Xochitlájtoli: Nadia López García

Continuamos con la serie Xochitlájtoli, muestra de poesía en lenguas originarias, coordinada por Martín Tonalmeyotl. Ahora es el turno de la poeta Nadia López García y sus poemas en lengua ñuu savi. Su obra aparece en espacios como Tierra Adentro, La Jornada, Punto de partida, Tema y Variaciones de Literatura, Este País, Liberoamérica, entre otros. Recibió el Premio a la Creación Literaria en Lenguas Originarias Cenzontle 2017 por el libro Ñu´ú Vixo /Tierra Mojada y fue becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía del 2015 al 2017. Colaboró en la organización del Primer Encuentro Mundial de Poesía de los Pueblos Indígenas y ha brindado talleres de creación poética para niños y migrantes. Coordinó la serie intercultural de TV Tejiendo raíces, escribió y dirigió el cortometraje bilingüe “El tono” para la SECULT. Es responsable de la columna de creación literaria “Alas y Flores” de la Revista Cultural Mexbcn  de Barcelona, España. Actualmente, colabora en la Enciclopedia de la Literatura en México.

 

 

 

 

NTUCHINUU

 

Me mayu kachi ñaa naan ntuchinuuu matzanu.

Ntakuiniyu nishikaa ntuchinui mini katsi ñaa nuni.

 

Keenchua ntisiniyu ña tsaakuña kuaku,

sansoo tsaakuña ta seei ncheei

ta kata,

ta skai cafe.

 

Nintakatuuñaa nuvaa

¿Sakunchuaku maa?

 

Kasha ña sicaso yuha inikó kuaku:

yeenu kanara

nchaa´ka kuanu yuchaku.

 

Vichi kuñaa nikunta ini yuu

Vichi sika yucha iniyu

ra me ntuchinuu.

 

 

 

 

OJOS

 

Mi madre dice que tengo los ojos de mi bisabuela.

Recuerdo sus ojos mientras limpiaba maíz.

 

Muchas veces la vi llorar,

llorar cuando cocinaba,

cuando cantaba,

cuando ponía café.

 

Es cierto, le pregunté

¿por qué lloras tanto má?

 

Y ella me decía, así, sin dejar de llorar:

porque nosotras tenemos ríos adentro

y a veces se nos salen, tus ríos aún no crecen,

pero pronto lo harán.

 

Ahora lo comprendo todo,               

ahora tengo ríos en mí

y en mis ojos.

 

 

 

 

YAA II ÑÀ’AN

 

Ñà’an kù’ù, ñà’an nikanchii,

ñà’an saa;

ntakóó nta’áku ra tsito na´an

ñuu ra ntii.

 

Ntakuatu  yo ora matzanu ra patzanu,

kuun ñu’ú

nuu káka, ntuchinuu

kunchee ra niì

yoo kusu ana.

 

Ká’an tsi sutsa vixi, ruda ra tuyutsa,

ká’an tsi yaa ii kusu

antivi ra  yuku.

 

Ñà’an tachi, kaki tsá’a káká ta´vi yoo

ra káki kunchee ichi ñu´ú.

 

 

 

 

MUJER SAGRADA

 

Mujer de hierba, mujer de sol,

mujer pájaro;

levanta tus manos y cuida los tiempos

de la vida y la muerte.

 

Reza por nosotros y los nuestros,

limpia la tierra

por donde caminamos, los ojos

que nos miran y la sangre

que duerme en nuestros corazones.

 

Habla con el copal, la ruda y el ocote,

habla con lo sagrado que duerme

en el cielo y la montaña.

 

Mujer viento, has ofrenda por nosotros

y vela por el destino del mundo.

 

 

 

 

ITA VE´E

 

Mii nikanchii kaku ra ve´e chico cempasuchitl

ra tuyutsa.

Yúú ntakiintachi kuee,

ve´e koi kusu

ra tútu tsa kachi mii ñu´un.

 

Ve´e koi viko

yee nchaa ita, kua´a ra kuan.

yee ñá´an kúnú ñuú,

xaa staa ra ntakuatu cháaku,

ntakuatu se´e.

 

Nuu ve´e anka tikoso ña kuaku

ana koi kusu ra kunchatu

in se´é, in kuu ini, in tu´un 

In siví chito ñu´un.

 

Nuu ve´e yee ita, kunchatu ita.

 

 

 

 

CASA FLOR

 

El sol nace y la casa ya huele a cempasúchitl

 y ocote.

Las piedras respiran despacio,

la casa despierta

y la leña habla en el fuego.

 

En esta casa no hay nubes,

hay flores azules, rojas y amarillas.

Hay mujeres que tejen palma,

hacen tortillas y rezan por sus hombres,

por sus hijos.

 

En esta casa hay grillos que lloran,

corazones que no duermen y esperan

un hijo, un amor, una palabra…

un nombre junto al fuego.

 

En esta casa hay flores, flores de espera.

 

 

 

 

KUNSAVI

 

Kun chuua savi, kun ra ndu kun ra tzikua,

Kun ra ichí ini tzi yee,

Kuuá chuua chikui kooyo kitzá ichi ita, nduchinuu,

nchacha, kitzá ichi anayu, taa koi.

 

Kachi me patzanu taa ñinaa coo´, kuevii ika nduchinuu,

ntzii ana bitxi nchuua tzinuyu,

Nduu chikui nii kitzaa kan ara nuu,

Nkiindo iko, coo ka ñaa.

 

Taku kuachi inoo ra chicoo zutzá,

nicanchii tzi  kakatucoo.

 

 

 

 

LLUEVE

 

 Llueve mucho, llueve toda la noche y todo el día,

 llueve por dentro y por fuera.

 Llueve y es tanta el agua que se ahogan las flores, los ojos,

 las alas,

se ahoga el corazón.

 

Dice mi bisabuelo que cuando la ausencia es grande

los ojos se quedan sin brillo, muere el corazón

y un frío intenso nos cubre todo el cuerpo.

Por eso la sangre se vuelve agua y se nos sale por los ojos,

hasta que una queda vacía, así,

sin nada.

 

 La ausencia que sólo se cura con el recuerdo del copal,

 con sol y con volver a caminar.

 

 

 

 

NUTZIKAÁ

 

Kachi yuu nutzi kaá tutsi íini yuu na´a ichaána zaá ñani chinzió

Tzicata chií kanná Kuueñikooi, tanta casi yuu zuuya nuúndakachi chikabachico kuushinní, anu anayuu.

 

Chazoó tachicueñaa, tachicuesee, tachicue cuenatzanu, tachidiina chaan cheeloma acanutzidi cooña mancha ñuú. Nutzikaá me nuñonu, me yuhüe, me nii.

Ningunna ratdacuni yuu nukuñuu yuu tzanandaku zuuya.

 

 

 

 

EN LA LEJANÍA

 

Dicen que en la lejanía duele más respirar y el recuerdo se hace vivo.

El viento sopla y grita en silencio las ausencias, mientras cierro los ojos y guardo tu olor en mi pensar, en mi corazón y en mi ser.

 

Escucho la voz de mis mujeres, de mis niños, de mis grandes, de todos y veo mis montañas grandes con sus nubes bajas. En la lejanía mi tierra, mi hilo, mi sangre.

 Pronto te veré mi pueblo y entonces dormiré bajo tus ojos.

 

 

 

 

ÑUU COO´

 

Kachi me matzanu tantanee co ñuu coo´, uúnchua squintooó ñaa.

Si´ i kachi tono tikua´a ndava co ñuu nutzikaá, sansoó ndanchi coco´ ndanducu co ichi… Ndanducu co ndanchi coco´ nchitxio ani cacu nacuncha tucani , nchitxio tzicata chií tachii baa cha café tatchaan chiico ñuú vixhoó.

Ñuu coo´ cuu yoo, a icá. Ñuu coo´ nchitxio cha canta anu nduchinuú , nchitxio kuevee tzi nchachá ndava. Tzi nchitxio cundakuaa ña tza´a bi yoo.

 

 

 

 

NUESTRO LUGAR

 

Dice mi bisabuela que cuando encontramos nuestro lugar, es difícil dejarlo.

También dice que somos como mariposas que vuelan por lugares lejanos, pero siempre regresamos o seguimos buscando el camino…

Buscamos regresar a donde nace la esperanza, donde el viento es bueno y el café de mañana huele a tierra mojada.

Nuestro lugar puede ser aquí, pero también allá. Nuestro lugar es en donde el corazón palpita como si bailara y los ojos tienen brillo, donde el cuerpo es ligero y las alas toman vuelo. Y donde podemos agradecer por estar aquí.

 

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