Renato Leduc: Invocación a la Virgen de Guadalupe y a una señora del mismo nombre: Guadalupe…

Presentamos un poema clásico de Renato Leduc a propósito del Día de la Virgen de Guadalupe. 

 

 

 

Invocación a la virgen de Guadalupe y a una señora del mismo nombre: Guadalupe…

 

Hay gente mala en el país,

hay gente

que no teme al señor omnipotente,

ni a la beata, ni al ínclito palurdo

que da en diezmos la hermana y el maíz.

 

Adorable candor el de la joven

que un pintor holandés puso en el burdo

ayate de Juan Diego.

El sex-appeal hará que se la roben

en plena misa y a la voz de fuego.

 

Tórrido amor

amor no franciscano el que le brinda

año por año turbulenta plebe

mientras pulque y fervor

en frescos jarros de Oaxaca, bebe.

 

Una reminiscencia: Guadalupe

era tibia y redonda, suave y linda,

Otra reminiscencia:

a ella fui como el toro a la querencia

por ella supe todo cuanto supe.

 

Negra su cabellera, negra, negra,

negros sus ojos,

negros como la fama de una suegra,

tan lúcidos provocan y tan propios

el guiño adusto de los telescopios.

 

Vestida de verde toda

iba —excepto los labios rojos

y los dientes— vestida de verde-oruga,

verde-esperanza o lechuga,

verde-moda.

 

El indio grave que a brazadas llega

mar cruzando, picada de aspereza,

a su santuario;

y la mujer infame que navega

con virtuosa bandera de corsario…

 

Ojos dieran, los ojos de la cara

sólo porque a la vuelta de una esquina

la pequeña sonrisa que ilumina

de luz ultraterrestre su cabeza,

les bañara…

 

La flapper y el atleta

piernas dieran —milagros de oro y plata—

si la clara

ternura de esta Virgen les bañara

al llegar a la cama o a la meta.

 

Manos de oro colgara

manos, el acreedor hipotecario

colgara, y el ladrón y el funcionario

si sus ojos veteados de escarlata

esta risa una vez iluminara.

 

Amapolas

que en un suspiro se deshojan solas;

testimonios fehacientes de mi fe;

rosas inmarcesibles… por un día

opio de teponaxtle y chirimia.

 

Anhelantes de sed y de impotencia

en turbias fuentes beberemos ciencia…

¿para qué… ?

Si el caramelo que mi boca chupe

será siempre tu nombre: Guadalupe…

 

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