Aniversario de Alda Merini

Presentamos en Círculo de Poesía, a propósito del aniversario luctuoso de Alda Merini (Milán, 1931-2009), una breve muestra de su poesía en traducción de Luis Berra, así como una carta escrita por la poeta italiana cuando estaba internada en el psiquiátrico. Merini se considera una de la grandes poetas italianas del siglo XX.

 

 

 

 

La siguiente es una breve selección de poemas con un tinte de locura. Locura de amor que acompañó a la autora durante toda su vida. Esta selección cuenta además con la traducción de una de las cartas que Alda Merini dirige a uno de sus doctores en el claustro del hospital psiquiátrico Paolo Pini donde estuvo internada alrededor de 20 años intermitentes, años que vivió separada de sus hijas y su esposo; años de profunda soledad.

Con solo quince años de edad inicia su carrera literaria en Milán y es reconocida rápidamente en el mundo de las letras, su obra quizás más relevante fue La Terra Santa (1984) donde narra brutal sus estancias en el manicomio.

Se dice que una de estas estancias en el Paolo Pini fue fruto de una riña con su primer esposo, Ettore Carniti, propietario de algunas panaderías de renombre en Milán. Una tarde él llegó con la fragancia de otra mujer en su cuerpo yAlda Merini le destrozó una silla en la cabeza. Fue así que la condenaron (una vez más) a la tortura de choques eléctricos para “curar” su locura. La poeta afirmó en una entrevista posteriormente que su “Premio Nobel” fue soportar la tortura y salir con vida:

Salir viva fue un milagro, allí se entraba para morir

Vivió sus últimos años en plena pobreza (por propia elección) al extremo de recibir alimentos de los servicios comunitarios en Italia; siempre modesta pero elegante, lució por siempre su collar de perlas y un semblante oscuro, justo en la línea fronteriza entre el dolor profundo y una alegría inexplicable:

Yo, la vida la disfruté toda, a pesar de aquello que se ha dicho de los manicomios. Yo disfruté la vida porque me gusta también el infierno de la vida, y la vida es a veces un infierno… para mí la vida fue bella porque la pagué muy cara.

El periódico La Repubblica confirma la muerte de la poeta el día primero de noviembre del 2009 a causa de un tumor óseo, consecuencia de su adicción al tabaco; se afirma que fumaba entre 70 y 80 cigarros diarios los que le alargaron la vida según las propias palabras de la autora.

Luis Berra

 

 

 

Carta de Alda Merini a su médico en el manicomio.

 

 

            Distinguido profesor, sé que le han reportado que yo no tomo regularmente sus medicinas. Naturalmente se trata de los chismes cotidianos de hospital que lamentablemente arruinan algunas veces con su maldad, la buena fe de quienes creen en la lealtad del prójimo. Es verdad, alguna vez omití el Nobirium porque no quería caer en el mismo estado de inconciencia y deseaba mantenerme un poco despierta, algo activa, pero si un enfermo no toma los medicamentos prescritos lo más grave no está en la omisión de los mismos, sino en su propósito, absurdo y enfermo, de no querer sanar. Quien viene a referirle estas cosas demuestra una intención muy mezquina y yo en mi simplicidad y también en mi enfermedad me alegro de no estar entre las filas de aquellos que se hacen llamar espías.

Vea que en estos momentos mi equilibrio está sano, pero antes de que yo pueda acceder a una cierta claridad sucede que doy rienda suelta a las lágrimas que aglomeran tantas y tantas tristezas. Por ejemplo, ayer vi un pajarillo que jugaba en la arena, era tan tierno, tan patético, que vi reflejada mi criatura. Le parecerá absurdo pero usted, como hombre, no puede saber lo que se siente palpitar dentro otro corazón, sentirlo suyo durante algunos meses, entregarse y ser continuamente gratificada con este nuevo amor que surge. Como quisiera hacérselo entender y como quisiera que también comprendiera que toda mi confusión no es más que un gran dolor contenido, tan grande, cuán grande puede ser la medida de un sacrificio humano.

La detuve por algunos meses y quizás lo haré de nuevo, esta mañana me había prometido las medicinas que después no me prescribió, haciéndome entender así que me tomaba por pobre exaltada. Pero si el dolor es exaltación entonces puedo decir que todo el género humano se encuentra en este estado y mi dolor, mi luto por la muerte de mi conciencia es el dolor de toda nuestra pobre comunidad humana. No confío en los medicamentos, no, se lo digo con franqueza, porque durante estos meses nunca me he sentido alegre por nada y cuando algo no se toma con la confianza necesaria no da ningún resultado, porque solo la fe es la primavera de todo, incluso de las curaciones.

Yo, para sentir esta fe necesitaría sentirme amada y en lugar de ello, esta mañana, mi marido aún no ha venido a mí; ahora puedo decirle sinceramente que maldigo su ignorancia, su poca sabiduría, lo amo profundamente y todo este amor lo lancé contra usted porque por años estuve frustrada, maltratada, vilipendiada (despreciada). Querido doctor, de usted no espero nada en realidad, sólo mi marido, con un gesto, un consentimiento, un acto de comprensión podrá sanarme y es con esta intención que me gustaría dirigirle esta carta.

Sólo él podrá, si acaso quiere, ser mi médico, de otro modo mi final ya está marcado. Si desea ayudarme es en este sentido que puede mover sus habilidades. Ahora lo dejo, pero he pasado con usted tantas horas de cálida confianza, he conversado, he penetrado en su mente y la suya ha penetrado en la mía como un padre. Cuando le digo estas cosas no me malinterprete porque me vienen a la mente ahora los maravillosos versos del padre Davide Turoldo que dicen: no tengo manos que me acaricien el rostro, duro es el oficio de estas mis palabras.

Y si he amado tanto en mi vida no significa que la sociedad me deba condenar, si ni siquiera Cristo condenó a Magdalena sino que la admitió entre sus seguidores. Perdone el tiempo que le robé. Cuanto voy con usted y le hablo de , es como si hablara con un ángel, algo que sólo a mí se me ha dado ver  y sentir, algo de incorpóreo que no admite algún deseo. Por eso espero me disculpe.

 

Alda Merini

 

Tomado de:

http://www.aldamerini.it/lettera-al-medico-in-manicomio

 

 

 

A veces Dios

asesina a los amantes

porque no quiere

ser superado

en amor.

 

 

 

A volte Dio

uccide gli amanti

perché non vuole

essere superato

in amore

 

 

 

No quiero olvidarte, amor

 

No quiero olvidarte, amor,

ni encender otras poesías:

aquí, luciérnaga[1] astuta, de guardia dulce,

la poesía te reclama

y bastaba una inútil caricia

para volcar el mundo.

la bruja secreta que vimos

arrebató la desnudez al temor,

esa que toma a todos los amantes

guaridos en el hacha de recuerdos.

 

 

 

Non voglio dimenticarti, amore

 

Non voglio dimenticarti, amore,

Né accendere altre poesie:

Ecco, lucciola arguta, dal risguardo dolce,

La poesía ti domanda

E bastava una inutile carezza

A capovolgere il mondo.

La strega segreta che ci ha guardato

Ha carpito la nuditá del terrore,

Quella che prende tutti gli amanti

Raaccolti dentro un´ascia di ricordi.

 

 

 

a Eugenio Montale[2]

 

tus uvas de oro,

los limones perdidos

en el vientre de otras mujeres

que sólo te soñaron.

Me sucede también, Maestro,

Haber hecho el amor

con quienes

nunca conocí.

 

 

 

a Eugenio Montale

 

I tui acini d´oro,

i limoni perduti

nel grembo di altre donne

che ti hanno solo sognato.

Capita anche a me, Maestro,

di aver fatto l´amore

con quelli

che non ho mai conosciuto.

 

 

 

¿Por qué te amo?

A Manuela[3]

 

¿por qué te amo me escapas,

pez rojizo de vida

mojado entre la hierba

palpitando en el sol?

 

¿Por qué no hayo palabra

dura como la piedra

que te hiera de muerte?

 

Así te detendría,

Y podría dibujarte

Un arabesco sobre el corazón[4].

 

 

 

Perché t´amo

A Manuela

 

Perché t´amo e mi sfuggi,

pesce rosso di vita

umido dentro l´erba

palpitante nel sole?

 

Perché non ho parola

dura come la pietra

che ti ferisca a morte?

 

Cosí ti fermerei,

e potrei disegnarti

un arabesco sul cuore.

 

 

 

Cuando no estás aquí

y el aire no resuena tus reclamos secretos,

la sombra se extiende como un manto

la tarde se vuelve feroz

y las aves me caen a los pies, rígidas,

como abatidas por una peste imprevista

porque la falta de amor

es mi pestilencia.

 

 

 

Quando tu non ci sei

E l´aria non risuona dei tuoi richiami segreti

Allora l´ombra si stende come un manto

La será diventa feroce

E gli uccelli mi cadono ai piedi stecchiti,

come percossi da una peste improvvisa

perché la mancanza d´amore

é la mia pestilenza.

 

 

 

Ansia

 

Ahora que reposo

en la certeza de tu regreso

y siento que las horas

se cargan de espera

y dan al trigo divino

los deseos del cuerpo,

ahora que sobre el vigoroso

fondo de tu acercarte

cada desconfianza

es aliviada y permitida

a la triple referencia

de las cosas concretas,

concilio este tormento

a la nocturna caridad de un sueño.

 

1 de enero de 1951

 

 

 

Ansia

Ora che io riposo

Nella certezza del tuo ritorno

E sento che l´ore

Si caricano d´aspettazione

E dánno il Frumento divino

Dei desideri del corpo,

Ora che sul vigoroso

Sfondo del tuo avvicinarti

Ogni sfiducia

É sollevata ed ammessa

El triplice riferimento

Delle cose concrete,

Accordo questo tormento

Alla notturna caritá di un suono.

 

1° gennaio 1951

 

 

 

Lírica antigua

 

Querido, dame palabras de confort

para ti, mi hombre, el único amado

en largos años de estúpido terror,

haz que las manos me saquen del obscuro

hechizo amargo que no fruta…

Son joyas, mira, mis manos,

son un lenguaje para el amor vivo

pero una hosca cadena las tiene bien cerradas

bien fijas a un tocón. Amor mío

soñé contigo como se sueña

a la rosa y al viento,

eres purísimo, vivo, un equilibrio

astral, pero estoy entre la noche

y no puedo acogerte. Quisiera

que disfrutaras los pastos que en regalo

he recibido de Dios, pero el miedo

me mantiene enemiga; oso parole[5];

solamente palabras y si tu escuchas

confiado mi canto, realmente

sé que te exaltarían mis penas.

 

 

 

Lirica antica

 

Caro, dammi parole di fiducia

Per te, mio uomo, l´unico che amassi

In lunghi anni di stupido terrore,

Fa che le mano m´escano dal buio

Incantesimo amaro che non frutta…

Sono gioielli, vedi, le mie mani,

Sono un linguaggio per l´amore vivo

Ma una fosca catena le ha ben chiuse

Ben legate ad un ceppo. Amore mio

Ho sognato di te come si sogna

Della rosa e del vento,

Sei purissimo, vivo, un equilibrio

Astrale, ma io sono nella notte

E non posso ospitarti. Io vorrei

Che tu gustassi i pascoli che in dono

Ho sortito da Dio, ma la paura

Mi trattiene nemica; oso parole,

Solamente parole e se tu ascolti

Fiducioso il mio canto, veramente

So che ti esalterai delle mie pene.

 

 

 

Si tuviera

 

Si tuviera la ligereza de una niña

en lugar de este, torturado,

pesadísimo corazón y conociera

la pureza del agua como si fuera

recogida dentro en mitos-sacrificios,

desnudaría esta insípida memoria

para sumergirme en ti, hecho hombre.

 

Yo te debo las historias más fructíferas

de mi tierra que no da más semillas

y te debo palabras como las abejas

deben miel a sus flores. Por qué te amo

querido, de siempre, antes del infierno

antes del paraíso, aún antes

que fuera arrojada la arcilla

de mi pávido cuerpo. Amor mío,

¡Cuán pesado es aducirte el carro

que manejo en el día de la canícula

hacía tus mil bocas de frescura!

 

 

 

Se avess´io

 

Se avess´io levitá di una fanciulla

Invece di codesto, torturato,

Pesantissimo cuore e conoscessi

La purezza dell´acque come fossi

Entro raccolta in miti-sacrifici,

Spogliere questa insípida memoria

Per immergermi in te, fatto mio uomo.

 

Io ti debbo I racconti piú fruttuosi

Della mia terra che non dá mai spiga

E ti debbo parole come l´ape

Debe miele al suo fiore. Perché t´amo

Caro, da sempre, prima dell´inferno

Prima del paradiso, prima ancora

Che io fossi buttata nell´argilla

Del mio pavido corpo. Amore mio

Quanto pesante é adducerti il mio carro

Che io guido nel giorno dell´arsura

Alle tue mille bocche di ristoro!

 

 

 

Yo era un ave

con el blanco vientre gentil,

alguien me cortó la garganta

para reírse,

no lo sé.

 

Yo era un albatro grande

y surcaba los mares.

Alguien detuvo mi viaje,

sin ninguna caridad de sonido.

Pero aún tendida en la tierra

yo canto ahora por ti

mis canciones de amor.

 

 

 

Io ero un uccello

dal bianco ventre gentile,

Qualcuno mi ha tagliato la gola

per riderci sopra

non so.

Io ero un albatro grande

e volteggiavo sui mari.

Qualcuno ha fermato il mio viaggio,

senza nessuna caritá di suono.

Ma anche distesa per terra

io canto ora per te

le mie canzoni d´amore.

 

 

[1] It. Lucciola. Eufemismo de prostituta

[2] Poeta y ensayista italiano. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1975. Realizó la antología Poetesse del Novecento donde se incertan poemas de Alda Merini.

[3] Su primer hija.

[4] Se pierde la métrica de siete sílabas con la traducción (un arabesco sul cuore)

[5] Se conservó el original por la imposibilidad a traducir esa construcción. Oso parole – oso polar

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