Presentamos un ensayo de Fernando Salazar Torres (Ciudad de México, 1983) sobre la mítica revista Irradiador. Salazar Torres es Licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-I). Maestría en Humanidades por la misma casa de estudios. Ha publicado ensayo y poesía en distintas gacetas y revistas impresas y electrónicas, así como diversas participaciones en festivales de poesía y congresos académicos. Ha publicado el poemario Sueños de cadáver. Coordina el taller literario Ígitur. Actualmente se dedica a la Docencia.
Irradiador: motivos de edición y propuesta estética
La edición de la revista Irradiador. Revista de vanguardia. Proyecto internacional, bajo la dirección de Manuel Maples Arce y Fermín Revueltas, cuyos tres números fueron editados en los meses de septiembre, octubre y noviembre, en 1923, tiene diferentes causas. Este hecho literario también corresponde a la continuidad de un proyecto precedente: la hoja Actual número 1 y el Manifiesto estridentista número 2, de diciembre de 1921 y de enero de 1923, respectivamente. Tales causan son realmente hechos centrales, que permitieron más adelante la realización de la revista, además supongo algunas fuentes primarias para el desarrollo del ideario estético del Estridentismo. Por otra parte, se realiza un análisis breve de tres ensayos publicados. Por último, mencionaré algunos rasgos del tipo de impresión.
El primero de tales motivos radica en comprender la repercusión ideológica de la edición de revistas; es una actividad común de la época, principalmente en sus intenciones vanguardistas, pues se busca reunir la publicación interdisciplinaria. Siendo Francia la luz de la cultura occidental a principios del siglo xx y la cuna de la ruptura estética, posterior a la primera guerra mundial, resultaba problemático publicar revistas, dadas las consecuencias geográficas y económicas. De las primeras revistas en editarse se encuentra sic, invención de Pierre Albert-Birot en 1916; entre otras, se pueden mencionar Nord-Sud, La Bataille Litérature, L’Action, La Vie des Lettres, Dada y L’Esprit Nouveau. Irradiador. Revista de vanguardia. Proyecto internacional, como originalmente se llama, pertenece a este ideal que abarca la fusión cosmopolita y mundial.
El segundo motivo implica la difusión y unificación del movimiento estridentista, previamente compactado en la hoja Actual. El adjetivo “internacional”, añadido a la portada de las revistas, además de las nacionalidades de los autores, refiere a la intención y alcances que Manuel Maples Arce intentaba. Dicho fin consiste en aliar el arte y la revolución. Son evidentes los temas sociales, revolucionarios y el ideal libertario de los artistas que publican en la revista Irradiador, entre los cuales resaltan los grabados en madera de Jean Charlot, los ensayos sobre el petróleo, y la pintura “Los Mineros” de Diego Rivera. Esta última aparece en la portada del segundo número. Asimismo, la vida moderna es un carácter mundial, por lo cual el proceso de transformación de las ciudades se vuelve relevante para los artistas, ejemplo de esto es la torre de hierro de Gustave Eiffel, construida en 1889, que será tema principal en la obra de muchos artistas. De igual forma, los movimientos revolucionarios de Rusia, en 1905 y 1917, marcan los intereses políticos y sociales de las generaciones de la segunda década del siglo xx. Sin duda, a todos estos fenómenos Maples Arce dedicó su obra literaria, y junto a él, Fermín Revueltas, fueron quienes dirigieron el proyecto de la revista.
Esto me permite mencionar el tercer hecho, el cual es la importancia de una teorización estética estridentista; por eso se presenta un ensayo breve en cada uno de los tres números. En el primero de estos, se encuentra “A la nariz del guarda- avenida que aprende por exceso de velocidad”, de Polo As, pseudónimo de Pedro Echeverría. Este escrito de una gramática humorística y cortada en su enunciado, plantea que el arte, hasta ese momento, no ha servido más que para contemplar, deleitar y dormir, pero no para aventurarse; por ello, sugiere que el blanco, el pensamiento en blanco es una forma de creación. La diversión del arte consiste en la risa que provoca esta forma de azar y no en la imitación de la realidad.
El segundo ensayo aparece en el número dos: “El estridentismo y la teoría abstraccionista”, de Arqueles Vela. Comienza con una advertencia. El estridentismo no es una teoría estética. Si se considera que el movimiento es representado principalmente por Maples Arce, Germán List Arzubide y Arqueles Vela, siendo este último quien propone una mayor teorización literaria que los demás, este manifiesto compacta el pensamiento estridentista. Además, en el escrito mismo se menciona a Maples Arce, advirtiendo que en la hoja 1 de Actual no hay referencia alguna a una escuela o explicación del movimiento, antes bien, está presente la invitación a crear un arte personal, sincero, puro, desordenado, abstracto, incoherente y arbitrario. Sin embargo, como se mostrará más adelante, algunas de tales características pueden vincularse fácilmente al creacionismo huidobriano, justo en dicha inconexión y abstracción que el pensamiento puede elaborar. Por lo demás, Arqueles Vela, en su ensayo, insiste en la personalización del arte; es decir, es necesario llevar hasta sus máximas consecuencias el subjetivismo creador, aunque lo niegue, y como ejemplo menciona el poema “Prisma”, de Maples Arce.
Las innovaciones del grupo estridentista: la figura indirecta compuesta y las imágenes dobles—no dobles a la manera creacionista— han revolucionado no sólo [sic], la forma que es lo menos importante en una renovación, sino la ideología, la manera de interpretar la armonía del universo. La poesía está en esa música luminosa desenrrollada por la rotación de las esferas. Y esa simultaneidad de armonías logradas sin tiempo, ni espacio, sin sujeto, es lo que hace nuestra teoría abstraccionista. (Vela, 2012. “El estridentismo y la teoría abstraccionista”. Énfasis mío)
En síntesis, abstraer significa separar. Entonces, el proceso creativo del estridentismo radica en separar o suprimir al sujeto del plano ontológico, pero no del lingüístico, como lo hiciera Stéphane Mallarmé en su poema “El Abánico de Mme. Mallarmé”, quien sí destruye al sujeto de ambos planos. El ensayo de Vela es capital para comprender las tendencias estéticas de la revista Irradiador y sus promotores. Finalmente sí hay de fondo una teorización para el movimiento artístico estridentista.
En el tercer número aparece un ensayo raro y atractivo. Su contenido recuerda el poema de Charles Baudelaire, titulado “Correspondencias”. Serge Fauchereau menciona que “La audición colorida y las sinestesias en los ciegos” pertenece a Maples Arce, aunque el escrito originalmente se publica sin el nombre de su autor, no obstante Fauchereau elimina esa posibilidad.
Enseguida se asocia el concepto que Maples Arce desarrolla, el poema “Correspondencias”, y el término figura indirecta de Vela.
La Real Academia de Lengua Española define sinestesia de tres formas:
1.f. Biol. Sensación secundaria o asociada que se produce en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otra parte de él. 2 f. Psicol. Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente. 3. f. Ret. Tropo que consiste en unir dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales. Soledad sonora. Verde chillón.
Maples Arce explica que su acercamiento a la audición colorida en los ciegos pertenece a una investigación que le fue posible en la Escuela de Ciegos de Villeur Canne, Francia, la cual parece ya no existir. Es posible que la estructura de asociación de los sentidos, propuesto en el artículo, haya sido útil para la creación de la imagen poética de Maples Arce, específicamente por las correspondencias que se logran entre los diferentes sentidos, las cuales pueden producir otra realidad nueva, idea que parece fundamental para el estridentismo, según Arqueles Vela. Ahora bien, con la intención de comparar el pensamiento de asociar realidades, aquí esta el poema de Baudelaire.
Correspondencias
La Creación es un templo de pilares vivientes
que a veces al salir dejan sus palabras confusas;
el hombre la atraviesa entre bosques de símbolos
que le contemplan con miradas familiares.
Como los largos ecos que de lejos se mezclan
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la luz, como la noche vasta,
se responden sonidos, colores y perfumes.
Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
dulces tal los oboes, verdes tal las praderas.
-y hay otros, corrompidos, ricos y triunfantes,
Que tienen la expansión de cosas infinitas,
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan el arrebato del espíritu y los sentidos.
Este poema asocia todo, todo tiene su lazo invisible y visible en todas las realidades aparentes e imaginarias. Esta concepción marcará a toda la poesía moderna. Los colores y los sonidos tienen respuestas entre sí, porque hay vasos comunicantes. La belleza y el mal constituyen un sincretismo; el espíritu humano responde a lo amoral y grotesco. La idea de belleza o estética abre sus posibilidades de ser. Los sentidos tienen, igualmente, la capacidad de responderse entre sí. En la encuesta elaborada por Maples Arce hay toda una serie de posibilidades que se corresponden: vista-audición, audición-colorida, vista-olfato, vista-gusto, tacto-audición, tacto-gusto, tacto-olfato, audición-olfato, audición-gusto y olfato-gusto. En el proceso creativo, la vista escucha colores, los oídos sienten la temperatura, el olfato observa colores.
Si a esto se agrega el término figura indirecta, la cual define Arqueles Vela como la “visión lograda con dos sugerencias desiguales sintaxicamente[sic], y que ensambladas indeológicamente[sic] establecen una relación incoercible”, se observa que las correspondencias, tanto de Baudelaire, de Maples Arce y de Arqueles Vela, son irreductibles al principio de realidad, por lo cual el pensamiento es quien crea tales asociaciones libres. Esta conceptualización, igualmente, es identificable con la noción de imagen perteneciente a Maples Arce, misma que manifiesta en la hoja número 1 de Actual. Como se observará, es muy parecida a la imagen creacionista de Huidobro. En el punto 1 de Actual número 1 se lee:
La verdad estética es tan sólo un estado de emoción incohercible [sic] desenrrollado en un plano extrabasal de equivalencia integralista. Las cosas no tienen un valor intrínseco posible, y su equivalencia poética florece en sus relaciones y coordinaciones, las que sólo se manifiestan en un sector interno, más emocionante y más definitivo que una realidad desmantelada, como puede verse en fragmentos de una de mis anticipaciones poemáticas novilatitudinales: “Esas Rosas Electricas…” (Cosmópolis, núm. 34). Para hacer una obra de arte, como dice Pierre Albert-Birot, es preciso crear, y no copiar. “Nosotros buscamos la verdad en la realidad pensada, y no en la realidad aparente”. En este instante asistimos al espectáculo de nosotros mismos. Todo debe ser superación y equivalencia en nuestros iluminados panoramas a que nos circunscriben los esféricos cielos actualistas, pienso con Epstein, que no debemos imitar la Naturaleza, sino estudiar sus leyes, y comportarnos en el fondo como ella.
Esta explicación es idéntica al contenido del manifiesto, La creación pura, de Vicente Huidobro, quien a la letra dice: “Veremos enseguida cómo el hombre, producto de la Naturaleza, sigue en sus producciones independientes el mismo orden y las mismas leyes que la Naturaleza”. En otro momento se podrán explicar las similitudes entre las ideas de Maples Arce y Huidobro. Sin embargo, estas citas sírvanse como referencia al concepto poético que comparten. Falta agregar, y con esto comienzo la explicación de las fuentes del estridentismo, que es lugar común referir al futurismo y al ultraísmo como las bases estridentistas, no obstante, es necesario especificar que la visita de Huidobro en España, entre los años de 1918-1921, detonó el movimiento ultraísta, principalmente porque Rafael Cansinos Assens le abrió las puertas para publicar algunos poemarios y otros poemas en revistas. Es decir, el creacionismo es el motor inmediato del ultraísmo. Adicionalmente, en el punto vii de la hoja 1 de Actual se afirma que el movimiento es un sincretismo de todas las estéticas de vanguardia, que obedece a una urgencia espiritual y rigurosa convicción estética. Y en el punto xii aparece una negación del futurismo a favor de una afirmación actualista.
Por otra parte, igualmente es gastado el comentario que el canto estridentista tiene como figura principal la ciudad, las máquinas, el futuro actual y la novedad. Y para fijar esta convicción se acude siempre al manifiesto futurista, sin considerar las notables distinciones existentes entre ambas teorías. El futurismo sostiene la temeridad, el movimiento social, la velocidad, la agresión y la lucha; rasgos que no se encuentran todos en el movimiento estridentista.
Por último, tal desconocimiento que se afirma sobre el futurismo, debería considerarse para revalorar la postura estética del “estridentismo”. Los poetas de esta vanguardia mexicana se caracterizan por incluir elementos de la ciudad y su modernización. No ha sido el futurismo quien, primeramente, planteó estos rasgos como parte de su estética, con anterioridad el poeta belga, Émile Verhaeren, publicó “Las campañas alucinantes” (1893) y “Las ciudades tentaculares” (1895), y estos poemarios ya cantaban a la ciudad moderna de forma bastante visionaria, incluso previo a la vanguardia italiana. Es necesaria una revisión a este poeta para una próxima recuperación, pues hasta ahora no se ha considerado su importancia. Dichos poemarios cantan a la ciudad moderna de forma bastante visionaria al modo y estilo futuristas, 14 o 15 años antes del acta de nacimiento, en 1909, del Futurismo.