Dentro del dossier de poesía de la India que prepara Gustavo Osorio de Ita, presentamos a Keki N. Daruwalla (nacido en 1937) es poeta y narradoR. También se desempeñó como oficial del Servicio de Policía de la India, y más tarde como Asistente Especial del Primer Ministro en Asuntos Internacionales. Fue galardonado con el Premio Sahitya Akademi, en 1984, por su colección de poesía, “The Keeper of the Dead”, otorgado por la Sahitya Akademi, la Academia Nacional de Letras de la India. Así mismo, obtuvo el Padma Shri, el cuarto premio civil más alto de la India, en 2014. Hasta la fecha, Daruwalla ha publicado unos 12 libros, que consisten principalmente en poemarios y un par de obras de ficción. Entre sus obras más importantes se encuentran Under Orion, The keeper of the dead, Landscapes, A summer of tigers y The minister for permanent unrest & other stories. También editó Two decades of Indian poetry. Su obra completa se encuentra en la Biblioteca del Congreso. La traducción es de Gustavo Osorio de Ita.
En guerra
nosotros que estamos en guerra con nosotros mismos,
nuestros sueños moviéndose a lo largo de las púas
que contornan nuestra angustia, los meteoritos
que golpean o fracasan, que vuelven el espacio
una galería de tiro,
flamencos que quizás nunca vuelen de vuelta
a los charcos de sal de Kutch,
los chinos alejando espiritualmente al brahmaputra
en un robo inconmensurable,
e india convirtiéndose en un local de bombay,
asfixiándose en el olor de dos mil millones de axilas
y dos mil millones de ingles–
¿no es todo esto suficiente
para darnos una hemorragia cerebral colectiva?
sin olvidar nuestro planeta
que tiene una placa ardiendo bajo su trasero–
y mi sueño que vio
un dhow de abu dhabi en cuclillas sobre un iceberg
navegando hacia cochin–
¿no tenemos suficiente en nuestro plato
sin tener que pensar en la guerra
y la jihad manchada de sangre?
At War
we who are at war with ourselves,
our dreams moving along the barbed
contour of our angsts-the hit-or-miss
meteorites that turn space
into a shooting gallery,
flamingoes that may never fly back
to the salt puddles of Kutch,
the chinese spiriting away the brahmaputra
in a gargantuan theft,
and india turning into a bombay local,
asphyxiating in the smell of two billion armpits
and two billion groins-
isn’t all this enough
to give us a collective cerebral bleed?
not forgetting our planet
which has a hot plate under its arse-
and my dream which saw
an abu dhabi dhow squatting on an iceberg
sailing down to cochin–
haven’t we enough on our plate
without having to think of war
and blood-stained jehad?
Definiendo un Sufí
Es difícil definir a un Sufí.
pero lo intentaré. Siempre intenta.
¡Nunca mueras!
(Soy bueno aconsejándome a mí mismo, como puedes ver.
Nadie más daría ni un par de bolas de langur
por mis consejos consultivos,
perdonen el pobre angrezi).
Un Sufí es aquel que al entrar
a un falso restaurante tandoori de Bangladesh en Brixton
cree que está en Moti Mahal o Khyber.
(No puede pensar en Bokhara todavía–
para pensar en Bokhara tienes que estar
espiritualmente muy elevado).
Un Sufí es aquel
que mientras se bebe una de nuestras cervezas
con suficiente glicerina en ella para amargar un tarro de miel
piensa que está bebiendo una pinta, amigo,
en ‘Fox-on-the Hill’ en Camberwell.
Un Sufí es aquel
que cuando conversa con un Muzaffar Ali con el cabello largo
piensa que acaba de hablar con al-Halaj.
Un Sufí es aquel
que mientras observa a alguien de repente se levanta
y grita ‘¡Haq! ¡Haq! ‘ en el corazón del Cairo
cae a sus pies, llorando ‘¡Maestro! ¡Muéstrame el camino!’
y cuando el maestro pregunta
‘¿Tienes un fósforo y un cigarrillo para encenderlo?’
responde ‘¿quieres decir, maestro,
un cigarrillo y un fósforo para encender el camino’?
y el maestro sacude la cabeza y se aleja
diciendo ‘nunca serás un Sufí’.
Un Sufí es aquel
que cuando ve a otros
huir de un lobo
sabe que es solo un alsaciano
y se acerca a él para darle una palmada.
(Lo que pasó con el Sufí después
es otra historia).
Un Sufí es aquel
que cuando sus acólitos confunden
crucifixión con castración
les amonesta gravemente
‘son distintos’.
Un Sufí NO es aquel
que, cuando la mano de Dios
se estira para bendecirlo,
piensa que es la de Maradona.
Un Sufí nunca marcha
realmente en línea;
él siempre está un paso adelante
o un paso atrás.
Defining a Sufi
It is difficult to define a Sufi
but I’ll try. Always try.
Never say die!
(I am good at counseling myself, as you can see.
No one else would give a langur’s ballocks
for my advisory dollops,
pardon the poor angrezi).
A Sufi is he who as he enters
a Bangladeshi fake tandoori eatery in Brixton
thinks he is in Moti Mahal or Khyber.
(He can’t think of Bokhara as yet–
to think of Bokhara you have to be
spiritually very elevated.)
A Sufi is he
who as he downs one of our beers
with enough glycerine in it to embitter a jar of honey
thinks he is imbibing a Pint, mate,
at ‘Fox-on-the Hill’ in Camberwell.
A Sufi is he
who when he converses with long-haired Muzaffar Ali
thinks he has just spoken to al-Halaj.
A Sufi is he
who, as he watches someone suddenly stand up
and shout ‘Haq! Haq!’ in the heart of Cairo
falls at his feet , crying ‘Master! Show me the Way!’
and when the master asks
‘Do you have a match and a cigarette to light it with?’
replies ‘you mean, Master,
‘a cigarette and a match to light it with’?
and the master shakes his head and moves off
saying ‘you’ll never be a Sufi.’
A Sufi is he
who when he sees others
run away from a wolf
knows it is just an Alsatian
and moves forward to pat him.
(What happened to the Sufi later
is another story.)
A Sufi is he
who when his acolytes confuse
crucifixion with castration
admonishes gravely
‘they are different.’
A Sufi is NOT he
who, when the hand of God
reaches out to bless him,
thinks it is Maradona’s.
A Sufi never marches
with reality in line;
he is always a step ahead
or a step behind.
Rodaje
el chirrido de neumáticos invisibles.
prepara la escena
la cámara se lanza a través de una curva cegadora
a una velocidad cegadora
árboles, setos, campos de caña en la parte trasera,
incluso aves que vuelan bajo
se vuelven una mancha
en blanco y negro, las rayas encienden la tierra.
moscas de arena en la lente;
la cámara es un tigre merodeando en la ruta
de un toro azul
la cámara está en camino, cerrando
sobre los chorros de polvo de los cascos
del tambaleante toro azul
los fotogramas vienen ahora
estamos filmando la memoria (?)
los fotogramas vienen ahora, atrapados tras las puertas
del auto, hundiéndonos en
la lucha, infinitamente lenta con cinturones de seguridad que te ciñen
y las puertas atascadas que te emparedan
después niebla baja, niebla lenta, amnesia de
vapor sobre el vidrio
y sueños que entran flotando, envueltos en niebla
como evasiones bien disfrazadas
Filming
the screech of unseen tires
sets the scene
the camera darts across a blinding curve
at blinding speed
trees, hedges, cane-fields in the rear,
even low-flying birds
become a blur
this is black-and-white, the stripes ignite the earth
grit flies at the lens;
the camera is a prowling tiger on the track
of a blue bull
the camera is on track, closing in
on the dust-spurts from the hooves
of the floundering blue bull
the stills come on now
are we filming memory (?)
the stills come on now, trapped in the car
doors caving in
the struggle, infinitely slow with seat belts that girdle you
and jammed doors that wall you in
then low mist, slow mist, vapour-on-glass
amnesia
and dreams floating in, mist-cloaked
like well disguised evasions