Multi / Verso nuevo libro de Josué Ramírez

En la serie Ex Libris del Instituto Sinaloense de Cultura ha aparecido el volumen Multi / Verso de Josué Ramírez (Ciudad de México, 1963). Según José María Espinasa, Josué Ramírez “tiene un oído privilegiado para lo urbano”. Lo llamó “un Pellicer de asfalto”. Concluye Espinasa: “la condición para situar a Josué entre los poetas de su generación es el llamado al sentido, pues intuye su abandono, para que retorne a nuestros actos y los cumpla plenamente”. Ramírez, actualmente, pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte.

 

 

 

 

LA VIDA TOPA TIEMPOS HIPNÓTICOS

 

 

Importa, de la muerte, el tiempo ya despojado. Al esparcir

cenizas sobre arena ardiente, cumpliendo voluntades

‒parricidios de palo‒, antes de ser la noche dos espejos

de nieve. Acorde con el trazo, voluntad que se ciñe,

absuelve autonomías, lo finito es su sombra proyectando

en la calle madrugadas en blanco. Mezcladas en el alma,

más ideas reencuentro. La multitud aplaude, de igual forma,

lo inútil que la prisión de dudas hamletianas; los signos

del verso en alambique procesando tres puntos. Ir del hecho

al sonido, precisando palabras, por el silencio roto de su brillo

tallado en sintonía invisible ‒el absoluto inquieto‒. El fondo,

es un retruécano diciendo fábulas, donde a cada paso se procura

el todo, por querer realidad en las palabras del sueño. Las citas

son explícitas, o, implícitas, giran. Es el rumor que pasa entre

los muebles, que, en papelitos invisibles, la araña escribe

con los párpados de pipa y sombrero. Y la bufanda a cuadros;

por el Sena, la niebla. Pero al retocar, los ecos pierden la onda

de su impulso primario, cuando no es discreto. En el oído,

a pulso, conquistando, atento al río y al aceite de la noche,

corriendo en la pantalla negra de los plasmas táctiles,

cuando el cuerpo presiente su madera húmeda. En la morada,

viajas, tus pasos te han llevado. Reconcilias, nictálope; adentro,

desnudas tu identidad. Amor, desasosiegos deshojas, entre

las multitudes, desatando tu voz única, cierta mirada autista.

Reconozco que importa en ambos lo distinto… Medio surco

con garra en el pecho la cifra. Bebo, fumo, me vuelco al irme

convocado. Penetrante remedio. Como mudo color, y,

electrizante, lo sabes, sueño al mirar despierto. Te pregunto,

quitas máscaras. Pero, si llego súbito, la prisa retardas. Atando

cabos, dúctil en el diálogo, captas partes donde rezuma el dolor.

Y te ríes. Porque siempre la vida topa tiempos hipnóticos.

 

 

 

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