César Cañedo en Puebla y CDMX

Círculo de Poesía y Valparaíso México invitan a las lecturas del poeta mexicano César Cañedo (El Fuerte, 1988), quien estará leyendo parte de su obra en Puebla dentro del marco del XVI Congreso de Poesía y Poética, así como en la Ciudad de México dentro del marco del Festival DiVerso. A continuación dos poemas de Inversa memoria (2016), recién publicado como parte de la Nueva Biblioteca Hispánica de Valparaíso México.

 

 

Pollock

 

Aquí debería estar tu nombre…

pero no está porque es de hombre.

 

Detrás de ti, a mano alzada,

juego con tu pincel, exprimo en tu paleta

colorido y viril engrudo y tuyo.

Ya las sierpes se empinan, más me acerco

como agarrando firme la bandera de méquico,

legado de nuestro semen, que tantas glorias coronó en mi primaria.

Desde ese abrazo desigual, por esa empuñadura (manco pacto envainado)

hierven pecho con nuca, espalda y frente,

y por tu caracola tersa oreja

asomo tímida barda la mirada

al hipnótico vaivén del sube y baja,

que no chirría, gime en tus espasmos,

y al inclinarme todo, proxemia favorable,

más se acercan tu atrás con mi adelante,

más tu cuerpo al mío enhiesto, más engrudo,

más lúbrico redoble,

más mi mano,

y tu arqueada vista que no sigo encuentra mi nariz desflorada,

ambas deléitense, muérdanse, chóquense

en ese ciego succionar de incómodos rostros torcidos,

en mi no detenerse que contempla y en tu estática fuerza que coopera.

Viertes de pecho espasmos que contracturan,

y arrojados muchos hombres bala se derraman

en el Pollock transfigurado de tu abdomen

que te muta en mi lienzo de una tarde.

De mi mano labrada cae de muerte un final

cosechando simiente para nada.

 

 

 

Para un perfil de manhunt.net

 

De hombre a hombre y de un lugar al tuyo,

cauce lascivo de tu áspid sigo

mas si descubro que no vales, ¡huyo!

y el ciclo de la búsqueda persigo.

 

Penetrar tus abismos es, amigo,

provocación de este virtual barullo.

De la solaz chaqueta a estar contigo

lo segundo es mejor, ven, yo te instruyo.

 

Con frenesí tu retaguardia invoco

y entro y voy a donde diga y mande

el antifaz crecido de tu glande.

 

Mi humanidad entera te coloco

y para no hacerte el cuento grande

dejarás de temer hasta del coco.

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