Proponemos la lectura de nueva poesía mexicana. Por ello presentamos aquí algunos textos de Eduardo Serdio (Ciudad de México, 1994). Es poeta, gestor y editor. Estudiante de Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Ha impartido talleres de creación literaria en el ámbito juvenil e infantil en Mostrarte a México A.C. En el 2015 forma con otros estudiantes el taller Larvario ejecutado en la Facultad de Filosofía y Letras (UNAM). Al concluir este taller, en febrero del 2016 funda con estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán el taller literario De-lirio, actualmente en vigencia. En el 2018 este taller deriva en la revista literaria del mismo nombre, en la cual funge como director general. Parte de su obra se ha publicado en revistas como Asalto, Taller literario Ígitur, etc. Es fundador de la Congragación Literaria de la Ciudad de México.
El poema de Jean Tardieu
El poema era de Jean
Jean era de palabras
Las palabras eran de poesía
Los versos eran de esperanza
La esperanza era de magma
La imagen era de lumbre
Su música era de alondra
Su alondra era de olvido
El olvido era de ensueño
El ensueño era de escritura
La escritura era de poesía
La poesía era de Jean…
Jean es de nuevo
De nuevo es poema
De nuevo es tierra
De nuevo es lluvia
Mi poema es de aprendiz
Mis versos son pasado
Mi poema es de Jean.
Olvido
Del lirio del mar
Serán tus labios
Delirio de espuma
Aquel ensueño
Borra nuestras insignias
De la tierra
Que no quede memoria
Del cielo
Jaque al rey
“Yo soy pájaro corsario
que no conoce el alpiste”
Se hinchan la boca de política
como dijo el buen Octavio
porque en estos terrenos,
como en el ajedrez,
no todos los cuadros son blancos.
Entonces con bellas palabras
adornaron una jaula de flores
y en el recipiente del alpiste pusieron aplausos.
El pobre pájaro cayó
en las fauces del lobo.
Dibujo a carboncillo
Hoy he vuelto a estallar en grises
porque alguien se llevó los días azules,
las mares blancas, las tintas verdes,
las selvas púrpuras, los mundos dorados…
o tal vez fui yo el que perdió los días
las mares, las tintas,
las selvas,
los mundos
para quedarme gris
y saber que el gris,
es el único color
que nunca me ha abandonado.
Abril frente a mi ventana
Para Antonio Machado
Abril frente a mi ventana,
pero no florecía
Ante el roce de las almas:
tú dormida
Desierto que llueves hacia adentro,
yo busqué mi imagen como un niño
en los reflejos de tus lagos
Ahí estabas tú,
oasis de hermosas geografías
Ahí estabas tú,
recostada en el tiempo
Una suave aspereza te envolvía
como la montaña que advierte el peligro
al ostentar sus peñascos abismales
Yo estaba joven en ese entonces,
nada temía a los peligros,
Sabía yo que comería de la manzana
así me desterrara el alma,
así me matara el cuerpo
Comí entonces…
Lenguaje del mar,
veneno dulce del encanto,
húmedas y salinas mis palabras te nombran,
luna sin eclipse,
triángulo ciego de la estrella
sé que estás despierta,
no nos vendamos ya mentiras:
En este mundo de los ojos abiertos,
también es posible el sueño.
Cartografía lunar
Se vuelve mi manera de soñarte
pequeña buganvilia en el desierto.
Se vuelve una manera de cantarte
la flor apiñonada entre naranjos.
Y así, de pronto, me encontré buscando
en todos los espejos
para hallar en tu carne de mujer
los restos de mi máscara tirada.
Cuéntame de tu infancia, Carolina
reúne todos mis pedazos rotos
que te quiero escuchar
hablar del viejo Cuzco y de los Incas,
de los hijos del Sol y de la Habana.
Pues tus lunares
han formado un nombre de varón
y es el mío.
Yo hablaré de la luna en occidente,
al llegar el alba, día con día,
te cantaré en tzotzil un canto nuevo
y beberé pozol desde tus labios.
Pues mis lunares
han formado un nombre de mujer
y es el tuyo.