su amiga le salta encima.
Ay de la boca de río que la contiene
y de esa agua ya para siempre turbia.
Aquel cuyo espanto le obliga a volver la vista
habrá de inclinarse y negar sus ojos
ante la niña de vientre hinchado.
Habrá de dolerse.
Ahora no es tiempo de amarrar la lengua.
QUINCHAO
Ningún lugar es tan bueno como esté
donde el rencor es un barco a la deriva.
Serás deslumbrante, colmado de historias;
Un viviente que paseará por las islas
la alegría que hemos abordado trabajosamente
a pesar de los depredadores
ACUI
Darle un mapa del archipiélago
Señalarle los bajos, las corrientes
las marcas de antiguos naufragios
Toma el mando y ándate por las orrilas
-decirle-
Y luego, amárrate al timón
y no me escuches.