Nueva poesía europea: Maria Barnas

Versopolis es un programa europeo de literatura que cuenta con el apoyo de Europa Creativa, el propósito que tiene es el de promover la poesía escrita por los jóvenes poetas europeos a través de una serie de festivales con distintas sedes en Europa como los que dirigen nuestros amigos y colaboradores Ales Steger y Mite Stefoski, directores de los festivales Days of Poetry and Wine, en Eslovenia, y el Struga Poetry Evenings, en Macedonia, respectivamente; en Círculo de Poesía creemos en la literatura que están escribiendo estos jóvenes poetas y hemos decidido presentar a cada uno de los poetas que han sido seleccionados en este programa. En esta ocasión presentamos, en versión de Adalberto García López, a Maria Barnas (1973). Poeta, narradora y artista visual holandesa. Antes de incursionar en la poesía, Maria Barnas ya había publicado dos novelas y contaba con una sólida carrera en las artes visuales con exhibiciones en París, Amsterdam y Berlín. Su primer libro de poesía se tituló Twee zonnen, publicado en 2003. En 2007 publicó su segunda colección de poesía Er staat een stad op. Mientras que su más reciente título es Jaja de oerknal que en 2014 mereció una nominación para el VSB Poetry Prize.

 

 

 

 

Mesa de probabilidades

 

Tomé la mesa para trabajar.

Las patas se desprenden fácilmente y la parte superior no es pesada

Pero ahora estoy sentada en la ventana en el lado equivocado

De esta casa, la ciudad escapa de mí. Un rostro

El cual no puedo recordar.

 

Tal vez no debería escuchar un réquiem

En la mañana pero si no, escucho a unas chicas

Riendo. Nunca sabes cuándo comenzarán.

¿No puede el cantante cometer sólo un error? Como yo

 

Con un hombre alto en una pequeña casa sobre el agua.

Fuimos a nadar. Éramos felices de vez en cuando

Pero un día me asusté en la mesa.

 

No hizo ninguna diferencia si me fui.

Todavía estaría allí de todos modos.

 

Le muestra a la nueva esposa el pequeño sol

Que aparece en el termostato de noche.

 

¿Ella sabe que está durmiendo entre mis sábanas,

Que la cama es mía y regresaré

Y me llevaré las sillas y el mar malvado?

 

 

 

Een tafel vol mogelijkheden

 

Ik nam de tafel mee om aan te kunnen werken.

De poten lieten gemakkelijk los en het blad is niet zwaar

maar nu ik aan de verkeerde kant van dit huis

aan het raam zit, ontglipt me de stad. Een gezicht

waarvan ik me de naam niet herinner.

 

Misschien moet ik ’s ochtends niet luisteren

naar een requiem maar anders hoor ik meisjes

giechelen. Je weet nooit wanneer ze beginnen,

Kan de zangeres niet één keer een fout maken? Zoals ik

 

met een lange man in een laag huis aan het water.

We zwommen. We waren wel eens gelukkig

maar op een dag werd ik bang voor de tafel.

 

Hij trok zich er niets van aan of ik zou gaan.

Hij zou er toch wel blijven staan.

 

Hij wijst de nieuwe vrouw de kleine zon

die ’s nachts uit moet op de thermostaat.

 

Weet ze dat ze onder mijn dekens slaapt?

Dat het bed van mij is en dat ik de stoelen

en de slechte zee kom halen.

 

 

 

Las manecillas del reloj de Hiroshima

 

Se suben a la torre para mirar

cómo un caballo es arrastrado por el mar.

 

¿Dónde entierras a los muertos? Señalan a la criatura

y después lo sacuden con las yemas de los dedos.

 

Hace sesenta años se detuvieron.

 

La foto de la explosión hizo desaparecer todo

excepto las sombras de aquellos que seguían mirando.

 

Hemos ganado una ciudad.

Todo es brillante y a prueba de polvo.

 

Hemos mirados sus manos en la torre.

Nadie parpadeaba.

 

Hemos tocado las campanas.

Le preguntamos al hombre que los dirige

 

quién hizo esto. Que quién hizo esto.

 

El caballo conduce la historia.

Dicen que ha saltado porque se negó a encogerse.

 

 

 

De wijzers van Hiroshima

 

Ze staan op de toren om te zien

hoe een paard naar het water wordt gesleept.

 

Waar begraaf je de dood? Ze wijzen naar het dier

en schudden het later van de vingertoppen.

 

Ze staan er al zestig jaar stil.

 

De foto die de explosie maakte wiste alles

behalve de schaduw van wie er bleven staren.

 

We hebben er een stad gewonnen.

Alles blinkt er en is stofvrij.

 

Wij hebben naar de wijzers van de toren gestaard.

Ze knipperden niet.

 

We hebben geschud met de klokken.

We vroegen de man die ze gelijk zet wie

 

dit heeft gedaan. Wie heeft dit gedaan.

 

Het paard sleept geschiedenis aan.

Ze zeggen het steigert sinds het weigert te slinken

 

 

 

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