Presentamos una muestra de la poeta Quetzal Sánchez Gutiérrez (Puebla, 1993) Realiza estudios de literatura. Obtuvo el tercer lugar en el concurso de la FFyL BUAP 2017 en la categoría de poesía. Ha publicado en La Rabia de Axolotl y Revista Página Salmón.
Busqué la palabra
-dije-.
Aquella precisa:
sucia de tinta y huellas.
La palabra que emerge
de este silencio triste.
La palabra vieja, llena de nada
con significado
igual a cero.
La palabra lenta,
magra,
con que nombramos nuestra existencia.
Prefijo II (In-)
En español no existe una palabra para esto.
Tal vez otra lengua tenga
las posibilidades de expresar
un sentimiento puro.
Alguna podrá explicar
el amor después de uno; o dos; o diez años.
Cómo se cuenta el tiempo desde un lugar que ya no existe.
O engendrar en una sola sílaba
cómo se siente respirar tan cerca de otra piel.
Estoy segura de que alguna
es capaz de explicar todo esto
y ponerle un nombre, una imagen, una forma.
¿Cómo nombramos el mundo?
¿Cómo te explico qué significan:
Flor/ Sangre/ Hermana?
[Quizá no sea verdad que hay palabras universales
y sólo podemos decir te quiero,
tal y como lo aprendimos, en nuestra única y secreta lengua.]
Quizá sea suficiente imaginar mal algunas cosas; intentar
explicar una palabra; nombrar un sentimiento puro;
saber cómo se mide el tiempo.
Hay lenguas que tienen palabras
dentro de sus palabras,
que se desdoblan en una imagen
o que pueden sellarse en el papel.
Hay lenguas que no piensan
en género ni en plural.
[Hay lenguas donde no existe nada de esto,
y donde quizá sea la única forma que hay para nombrarlo.]
En mi lengua sólo puedo crear estos versos
y así intentar explicarte
cómo se siente estar vivo.
Prefijo III (Re-)
I
¿Recuerdas?
Había una sensación agradable en aquella casa.
El amor que tuviste pudo ser real:
mimos de abuela y las enseñanzas de un tío;
pero jamás sabrás si las palabras duran
lo suficiente para creerlas por completo.
-El amor nunca lo podrá todo-.
¿Recuerdas?
Ahora que estás sucia y pegajosa
por las lágrimas y el tiempo.
II
Un día te enfrentas al dolor de tu corazón roto.
Te miras en el espejo y, porque estás así:
tan drogada que no puedes distinguir nada,
llega a ti la lucidez. Te ilumina.
Después de eso entiendes que es posible
regresar de cualquier muerte.