Presentamos una muestra de Mercedes Roffé, quien es una de las voces de la poesía argentina actual de mayor reconocimiento internacional. Sus libros han sido publicados en España y Latinoamérica y, en traducción, en Italia, Canadá, Rumania, Inglaterra, Francia y, próximamente, en los Estados Unidos. Su poemario La ópera fantasma (Madrid/México, Vaso Roto, 2012) fue elegido uno de los mejores libros del año por dos prestigiosos periódicos mexicanos. Le siguió Carcaj : Vislumbres, publicado también por Vaso Roto en 2014. En 2012, la editorial Amargord, de Madrid, reedita su Canto errante seguido de Memorial de agravios (Colección Transatlántica) y en 2014 publica el libro de entrevistas a la autora La interrogación incesante (Colección ONCE de Poesía y Ensayo). En 2016, se publica en Sevilla Diario ínfimo (Ediciones La Isla de Siltolá). En 2017 salen a la luz las antologías de su obra El Michaux (tintas) y otros poemas (Puebla, BUAP) y Todo alumbra (Quito, El Ángel). Desde 1998 dirige el sello Ediciones Pen Press. Recibió las becas John Simon Guggenheim (2001) y Civitella Ranieri (2012). Desde 1995 vive en la ciudad de Nueva York.
Selección de poemas de Las linternas flotantes (Guadalajara, Mantis, 2017)
I.
Dormir con los ojos abiertos, bien abiertos
Dormir alerta
Dormir de pie, con la frente apoyada en el vano del día
Residir la noche toda en la pura presencia de la letra
Aleph Beth Yod
el rasgo el trazo-cifra
Residir la noche entera en la vigilia
Residir la noche toda insomne
Residir la vida toda en duermevela
porque sentir es más que ver y más aun es fundirse
Residir la noche en el velo de la noche
Residir la noche toda en el alba
Residir la noche toda en el alba pura y plena
Residir la noche en el umbral de la noche
Residir la noche entera
del otro lado del sueño
Residir la noche en el mar profundo
en la vigilia del mar
Residir la noche toda en lo profundo
y ver la noche toda reflejada en la noche
y el fluir de los peces cortando a pique el cielo
el canto de los peces cortando el cielo
y las lustrosas yemas de las algas cimbreando
punteando
la noche oscura del agua
los mascarones fantasmas de los buques del sueño
los mascarones en el aire azul flotando
maridándose con las almas
Residir la noche en el borde de la noche
abajo, donde mora el reflejo verdadero
más allá, donde mora la luna,
no su reflejo
sino su cara de plata verdadera
Tejer la noche con el alba, el alba con el día
el día con el estridor del despertar
las trompetas del día
los metales vibrantes de la orquesta del día
Residir en la llama, en su bóveda azul fría,
en el vibrante azul inofensivo
refugio, templo, iglú en el origen del fuego
estar en el centro y verlo
estar en el centro y hablarle
estar en el centro y no temer
y que no sea temible
sólo belleza pura
oro
y poder verla de frente y verla
y que no sea temible aunque lo sea
SUSPENSIÓN
de todo ,
de todos los sentidos
de lo corpóreo y frágil, vulnerable, mortal, hirsuto
de todos los sentidos
Suspensión del sentido para ver lo pleno
Suspensión del sentido para oír lo pleno
Suspensión del sentido para oler y tocar
gustación de lo pleno
Suspensión del sentido para sentir lo pleno
Suspensión de todos los sentidos para el sentido pleno
Lo múltiple y uno
Lo intraducible
El eco
perfecto y pleno
Porque hay verdad y hay ecos
Hay verdad y hay sombras
Hay verdad y hay la flagrante arquitectura que la cubre y la oculta y la rodea
y la mina y la cerca y distorsiona
Hay verdad y hay espejos
Hay verdad y hay espejos que la cercan
Hay verdad y hay espejos
que traen del sueño la rama que lo prueba
Y hay verdad y hay espejos
que desdicen
hasta los rosados dedos de la aurora
XI.
¿El amor será al cuerpo
lo que la contemplación al alma?
¿Ese sosiego?
¿Esa intuición
del todo en el instante?
¿Ese relámpago en el que
lo real se revela
acorde con su eco?
¿La suspensión fugaz
que presiente todo,
y todo lo comprehende?
¿Será aquel hiato en el fluir del tiempo
el único hogar y patria verdadera?
Hogar y patria:
Llamo así al poseerse,
al mirarse y verse reflejado
en un agua
confiable y serena.
Cuerpo de luz
Cuerpo de bien
Hiperbólico pétalo bogando
entre una y otra ribera.
¿Y si no son dos las riberas?
¿Si todo es uno?
¿Si no son dos ni uno
sino un glisando de espejos
hacia y desde la luz —o el fango?
Cada estación con su afanoso demiurgo
más confundido que cruel
obnubilado, hundido
en el exceso
de un reino que ignora y que lo ignora.
Regente, príncipe y niño —todo a un tiempo,
todo a destiempo.
¿Y si no fuera todo más
que un viaje
por las edades congeladas de ese príncipe
hacia la luz —o el fango?
XV.
El poema es el rostro en el espejo
más verdadero que el rostro y que el espejo.
El poema es el flujo de la sangre
más allá del cuerpo,
el ritmo de la sangre más allá de la sangre
—sus cauces rigurosos, su latido sordo y unitario.
El poema es el ritmo de lo otro en mí
más allá de mí, siempre, más allá,
donde mi silencio se topa con tu ritmo
y repercute en mí, que solfeo en el poema
un ritmo numinoso,
cifra que hace eco en el eco
que es cuerpo verdadero
—lo numinoso en ti y en mí—
el ciclo de las esferas tocándose y abandonándose
—alejándose, sí, una de la otra,
pero desasiéndose de sí también
cada cual
en su dorada, fecunda negligencia.
En su ritmo me despliego.
En su metrónomo
caprichoso y fugaz
despliega el universo sus fantasmagorías
—su verdad.
No hay traducción posible.
—o sí la hay:
de lo uno a sí mismo,
de lo uno a aquello que tantea y vence
de lo que sabe de sí
—su pobre imperio.
El poema, digo,
digo la música, digo el movimiento
de la danza en el cuerpo, el de la piedra esculpida…
Y la música en el trazo y en la piedra, digo,
y el movimiento sinuoso y firme del poema,
docta cadencia, felicísima caída en el cruce
de todos los sentidos.
Selección de poemas de Diario ínfimo (Sevilla, La Isla de Siltolá, 2016)
19 de mayo
Reminiscencias
hoy en el cielo hubo fuegos
y grises
y algún jirón rosado
desplegándose
sobre el río brumoso
—su horizonte
hoy fue un día de luces
y sorna y farsa
y algún mirar fastidiado
un desencuentro
un libro que alguien dejó caer en tus manos
una pregunta
una espera
hoy quienquiera que fuese
leyó como si amara
en la palabra el alma que la intuye
o labra
o borronea
hoy alguien susurró
al oído de alguien
un poema improbable
incierto
receloso
como una garúa
21 de julio
Labrantíos
ayer fue labrar
y cuando se labra cuesta
abandonar el surco
vuelvo y vuelvo
a tallar lo tallado
a pulir las rebabas
los grumos que entumecen
el sentido trazado, laborado
ayer fue labrar
difícil deshacerse desasirse
de la tierra esculpida
como si el surco hubiese
sido cavado
en el propio
cuerpo
o la memoria
tierra fecunda
27 de diciembre
Conciliación o Celebración De La Belleza
prosas
como mares fecundos
no hay frontera
no hay
término que separe
reflexión y emoción
discernimiento y videncia
la intuición penetra el hontanar
de enigmas que nos cerca
como el camino define
la dirección y el sino de lo vivo
y la penuria el empleo
de lo que está por ser
trama y urdimbre
la vida es
ese destiempo e-
sa fatiga
siemépre
a flor de piel
ese campo llagado
acometido
esa hendidura
¿no viste
cómo deviene la noche
el final de la frase
hilada en la vigilia?
¿cómo deviene el día
el desliz que delata
el sueño siempre
sofocado?
el silencio y el ritmo
¿lo mismo son?
desnudez y memoria
el infinito y el viento
y las voces
y los ecos
el trepidar del Big Bang
—o su repliegue—
vibrando aún
en cada
iluminado artificio
¿la misma cosa son?
¿el mismo don?
¿el mismo bien-
hadado
sortilegio?