La infancia es una casa en donde habita la memoria, Luz distinta de Santiago Espinosa, por Álvaro Solís

Presentamos una reseña del poeta Álvaro Solís sobre el libro Luz distinta del poeta colombiano Santiago Espinosa, recientemente publicado por Valparaíso México dentro de la Nueva Biblioteca Hispánica. Santiago Espinosa apenas se ha hecho acreedor del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2016. Luz distinta es su primer libro en México y se puede encontrar en todas las librerías Gandhi del país, así como en Toki [Sushi | Casa de té | Librería] ubicado en Córdoba #229 esq. Coahuila, colonia Roma.

 

 

 

La infancia es una casa en donde habita la memoria, Luz distinta de Santiago Espinosa

  

Luz distinta (Círculo de Poesía/Valparaíso México/Secretaría de Cultura, 2017), es el primer libro que Santiago Espinosa publica en México. Además de poeta es un lúcido ensayista, un practicante y un pensador de la poesía, su quehacer deambula entre el mundo de la filosofía y el de la poema, terreno por el que figuras tan indispensables como María Zambrano, Ramón Xirau, Miguel Hernández, Gaston Bacherlard o el propio Martin Heidegger, han transitado.

En particular Luz distinta es un libro que reconstruye el pasado, la lejana infancia, la figura del padre y el corazón del niño que habita la entraña de cada uno de los poemas. En la primera parte titulada “El olvido y los espacios” la reconstrucción del pasado permite, por momentos, adentrarnos a los espacios de ese pasado que parece cambiar el rumbo de lo que fue definitivo. La tematización alrededor del cual gira el libro es la de la casa, la de la infancia, la ya inalcanzable. Alrededor de la casa giran otras tematizaciones como la de la enfermedad, la memoria del padre, la muerte y la voz de un hijo que canta y sufre, que cae y se levanta. En este sentido el tono confesional predomina en el libro. El espacio se delimita por las paredes donde incuba la enfermedad, las sombras y los olores, la música de Mozart junto al silencio donde la muerte habita y canta sus melodías interminablemente repetitivas. La casa constituye el límite de un universo rico y pleno de sentimientos rotundos. Algo similar ocurre con el siguiente poema “Estaciones del cáncer”, el cual está dividido en diferentes estancias. A diferencia del primer poema del libro, en éste el tiempo no avanza, está detenido como en una fotografía, de hecho cada poema es la fotografía de un viejo álbum de palabras, cada imagen es la entrada a un pasado que se repite una y otra vez, una y otra vez ese pasado cumple con su fatalidad arrojando todo hacia el abismo que genera la ausencia de los seres que tanto se aman. Sin duda se trata de un poema sobre la enfermedad que por momentos recuerda, por el tono, a Algo sobre la muerte del mayor Sabines, la muerte del otro, la muerte de la propia raíz sin duda pasma y nos arroja a un mundo en cl cual es difícil seguir viviendo. Como en aquel poema, en Luz distinta predomina la coloquialidad, son poemas que se platican desde la intimidad de los propios textos que parecen hablar sólo para sí mismos y uno, lector, sólo accede al eco de lo que en el libro se dice. Así lo reconoce María Baranda en la contraportada del libro: “Estos ecos resuenan en nosotros como un punto de identidad, un momento único en donde surgen fragmentos de la memoria, vestigios de lo que fue pero que ahora, con la fuerza vital de cada uno de estos poemas, logramos transitar en una poética que hace de nosotros parte de este nuevo paraíso”.

Espinosa logra el efecto de hacernos testigos, habitantes de aquella casa donde un padre reinaba en silencio. El tiempo pasa sin pasar, porque cada poema regresa al principio, se regresa en el tiempo como un testimonio de lo que no podrá cambiarse, de lo que no pudo cambiarse. Lo mismo sucede en “Tejidos de peluca”, “Barcos de armado”, “Tu hora en la carretera”, “Fantasmas”, “La casa encantada”, “Cuchilladas”, “La arena y los olvidos” y “Distante cercanía”, sin duda la primera parte del libro es en donde se logra acceder a una mayor contundencia.

Ya en la segunda parte titulada “La lluvia”, se mantiene el mismo tono en algunos otros poemas como “Al margen”, “Campanas”, “La casa ilusoria”, y también algunos de la tercera parte  titulada “Los oficios”, como en el poema “Al medio día”. En algunos otros se van introduciendo nuevas tematizaciones, como en el poema “Sir Walter Raleigh”, en el cual se puede identificar la “biografía en verso”, como le ha llamado Juan Domingo Argüelles a este tipo de poemas, al referirse a la obra de Francisco Hernández. Pero aún todas estas tematizaciones que parecen distraer el tema principal, refieren de diversos modos a ese pequeño y gran universo que es la casa, aquellas presencias que no mueren ni podrán morir. Luz distinta es un poemario repleto de fantasmas que habitan la casa del poema, ese lugar en donde el tiempo se detiene y se dilata y vuelve cada vez hacia el principio donde la casa estaba plena de todos los seres que nunca debieron irse.

A pesar de su juventud, Santiago Espinosa ha logrado con este libro constituir un tono definitivo, pleno en hallazgos, pequeños relámpagos donde sin duda alumbra la Poesía. Su futuro se adivina pleno en la palabra y Luz distinta es ya un puente indestructible hacia lo más nuevo de esa enorme tradición que es la poesía colombiana.

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