En Círculo de poesía, Valparaíso México y el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México hemos convocado a una acción global de resistencia para contrarrestar los impunes ataques a todas las libertades por parte del tirano estadounidense Donald Trump, poetas de todos los continentes nos envían sus poemas para construir un espacio de entendimiento entre los pueblos del mundo a través de la poesía.
Breve disertación sobre muros
Yo tenía un año de edad cuando Jean Genet –con la ayuda del lápiz de su afiebrada imaginación- perforó el grueso muro de su celda para comunicarse con su vecino preso. Por el estrecho orificio Genet le pasaba el humo de su cigarro y le contaba de sus correrías amorosas por los bajos fondos parisinos. Al poco rato Genet se enamoró de su vecino preso. En uno de esas conversaciones a través del estecho orificio en el muro y con los ojos en blanco, Genet se desploma enardecido y hace trizas el muro con sus jadeos y salta y corre –jllevándose por la mano a su amigo- por una ladera que llegaba hasta el mar. Después Jean Genet escribiría el argumento para su cortometraje Au chant d’amour.
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Una madrugada del mes de octubre de 1940 (yo aún no había nacido) José Revueltas –uno de los escritores mexicans más significatvos del Siglo XX- terminó de escribir su novela Los muros de agua. El título no fue obra de la penetrante imaginación revueltiana, sino ofrecido por el contexto geográfico mismo. En esta novela Revueltas echa mano de experiencias vividas en dos ocasiones (la primera de ellas siendo él todavía un adolecente) en el penal de la isla María madre, ancladas en el vasto y rabioso Océano Pacífico, Pero no sólo muros de agua conoció José Revueltas, también sufrió el aislamiento entre oscuros y sólidos y fríos muros de piedra en la cárcel de Belém, la de Santiago de Tlatelolco y en el Palacio Negro de Lecumberri. Largas y forzadas condenas entre muros como castigo a su porfiado afán libertario y a su entrañable y terrenal amor por la humanidad.
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El muro que Donald “big wall-little dick” planea levantar a lo largo de la frontera con México para separar a los bárbaros de la kukluxklaniana-supremacía-blanca se finca en una retrograda nostalgia del fallido American dream que con él más que mal se convertirá en una verdadera American nighmare. Trump mismo está enclaustrado en los muros de su inconmesurable arrogancia y sed de podrido e inhumano poder que lo aísla . Y como bien dice Anne Applebaum: “No creo que Trump [ni Putin] tenga realmente amigos (y esto lo leí hace un par de días.) Ni amor, ni compasión, sólo pasión por las malditas monedas del diablo y su faramallera fama. Y no sabe que hay escaleras que llegan al cielo.
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